La llegada de James Rodríguez a São Pablo ha implicado un gran revuelo en el mercado de fichajes sudamericano. El retorno del ‘10′ a este lado del continente, luego de 13 años en Europa, hace que los focos del mundo del fútbol vuelvan a estar sobre el que fue goleador de una Copa del Mundo. En sí, su vinculación por dos años con el equipo brasileño marca una nueva etapa en la carrera de James.
Por supuesto, y según él mismo lo manifestó, Brasil significa muchas cosas para su carrera. Como es de conocimiento general, el Mundial de 2014 se llevó a cabo en ese país y James supo brillar anotando seis goles en cinco partidos, ganando así la bota de oro, anotando el mejor gol del año y llevando a Colombia hasta los cuartos de final de la competencia. Luego de esto se convertiría en jugador del Real Madrid.
Solo con esos datos ya es posible dimensionar la importancia de Brasil en la carrera de James. Sin embargo, hay otro momento que también resuena en la cabeza del colombiano cuando se habla de ese país. De hecho, no es tan positivo y ocurrió cuatro años antes del desarrollo de la cita orbital de 2014.
Cuando James arribó al fútbol argentino, en 2009, concretamente a Banfield, su llegada generó revuelo por la gran promesa que proyectaba ser. Hasta ese entonces, el ‘taladro’ no había sido campeón de liga y lo más cerca que había estado era en varios subcampeonatos. El último en el clausura de 2005.
Bajo las órdenes de Julio César Falcioni, Banfield obtuvo el apertura de 2009, siendo este el único título liguero, hasta ahora, que tiene el taladro en su historia. Además, el técnico argentino logró consolidar a varios jugadores dentro del equipo, de los cuales destacó el joven James al lado de Walter Erviti, Santiago ‘El Tanque’ Silva, Guido Di Vanni, entre otros.
Ese campeonato le dio a Banfield la posibilidad de jugar la Copa Libertadores de 2010. En la fase de grupos se enfrentó a Nacional de Uruguay, Monarcas Morelia de México y Deportivo Cuenca de Ecuador. Al final, el equipo de James clasificó a octavos de final como segundo del grupo detrás de Nacional de Uruguay.
Ya en la ronda de 16 equipos, Banfield se enfrentó al Inter de Porto Alegre, equipo de Brasil. En la ida, el taladro ganó por 3-1 como local, destacando que el primer gol del encuentro fue obra de James, y se dimensionaba una vuelta tranquila para el equipo de Falcioni. Sin embargo, el segundo partido, disputado en el estadio Beira-Río de Porto Alegre, dejó un recuerdo poco grato para James Rodríguez.
Faltando cerca de 10 minutos para terminar el partido, el cual ya ganaba Inter por 2-0 y dejaba eliminado a Banfield, James Rodríguez le hizo una falta a Andrés D’Alessandro, por lo cual recibió su segunda tarjeta amarilla y la expulsión del partido, siendo esta la primera tarjeta roja que vio James en su carrera. Lo curioso de todo esto también es que el árbitro encargado de expulsarlo fue otro colombiano: Wílmar Roldán.
Así, James Rodríguez terminó expulsado en el primer partido que jugó en territorio brasileño en toda su carrera, aunque cuatro años después el recuerdo quedaría atrás luego de su brillante Copa del Mundo.
¿Cuánto será la cláusula de rescisión de James en São Paulo?
En las últimas horas se ha hecho bastante coyuntural la cláusula de rescisión de contrato que James firmó con el São Paulo. Según la información del periodista Venê Casagrande, la cláusula tiene un valor de 50 millones de dólares. Es decir, que si algún equipo quiere hacerse con los servicios del colombiano antes de que finalice el contrato, deberá pagar ese monto al equipo brasileño.