Rodrygo Goes (Osasco, Sao Paulo, 09/01/2001) cumple con tan solo 18 años el gran sueño de su vida, fichar por el Real Madrid, siendo la nueva perla del fútbol brasileño y encarando el reto de triunfar en la elite del fútbol con la confianza del que se sintió nuevo rey del Santos.
El radar de búsqueda por Suramérica activado en el Real Madrid con Juni Calafat, que apareció en la época de Ronaldo Nazario como una de sus personas de confianza y ha desarrollado una habilidad especial en la caza de talentos, tiene un punto de mira centrado en Brasil.
Fichar jóvenes que pronto serán estrellas es la única forma de competir de un club que sigue siendo de sus socios con proyectos de grandes clubes con un multimillonario detrás avalando cada operación. Cuando ya despunten en Europa será tarde por los elevados precios de los traspasos y las cláusulas.
Así llegó Vinicius Junior, un futbolista que enamoró por su descaro y la forma de encarar siempre a los rivales. En su seguimiento, la atención la compartió con otro jugador que partía de la banda izquierda llamado Rodrygo, que presentaba las mismas características, algo más de juego de asociación y le sumaba gol.
Esa velocidad endiablada de Rodrygo por cualquiera de las dos bandas por las que aparece, su remate con dos piernas y una habilidad que nació en sus primeros pasos en el fútbol sala, llamaron la atención cuando comenzó a despuntar con el Santos y derribar barreras siendo un niño.
La vida de Rodrygo ha ido asociada siempre a la precocidad. Confiesa que con 8 meses ya andaba y daba patadas a un balón. A los 11 años Nike ya le había firmado como una de las grandes promesas del fútbol brasileño. Nació con el fútbol en las venas y los buenos consejos en su casa. Su padre, Eric Goes, no llegó tan alto, pero tenía una carrera en equipos de segunda línea que tuvo que aparcar con 32 años por el crecimiento imparable de su hijo.
Porque Rodrygo siempre llamó la atención en el Santos. Desde sus primeros pasos con 16 años. Ya marcó seis goles en un partido del Campeonato Paulista sub'17. Ese dato encendió todos los radares de búsqueda de los rastreadores de talento de los clubes grandes.
Vieron cómo las categorías inferiores de la selección brasileña le llamaban y cómo el Santos le abría de par en par las puertas del primer equipo sin mirar su DNI. El 4 de noviembre de 2017, con 16 años, se produjo su debut y ya era titular indiscutible pocos partidos después de su primer día y tenía a la afición rendida.
Siempre recordará la ayuda del entrenador del Santos Jair Ventura. Su atrevimiento para no frenar un crecimiento tan veloz. Le concedió galones siendo un niño y con 17 años Rodrygo se convertía en el jugador más joven de la historia de la Copa Libertadores en marcar un tanto en esa prestigiosa competición.
Da el salto a Europa tras 82 partidos con el Santos, siendo una de las grandes estrellas de la Liga brasileña, tras marcar 17 goles, disputar con Brasil el Sudamericano sub'20 con paso firme hacia la absoluta y con el reconocimiento individual al estar entre los diez elegidos a la primera edición del Trofeo Kopa al mejor jugador menor de 21 años y entre los candidatos al 'Golden Boy'.
El estadio Urbano Caldeira lleno, con toda la afición del Santos en pie, le despidió como un ídolo. Las lágrimas de Rodrygo no pudieron frenarse en el adiós a su casa aunque sabía que era irrefrenable dar el paso hacia la elite del fútbol europeo. Los grandes como Bayern Múnich, Barcelona, Liverpool o PSG habían llamado a su puerta. Él solo quería escuchar una llamada, la del club al que siempre animó en la distancia, el Real Madrid.
"La operación se concretó en 20 minutos. Siempre les dije que prefería al Real Madrid y que si venía no tenían ni que preguntar", confiesa el nuevo jugador madridista, que llega a cambio de 45 millones de euros.
Rodrygo sigue los pasos de Neymar, uno de sus grandes referentes. Del Santos al fútbol español, en este caso al Real Madrid, en el que encontrará la ayuda de compatriotas como Marcelo y Casemiro, y el consejo de su amigo Vinicius, que hace un año pasó por el mismo proceso de adaptación.
Da un paso de gigante en su sueño de convertirse en el mejor del mundo. "Lo tengo todo para jugar bien en el Real Madrid", afirmó en una muestra de su plena confianza.