Lastimosamente, las últimas noticias para el deporte mundial y más específicamente para el ciclo olímpico no son las mejores. Todo, luego de que se supiera del fallecimiento de la expatinadora artística, Alexandra Paul, a sus 31 años, en un fatal accidente de transito.
Según se pudo saber por la cadena, Sky News, en Melancthon Towship (Ontario) un camión de carga fue el culpable de ocasionar el siniestro, donde no solo salió afectada la deportista en mención sino también su pequeño bebé, además, de otros cinco carros que se encontraban cerca.
El mencionado medio, afirma que la patinadora permanecía en su auto cuando fue sorprendida por una colisión inesperada del camión, esto en medio de lo que, al parecer, era una zona de obras que se estaban desarrollando en este sector.
La deportista no estaba sola, en su auto también permanecía su bebé que también sufrió por el impacto del otro vehículo, para fortuna de sus familiares, el menor de milagro de salvó de haber fallecido.
Tras el suceso, el pequeño de apenas 10 meses que se encontraba en la parte trasera del auto, fue llevado a un centro asistencial donde le dieron los primeros auxilios, curaron las heridas y por fortuna, salvaguardaron su vida para que horas después estuviera fuera de peligro.
Tristemente la patinadora que estuvo en los Juegos Olímpicos de Invierno en 2014, no resistió al durísimo golpe y falleció. Cabe recordar que tras esa competencia mencionada, hizo oficial su retiro y en la actualidad, se dedicada al oficio del derecho.
Paul estaba casada con Mitchell Islam, otro patinador con el que había compartido en diferentes eventos mientras estos hacían pareja en escena. Precisamente, con este fue que dio por finiquitada su carrera en el patinaje nueve años atrás.
Como colegas en el deporte que practicaron además de ser reconocidos por su buen desempeño, lograron construir un fortín de victorias entre ambos. Entre el palmarés compartido, estuvo haber ganado múltiples medallas internacionales, además, de un triplete de títulos como campeones de Canadá.
Otro grave accidente
El Daytona International Speedway, en Daytona Beach, Florida, fue testigo de uno de los momentos más impactantes en una carrera de Nascar. En sí, todo transcurría con normalidad en la carrera que se llevó a cabo este fin de semana hasta que el conductor Ryan Preece sufrió un grave accidente que, más allá de lo ocurrido, le pudo costar la vida.
Cuando se corría la vuelta 156, el corredor de un Chevrolet, Erik Jones, perdió el control del automóvil, el cual se desvió a la izquierda y se chocó con Ryan Preece, que manejaba un Ford. Ante esto, y debido al golpe, Preece también chocó con su compañero, Chase Briscoe, por lo que los tres se vieron afectados. Sin embargo, Preece se llevó la peor parte.
En las imágenes se observa cómo el vehículo queda completamente a la deriva, haciendo así que el accidente fuera muy fuerte. El carro se metió dentro de la zona verde del circuito, donde empezó a dar vueltas en el aire de forma impresionante.
La situación empezó a ser mucho más tétrica cuando del vehículo empezaron a salir llamas de fuego. Ante esto, se temía lo peor por la salud del piloto. Por supuesto, los cuerpos médicos y de seguridad entraron a la zona del accidente para socorrer al deportista.
Para sorpresa de todos, Ryan Preece salió por sus propios medios y fue tratado para evaluar su estado de salud. Además, tiempo después, fue llevado al Halifax Medical Center para conocer la gravedad de lo ocurrido por medio de estudios más profundos.