El dirigente explicó lo que dijo en el audio que filtraron las jugadoras de la selección de mayores, acompañadas por Acolfutpro (Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales).
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Se confirmó, al parecer, el veto a Daniela Montoya para los Juegos Olímpicos de Río- 2016 y la despedida del asistente técnico de Nelson Abadía por “liderar un sindicato”, según se escuchó en el audio del presidente de la Difútbol.
Este es el audio que probaría denuncias contra Álvaro González, de la Difútbol
González Alzate respondió.
Ustedes han negado vetos y el audio que muestran con su voz parece decir todo lo contrario ¿cuál es su versión?
El audio que usted menciona corresponde a una charla informal que tuve con jugadoras de la Selección Colombia Mayores durante una concentración para un partido amistoso. Me refería al comportamiento lógico que debemos conservar en un grupo y a las relaciones que también debemos conservar entre todos integrantes de un equipo o Selección, bien sea masculina o femenina, y en cualquier categoría. Al respeto interpersonal que debe primar en el trato general entre las partes, frente a ellos mismos, frente a los miembros del cuerpo técnico y ante las directivas de un Club, de una Liga Departamental o de una Federación.
Les expresé, como en todas las reuniones que normalmente realizo con diferentes selecciones, la importancia de mantener la unidad, la integración, la camaradería y especialmente la lealtad entre el grupo. Manifesté que era muy importante que las dificultades y problemas internos se analizaran, se comentaran y se resolvieran dentro de todos los del grupo, sin acudir a instancias exteriores, que solo sirven para dividir y afectar las relaciones internas. Que si no existía lealtad entre todos, se lesionaría la unidad y la integración del grupo, deteriorando totalmente la posibilidad de obtener resultados positivos en la competencia deportiva correspondiente. Les expresé mi concepto personal, de que una persona desleal y disociadora dentro de un equipo, lo dividía totalmente y afectaba considerablemente los objetivos buscados. Coloqué, como siempre lo hago, el ejemplo que personalmente nunca expreso públicamente, un concepto que tenga de un compañero, sin antes haber resuelto mis dudas de manera directa y frente al mismo. También les dije, que si algún técnico de cualquier categoría o modalidad en el fútbol llevaba a una selección a una persona de precipitadas características, lo primero que yo le aconsejaría a dicho director técnico, es que no lo vincule a su equipo. Eso es así. Sin embargo, debo dejar suficientemente claro que en resumen, es el director técnico respectivo el único responsable de tomar una decisión final.
También debo manifestar, que hasta la fecha, de manera directa y personal, no he tenido necesidad de aplicar esta iniciativa con ningún director técnico de alguna selección. Pero cuando me corresponda, lo haré con plena seguridad. En el fútbol femenino, durante los últimos seis años, solo he conocido los siguientes dos casos de esta índole, pero que ratifico, los mismos nada tienen que ver con el tema que aquí le comento.
¿Pero fue veto o no y a qué se refiere?
El primero, el de Diana Carolina Ospina, integrante de la selección Antioquia clasificada a una final del Nacional del año 2014. Por estar representando ese departamento, el Inder regional le entregaba a ella, cada mes un auxilio económico cercano a los $2 millones, se negó a participar con su Selección, al parecer, sin causa justa comprobada. La Comisión de la Liga de Antioquia la sancionó y por este motivo la Liga, en cabeza de su manager, Jesús Ramírez, solicitó al técnico de la selección Colombia, Felipe Taborda, que la excluyera de la Selección. Taborda, después de algunos meses insistió en la necesidad técnica de tenerla en el equipo, y personalmente, presenté recurso de suplica a la Liga respectiva para solucionar ese problema y así se hizo. Regresó Diana Carolina a la Selección Colombia.
El segundo caso Daniela Montoya. En el Mundial de Canadá, categoría mayores, en julio del 2015, un grupo de jugadoras, unas horas antes del partido contra Estados Unidos, le exigieron Javier Cogollo, delegado de la Federación, un premio por $15 millones para ingresar a la cancha.
Esto ocasionó problemas internos que afectaron el resultado de Colombia frente a Estados Unidos. La Federación, en cabeza de Luis Bedoya, rechazó esa actitud. Ofreció $5 millones de premio. Se jugó el partido y Colombia perdió 2-0, resultado lógico después de tanto problema interno.
Regresaron al país y se prepararon para para competir en los Juegos Panamericanos. Daniela, en unas declaraciones publicas, denunció que la Federación no les pagó los $15 millones ofrecidos, se presentaron los enfrentamientos públicos con la dirigencia. En el Comité se propuso solicitar al técnico Taborda que no vinculara a dicha jugadora a la Selección. Jorge Perdomo y yo nos opusimos a esa posición y el Comité le expresó al técnico que puede convocar libremente a todas las jugadoras que requiera. El profesor Taborda pasó a la Federación el listado con la convocatoria respectiva, incluida Daniela Montoya. En la resolución expedida por la Federación no aparece el nombre de Daniela. El profesor Taborda solicita explicación al mánager de la Federación para la época, el profesor Piscis Restrepo. Este le informa que es decisión de la Federación. Algún tiempo después, el profesor Nelson Abadía, ya por la época técnico de la Selección, insiste en la necesidad de vincular a Daniela Montoya, y nuevamente es Álvaro González Alzate, quien les habla, logra la vinculación de Montoya con el grupo. Este es el relato real de lo que sucedió.
Comprendo que ni jugadores ni jugadoras admitan y rechacen esta clase de vetos, y yo también, pero me pregunto, ¿y entonces por qué en los Juegos Olímpicos de Brasil, año 2016, actuando yo como delegado, si me vi precisado a aceptarles a las jugadoras de la Selección, con razón o sin ella, el veto que algunas de ellas le impusieron en plena competencia, después del primer partido del evento, a Felipe Taborda? Aún no encuentro la respuesta. Me gustaría conocerla, aunque sinceramente confieso, que no quisiera nunca más verme obligado, por el buen futuro de la imagen del fútbol femenino colombiano, a tener que hablar de lo grave que realmente allí sucedió.
¿Cómo fue el veto del que usted habla le hicieron las jugadoras a Felipe Taborda en los Juegos Olímpicos Brasil 2016?
Finalizado el partido Colombia - Francia, que perdimos por goleada, como es costumbre, realizamos la reunión del grupo para analizar el partido. En esta reunión no se hizo ese acostumbrado análisis. La reunión se concentró en críticas y protestas de un grupo de jugadoras contra el técnico Felipe Taborda. Ante la gravedad de la situación, en mi calidad de delegado oficial de la Federación, y para evitar dificultades mayores, les acepté a las jugadoras el veto impuesto por ellas contra Felipe Taborda. Le comuniqué esa decisión al profesor Taborda y le solicité al profesor Pedro Luis Alzate, asistente del mismo, que asumiera la dirección técnica de la Selección para cumplir con el calendario de dichos Juegos Olímpicos y así evitar sanciones para Colombia del Comité Olímpico Internacional. Hasta aquí le puedo informar lo ocurrido. Perdón, pero no voy a dar públicamente, por ahora, más detalles de la gravísima situación allí vivida. En fechas posteriores, recibí una respetuosa carta del grupo de jugadoras ofreciendo disculpas por los hechos anotados y eso me motivó a retener el informe que tenía previsto para la Comisión Disciplinaria Nacional de la Federación.
¿Por qué ustedes niegan saber algo de sus inconformidades y ellas mostraron un oficio diciendo lo contrario?
Disculpe, eso no es cierto. He manifestado en muchas oportunidades, porque es la absoluta verdad, que no tuve el más mínimo conocimiento de las denuncias por acoso sexual y laboral del que se habla, de parte de miembros del cuerpo técnico respectivo. Ratifico, que el caso del señor Sigifredo Alonso lo conocimos directamente de parte de la Fiscalía por carta que recibimos pidiendo una información, y el del señor Dídier Luna por la prensa deportiva. Eso, insisto, también corresponde a la absoluta verdad. Los reclamos de los viáticos los conocí perfectamente de parte de un grupo de jugadoras. Llevé el tema al Comité Ejecutivo y en las actas o grabaciones debe constar. El de los uniformes, en presencia de ellas y en el Estadio Romelio Martínez de Barranquilla, durante los Juegos Centroamericanos, pregunté telefónicamente a la secretaria de la Federación y también me comuniqué con Hernán Isaza, de Adidas y ellas conocieron la respuesta entregada.
Ustedes hablan de torneo Sub-23 y ellas piden la Liga Profesional ¿qué va a pasar?
Nosotros, en Difútbol, entidad que represento, hablamos del torneo de clubes Sub-23 con 6 jugadoras de cualquier edad, pero con un máximo de 3 de ellas en planilla oficial en cada partido. Si algunos clubes profesionales quieren participar allí, bienvenidos. El tema de la Liga Profesional no le corresponde a la Difútbol. Eso corresponde a la Dimayor, pero igualmente, si piden mi concepto, pienso que aún nos faltan como mínimo tres años de competencia en un campeonato aficionado o semiprofesional, con grandes exigencias técnicas, deportivas y económicas, para poder pensar en una Liga Profesional seria y bien estructurada con todas los requerimientos que el nombre requiere. En la actualidad, es una gran mentira manifestar que tenemos en Colombia más de 30 jugadoras de fútbol femenino con edad y capacidades técnicas, deportivas y futbolísticas profesionales. Las estadísticas no nos permiten seguir mintiendo a la opinión publica.
El Gobierno entró al tema y a favor de las mujeres ¿qué les han dicho?
Al Gobierno no le han contado la verdad. Nosotros lo haremos. Sin embargo, celebramos complacidos el acuerdo de transparencia suscrito con todos sus representantes y ratificamos nuestro apoyo irrestricto a la Fiscalía y a todas la entidades gubernamentales que lo requieran, con miras a lograr el éxito final en todas las investigaciones sobre el aberrante tema.
Jorge Perdomo, expresidente de la Dimayor, dijo que dejó una Liga femenina muy bien enrutada ¿qué tan cierto es eso?
Perdón. Se me acaba de dañar el opinador personal. A estas apariciones de los ex, mi madre las llamaba el Tango de las viudas del poder. Comparto plenamente lo expresado por mi adorada madre.