El actual presidente del Barcelona, Joan Laporta, fue también imputado en la investigación abierta por el escándalo sobre unos supuestos pagos del club catalán a empresas de un exresponsable arbitral, conocido como ‘caso Negreira’, informó este miércoles la justicia española.
Tanto el propio Barsa como sus expresidentes Sandro Rosell y Josep María Bartomeu estaban siendo ya investigados en este causa, así como José María Enríquez Negreira, el exdirigente arbitral en el centro del escándalo, y su hijo.
Ahora, sin embargo, el magistrado Jesús Aguirre, a cargo de la instrucción en un juzgado de Barcelona, decidió sumar a Laporta, quien ya presidió el club entre 2003 y 2010.
Pese a que los supuestos pagos del club a Negreira -quien fue el número dos de los árbitros españoles durante 25 años- se extendieron entre 2001 y 2018, según la Fiscalía, Laporta no había sido incluido hasta ahora entre los investigados atendiendo a la prescripción de los presuntos delitos.
Pero el magistrado Aguirre ha considerado ahora que en el caso de los presidentes y empleados del club “los hechos imputables llegan hasta el mes de julio de 2008, por lo que abarca a la directiva del Barcelona anterior a la presidida por el investigado” Sandro Rosell (2010-2014), según puede leerse en el auto hecho público este miércoles.
El llamado ‘caso Negreira’, que lleva convulsionando desde hace meses el fútbol español, subió de nivel en marzo, cuando la fiscalía de Barcelona presentó una denuncia por corrupción entre particulares contra el club catalán y varios de sus exdirigentes, como los expresidentes Rosell o Bartomeu.
La querella también se dirigía contra José María Enríquez Negreira y alguna de sus empresas, a través de las que habría cobrado más de 7,3 millones de euros entre 2001 y 2018, de acuerdo con la denuncia de la Fiscalía.
A finales de septiembre, la Guardia Civil registró durante horas la sede del CTA, situado en las instalaciones de la Real Federación Española de Fútbol a las afueras de Madrid.
El ‘caso Negreira’ le causa problemas al Barcelona
El Sevilla rechazó sentarse en el palco de honor en el juego entre el club andaluz y el Barsa por la fecha 8 de la Liga española el pasado 29 de septiembre, en “repulsa” por el denominado ‘caso Negreira’, por lo que el club azulgrana decidió dar “por rotas todas las relaciones” con el club andaluz.
La justicia española trata de averiguar si esos pagos, que según la fiscalía Negreira habría recibido a través de algunas de sus empresas más de 7,3 millones de euros, pudieron servir para tratar de influenciar de alguna manera en la competición, algo que niega el Barcelona alegando que eran por informes arbitrales.
El jueves, el juzgado barcelonés encargado del caso ordenó un registro en la sede de los árbitros españoles, al tiempo que imputó al Barcelona y a varios de sus exdirigentes, entre ellos sus antiguos presidentes Sandro Rosell y Josep María Bartomeu por un supuesto delito de cohecho.
*Con información de AFP