Por Francisco Henao, reportero de El País
Momentos muy difíciles vive el Deportivo Cali por los malos resultados, situación que lo ha llevado a alejarse del grupo de los ocho, y a acercarse peligrosamente a la zona de descenso.
La dura realidad ha dado para que, especialmente en redes, se hable de malos manejos en la parte administrativa, y se denuncie el flojo presente de los jugadores. También para que se hable de supuestos ‘maltratos’ al interior del equipo, una situación que salpica al anterior técnico del Deportivo Cali, Jaime de la Pava.
Debido a esa situación, el timonel decidió hablar con El País para aclarar ese señalamiento, pero también para contar que hay manejos internos que no le hacen bien al equipo verdiblanco.
¿Su salida del Deportivo Cali fue voluntaria o presionada por directivos y aficionados?
Fue una salida que la habíamos dialogado ocho días antes con el Comité Ejecutivo; evaluamos lo hecho en las primeras diez fechas, la proyección de lo que iba a venir, las opciones de traer un 9, y al final quedamos en que el juego contra Patriotas definiría mucho. A eso se suman los componentes familiares y otros casos, entonces les dije que si no le ganábamos a Patriotas, hasta ahí los acompañaba. Así sucedió, fue una conversación seria y respetuosa, y ahora solo espero que el equipo cierre un año que no ha sido fácil porque se está arrastrando una mochila pesada del 2022 en materia de puntos.
¿Hubo amenazas serias contra su vida?
No sé si llamarlas amenazas porque cualquier persona hoy día tiene acceso a muchas cosas. Se está investigando el que mucha gente externa tuviera los teléfonos míos y de otros trabajadores de la institución. Con el número de uno, cualquiera puede escribir. El día que empezaron a llegar mensajes intimidatorios, lo tomé con mucha prudencia, sabiendo que siempre hay soluciones. Le dije al Presidente del equipo lo sucedido y me comentó que ellos también estaban siendo amenazados Pero a pesar de ello, no me escondí porque no tengo por qué escondérmele a nadie; el que se esconde es un ladrón, y yo siempre he actuado en mi profesión con mucha seriedad y honestidad. Varios muchachos de la barra me buscaron y me dijeron que estaban en desacuerdo con esas medidas que habían tomado otros compañeros.
¿La familia le pidió que diera un paso al costado?
Mi hijo mayor sí me lo pidió, me insistió varias veces; al final, la familia es la que más sufre y se perjudica por esta clase de situaciones.
¿Qué pasó el día en que la barra fue al entrenamiento?
Ellos entraron a la sede de Pance no de la manera más adecuada; siempre les dije que había los espacios y las formas para dialogar porque siempre les abrimos las puertas. No hubo ninguna situación incómoda; es más, los conozco, querían que los escuchara, pero también escucharme. Les dije el sentir del grupo y les pedí siempre el apoyo para que las cosas salieran lo mejor posible. También hablaron con los jugadores, y al final se fueron tranquilos.
¿Cree que debió haberse ido antes?
No, pensaba que las cosas podían cambiar. Hasta el minuto 77 del partido que jugamos con Tolima, el Deportivo Cali era líder. Entonces uno a veces pone en la balanza ciertas cosas; si llegamos a estar líderes después de que el equipo estuviera navegando entre los puestos 17 y 20 en los últimos dos años, era lo que me llevaba a pensar que todo podía mejorar. Por eso no pensé que me podía haber ido antes. Pero vinieron algunos partidos que hasta dominándolos nosotros, los perdimos por algunos errores nuestros. A eso se le suman expulsiones, penales errados, errores arbitrales... esas cosas después influyeron.
¿Cómo explicarle a la gente que un equipo que estaba peleando liderato, se cayó por completo?
Hay situaciones puntuales de los partidos que perdemos por errores de desatención, de aplicación de ciertas normas, y de desconcentración. El rival con una o dos jugadas, nos gana. Hay que ver también la parte emocional de los jugadores, nosotros también sentimos lo que pasa cuando no se gana. El equipo ha venido sintiendo la falta de confianza.
Se fue usted, y ahora con Patiño se pierde un partido por goleada en casa. ¿Qué pasa en el Cali?
No es fácil estar dentro de lo que se está viviendo; los muchachos que llegaron saben la responsabilidad que hay; muchas veces no se toman buenas decisiones porque hay angustia. Hay que tener cabeza fría y mucho carácter. Cada partido de nosotros era una final. Pero yo digo que al club hay que blindarlo, porque eso de estar filtrando información interna, le hace daño a mucha gente y al mismo equipo.
¿Usted tuvo el respaldo de todo el Comité o hubo oposición de uno o varios directivos?
De los cuatro, tuve el respaldo de tres; Diego Quintero siempre fue una persona que todos los días tenía algún reparo al proceso. Yo creo que un proceso, en el contexto en que está la institución, no es fácil; es respetable la posición de cada uno de ellos, pero eso siempre fue lo que sentí. Al expresidente Mena, al doctor Guido, al médico Losada y Eduardo Calderón, con ellos siempre buscábamos soluciones y analizábamos lo que debíamos mejorar. Quintero siempre tuvo una crítica para todo, pero eso es normal y pasa en todos lados.
¿Desde la directiva se filtraban situaciones del equipo?
Sí, desde que llegamos fue así; la primera parte del torneo el año pasado se empezó a notar eso. Es un gran problema de la institución y no es de ahora. Por ejemplo, yo salía de una reunión, y al momentito estaba escuchando o leyendo en otro lado cosas que se hablaron. Yo siempre he sido respetuoso de las cosas que se tratan en las reuniones, pero noté que se presentaba esa situación repetidamente en el Cali.
El canterano Nicola Profeta, hoy en Santos, en una entrevista habló de un supuesto maltrato de parte suya. ¿Qué sucedió?
La palabra maltrato habría que especificarla muy bien; no sé si lo malinterpretaron. Nosotros, en cabeza del doctor Juan Carlos Vásquez, hemos ido analizando la situación para tomar medidas. Lo que se ha manifestado en los medios es muy delicado para mi, una persona con 36 años en el fútbol y trabajando con jóvenes. Yo invitaría a uno de esos jóvenes si yo en 36 años he maltratado a alguno de ellos. Cuando uno tiene jugadores jóvenes los debe llevar a reflexiones día a día, y más con las circunstancias que se manejan en el fútbol, con empresarios y la familia involucrados. A Profeta lo observé el año pasado en la categoría Sub 17, debutó con nosotros, y se lo ganó por méritos. Así siempre me he regido en la vida. Tal vez el chico quiso dar a entender otra cosa.
¿Pero qué pudo haber pasado con Profeta?
Él tenía que haber llegado el 3 de enero a la pretemporada, y lo hizo dos o tres días después de esa fecha. Me habló de algún problema para salir de Venezuela por ser menor de edad; pero en esas circunstancias, son cosas que se pueden planificar con tiempo. Le dije que yo de 17 años sería el primero en llegar a la pretemporada. Son oportunidades que un joven no puede desaprovechar, y se lo manifesté con dos testigos al lado, porque cuando hablo estas cosas y más con menores, lo hago ante varios testigos para que no se presenten malentendidos. Eso se lo aprendí al doctor Carlos Bilardo. Y tengo entendido que Profeta Involucró a otros muchachos en esto.
Habló de Alejandro Rodríguez, Juan Castilla y Juan José Córdoba...
Sí, sería bueno que los muchachos también dijeran qué tipo de maltrato hubo; aunque esto hay que cogerlo con pinzas, incluso desde loa prensa, porque escuché la nota que dio Profeta a un medio, y en ningún momento habla de maltrato. Habla de inconvenientes, y nosotros como técnicos todos los días tenemos inconvenientes con un jugador.
¿Ha hablado con Profeta?
No, con él no he hablado. Sé que le mandó un mensaje al asistente John Jairo Escobar y le dijo que nunca había hablado de maltrato, y que si las redes o las personas lo malinterpretaron, no tenía nada que ver. Yo creo que con lo de Profeta, de pronto quieren encontrar un chivo expiatorio y seguramente nosotros no nos vamos a dejar enredar con eso, porque nunca maltratamos a nadie.
El empresario de Juan Castilla se quejó de que no ha tenido chances, ni con usted, e insinúa en que se lo puede llevar...
En el Cali hay una competencia que los jugadores deben entender, especialmente los jóvenes. Hoy día los procesos se quieren acelerar. Juan es de una gran proyección, un jugador serio, lo tuvimos en las últimas convocatorias; pero todo el mundo con el afán de muchas cosas están llevando a los muchachos a cometer errores. Hay que saber llevar a esos muchachos, hay que guiarlos y orientarlos, pero hay mucha gente alrededor que les dice muchas cosas.
Teófilo dijo hace poco que se fue del Cali por problemas con los directivos y con el técnico: ¿hubo roces con él?
En ningún momento tuve problemas con él, sería bueno que lo aclarara; incluso una vez tuve una charla interesante con él y me dijo que tenía el deseo de retirarse en diciembre del 2023, y le dije que lo pensara porque era un jugador para seguir en la cancha por su capacidad. Pero con Teo nunca tuve un problema.
¿El descenso es latente?
La tabla lo dice, está ahí, y con todo lo que hemos hablado, hay que reorientar el rumbo, ponerse serio en muchas cosas, apoyar al que esté y no empezar que porque se perdió un partido hay que traer un entrenador. No hay que decir te apoyo, y decir después otra cosa por otro lado.
¿Hay gente adentro que le hace daño al Cali?
Siempre ha existido, las empresas serias se blindan; uno tiene que ser serio y respetar los procesos.
¿Le tocó lidiar con esa corriente que va en contra de todo?
Totalmente, siempre.