La Conmebol definió este jueves el 10 de noviembre en el estadio La Bombonera como primera cita por la final de la Copa Libertadores, pero dejó en suspense el lugar del segundo y definitivo partido, que se jugará el día 24, hasta definir un reclamo de Gremio que impugna la clasificación de River Plate.
El Gremio, campeón de la edición de 2017 de la Copa Libertadores, resultó eliminado de la final el pasado miércoles al perder de remontada en Porto Alegre por 1-2 ante River en un encuentro que se definió en la agonía con un penalti que se concedió tras ser consultado el VAR.
Los directivos de club brasileño han denunciado ante la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) que el entrenador de River Plate, Marcelo Gallardo, tuvo activa participación en la dirección de sus jugadores, incluso ingresó en el vestuario en el descanso, pese a tener en vigor una sanción.
La demanda del club brasileño será juzgada este sábado en Luque por el Tribunal de Penas de la Conmebol.
A través de su cuenta de Twitter la Conmebol anunció este jueves que la primera final del torneo de 2018 se jugará "el sábado 10, a las 16 hora local, en el estadio del club Boca Juniors", y el partido de vuelta "el sábado 24, también desde las 16".
El presidente del Gremio, Romildo Bolzan, afirmó desde Porto Alegre que el River Plate burló las reglas en el partido de vuelta de las semifinales.
Gallardo fue sancionado por la Conmebol la víspera del encuentro de vuelta con Gremio por haber retrasado el ingreso de su equipo para el segundo tiempo del partido que perdieron hace una semana por 0-1 en el estadio Monumental de Buenos Aires.
Canales de televisión mostraron al entrenador, desde una cabina en las tribunas, comunicándose por radio con sus ayudantes situados en el banquillo, y en el intervalo descendió para ingresar en el vestuario.