Un hecho anecdótico y bonito se vivió este sábado en el partido entre Norwich y Brentford, por la Premier League.
Resulta que el volante del Brentford, Christian Eriksen, el danés que hace unos meses por poco muere al sufrir un paro cardíaco en un partido de la Eurocopa, le cometió falta a Brandom Williams, del Norwich.
Los dos cayeron al piso y allí Williams, bastante ofuscado por la falta que acababa de recibir, quiso agredir en el piso a Eriksen. Pero cuando se dio cuenta que se trataba del jugador que apenas está regresando a las canchas después de aquel suceso que por poco le cuesta la vida, sonrió y le dio un abrazo.
Eriksen también sonrió y le dio la mano, quedando ese hecho como una bella anécdota que le ha dado la vuelta al mundo.