Un aficionado irrumpió durante el partido de Everton y Newcastle por la Premier League, y ante la sorpresa de los demás asistentes, corrió hacia uno de los arcos para atar su cuello durante varios minutos.
El insólito caso sucedió en el estadio Goodison Park, teniendo que intervenir las autoridades y el personal de logística y seguridad del estadio para liberar al aficionado y expulsarlo del escenario deportivo.
El partido estuvo parado durante siete minutos, volviendo todo a la normalidad después de una situación que nadie esperaba.