La lista de los 22 atletas que afrontarían la segunda final del Mundial Sub 20 de Atletismo, que comenzó este lunes en el Pascual Guerrero, tenía un nombre muy especial: Nelson Mandela.

Por supuesto, no era el líder sudafricano que luchó contra el apartheid, que estuvo 27 años preso por defender sus ideales y que dirigió a su país entre 1994 y 1999.

El Nelson Mandela que apareció en la pista del Olímpico Pascual Guerrero para afrontar la final de los 5000 metros hombres era un keniata de 17 años, de contextura delgada, pantaloneta negra y camiseta oscura, pero también con hambre de gloria y ganas de superación.

Con el dorsal número 5 enfrentó a 21 atletas de diferentes partes del mundo, entre ellos dos etíopes, dos norteamericanos, dos eritreos, un francés, un polaco, un alemán y un británico.

Mandela, fiel a su nombre y apellido, quiso escribir su historia en el Pascual, marcando el paso en las primeras vueltas al lado del etíope Addisu Yihune, de su compatriota Samuel Kibathi, de eritreo Merhawi Mebrahtu y del japonés Hiroto Yoshioka.

Pero el ritmo que imponía el grupo cuando ya iban más de las 12 vueltas pactadas le fue pasando factura al joven keniata.

Mandela fue perdiendo la ‘rueda’ de sus principales rivales, y a falta de 200 metros para el final retrocedió considerablemente hasta terminar octavo, perdiendo más de 10 segundos con el vencedor de la prueba y ganador de la segunda medalla de oro del Mundial, el etíope Addisu Yihune.

La plata y el bronce fueron para los eritreos Merhawi Mebrahtu y Habtom Samuel, completando la barrida africana en la prueba de los 5000 metros en el sanfernandino.

Al final de la carrera Nelson Mandela felicitó a los ganadores, compartió luego con los demás miembros de su delegación, y después de la inauguración oficial, se fue tranquilo del Pascual Guerrero, convencido de que a sus 16 años un octavo lugar en un Mundial Sub20, es una buena conquista.