‘Campeones’ sin corona es solo un calificativo que sirve como pretexto para recordar esas ilusiones que no se hicieron realidad.
Después del Mundial, la Champions es el trofeo que más desea ganar un futbolista. Y si conquistarlo es el éxtasis, perderlo después de haber estado tan cerca solo puede generar un estado: amargura.
El héroe inesperado de la remontada del Liverpool al Barcelona por la Champions
Una amargura inoxidable, de esas que solamente hallan algo de sosiego cuando de pronto alguien recuerda “uff, ese equipo no fue campeón, pero qué bien jugaba”.
Ajax, Borussia Dotrmund, Atlético, Mónaco y Arsenal son algunos de los exponentes de ese sentimiento y de la siguiente ‘colección’ de nostalgias.
Un romántico Ajax
Poesía sobre el campo, eso fue lo que hizo el Ajax de Ten Hag durante esta temporada en la Champions. Lastimosamente, por ley general, el romanticismo suele ser solo una burbuja en un mundo repleto de puntillas en cada pared y en cada cancha de fútbol.
El Ajax joven, atrevido y de triangulaciones líricas, se estrelló en las semifinales contra el pragmático y efectivo Tottenham. A pesar de estar arriba en la serie por 3-0 (ganó 1-0 en la ida y lo hacía por 2-0 en la vuelta), la falta de experiencia y hasta de malicia les jugó una mala pasada a los holandeses, que ya se veían disputando la gran final ante el Liverpool.
De todas maneras, el título honorífico del Ajax (campeón de Europa en 1971, 1972, 1973 y 1995) es la admiración de todo el planeta del fútbol, que vio cómo un equipo conformado por promesas como De Ligt, Van de Beek, De Jong, Neres y compañía fue capaz de pintarles la cara a gigantes como Real Madrid y Juventus bajo el legado de ‘fútbol total’ del mítico Johan Cruyff. Se valía soñar, pero el sueño resultó demasiado grande para unos chicos que solo salieron al campo a divertirse.
El Dortmund más visceral
Era una tremenda banda el Borussia Dortmund de la Champions 2012-2013. Hummels era el bastión de la defensa. Gundogan dirigía la orquesta desde la mitad y arriba Marco Reus, Mario Gotze y Robert Lewandowski hacían estragos y goles, muchísimos goles.
El responsable del funcionamiento de esa aplanadora amarilla, pasional, intensa y de fútbol vertical fue Jurgen Klopp, el hoy técnico del Liverpool finalista. Tenía todo para ser el campeón de esa edición, y más luego de superar en ‘semis’ al Madrid de Cristiano y Mourinho con un póker de goles de Lewandowski en el juego de ida (4-1).
Pero el destino quiso que Klopp y sus muchachos se encontraran en la gran final con otro equipazo: el Bayern Múnich orientado por una leyenda como Jupp Heynckes. El resultado fue 2-1 a favor de los bávaros.
Brilló tanto ese Dortmund, que muchas de sus figuras hicieron historia: Gotze marcó el gol con el que Alemania se consagró campeón del mundo en Brasil 2014 y, hoy en día, Hummels y Lewandowski no se cansan de cosechar éxitos con un Bayern de récords en suelo alemán.
Atlético de Madrid y sus dolores
Perder una final de Champions contra el rival de toda la vida, es un dolor tan inmenso como Europa. Y al Atlético de Madrid del ‘Cholo’ Simeone le ha tocado lidiar con ese sentimiento en dos ocasiones (2014 y 2016).
El Atlético de Simeone se ha ganado el cariño de los fanáticos del fútbol, pero no precisamente por jugar un fútbol estético y lleno de lujos. Ha generado admiración por un ser un equipo solidario en la cancha y con un poder de lucha que seduce a los que piensan que, en este deporte, lo más importante es el amor por la camiseta y el sudor.
Sin embargo, eso no ha sido suficiente para que el Atlético pueda levantar una Champions. En 2014, en Lisboa, le ganaba la final al Madrid de Ancelotti, pero un cabezazo de Sergio Ramos el minuto 95 derrumbó todo. Dos años más tarde, en Milán, los penales decidieron nuevamente darle la ‘orejona’ al Real, esa vez dirigido por Zidane, técnico que durante tres temporadas seguidas dominó en el ‘viejo continente’.
Mónaco de Falcao y Mbappé
Si han existido equipos con carisma en la Champions, uno de esos, sin duda, es el Mónaco. El equipo del Principado, desde un estadio chiquito, pero hermoso como el Luis II, se las ha ingeniado para confeccionar planteles que han rozado la gloria. El más reciente fue el de la temporada 2016-2017, cuando el DT Leonardo Jardim armó un equipo con talentos desconocidos como Bakayoko, Lemar, Bernardo Silva y compañía, quienes construían el fútbol para que arriba no perdonaran ni el juvenil Mbappé ni el ‘Tigre’ Falcao García.
Ese Mónaco eliminó en octavos al City de Pep al vapulearlo 3-1 en el Principado, y en cuartos de final sacó a un Dortmund con pinta de candidato. Ya en ‘semis’, su juego alegre y lleno de picardía no bastó para sobrepasar a la experimentada Juventus.
Hoy en día Mbappé es gran figura del fútbol. Fue campeón del Mundial con Francia en Rusia 2018 y brilla en el PSG. Los monegascos también fueron finalistas en el 2004 con un muy buen equipo, pero perdieron ante el histórico Porto de José Mourinho.
Arsenal y el fin de una era
En la historia de los ‘Gunners’, difícilmente habrá un equipo más exitoso que el de la temporada 2003-2004, que ganó la Liga Premier de manera invicta.
Manteniendo gran parte de la base de esa hazaña (Lehmann, Sol Campbell, Robert Pires, Fredrik Ljungberg y Thierry Henry), el equipo dirigido por Arsene Wenger llegó a la gran final de la Champions 2005-2006, luego de dejar en el camino al Real Madrid, a la Juventus y al recordado Villarreal del volante argentino Juan Román Riquelme. Pero tuvo la mala fortuna de encontrarse en la final contra el Barcelona guiado en el campo por el mágico Ronaldinho.
Los ingleses, en el juego por el título disputado en París, comenzaron ganando. Pero la expulsión del portero Lehmann les dio ventaja a los catalanes, que le dieron vuelta a la historia sobre el final con anotaciones de Samuel Eto’o y Belletti.
Ese fue el fin de la era dorada del Arsenal, ese equipo de triangulaciones eficaces y fútbol total que llegó a conquistar Inglaterra sin perder un solo juego.
Bonus track
En la edición 2003-2004, el Deportivo La Coruña también conquistó el corazón de los hinchas. El equipo de Valerón, Diego Tristán, el ‘Rifle’ Pandiani y compañía eliminó en cuartos al Milán tras propinarle un 4-0 recordadísimo en el estadio Riazor. Su ilusión acabó en semis ante el Porto, que sería el campeón.
Y en la edición 2005-2006 un equipo que generó elogios fue el Villarreal de Riquelme, que llegó hasta semifinales. En esa fase el ‘10’ argentino falló un penal ante el Arsenal que los sacó de la final.