Marino Hinestroza fue una de las figuras de Atlético Nacional en la conquista de la decimoctava estrella en la historia del conjunto verdolaga.
El vallecaucano fue habilitado a última hora para disputar la final de vuelta contra Deportes Tolima, luego que prosperara el recuerso de apelación presentado por la dirigencia de Nacional.
Hinestroza fue titular y aportó una asistencia en el gol de Andrés Felipe Román que significó el 2-0 a favor del cuadro antioqueño.
Finalizada la vuelta olímpica y la celebración en el vestuario, Marino atendió a los medios de comunicación y confesó un secreto que mantuvo guardado durante toda la semana previa al partido de vuelta en el que Nacional se coronó campeón.
Al no poder jugar el partido de ida, Marino tomó la decisión de viajar a Cali para verlo acompañado de sus amigos más cercanos. Aunque no informó de este viaje al cuerpo técnico, al día siguiente regresó a la hora acordada para presentarse a la sesión de recuperación con el resto de sus compañeros esperando la resolución que le diera la posibilidad de jugar el juego de vuelta.
“Aquí entre nos, ni el profe sabe. Yo me fui para Cali, me vi el partido con los amigos, nadie sabía. Al otro día madrugué a entrenar. Como estoy solo acá, verme el partido solo, no”, declaró en zona mixta.
Esta anécdota pasó desapercibida por las declaraciones que el mismo Marino concedió tras la final y que se hicieron virales en redes sociales. En ellas aceptó ser ‘arrogante’ como muchas personas lo llegaron a tildar por sus celebraciones y comportamientos dentro del campo de juego.
“Soy un pelao’ ambicioso y lo estoy ratificando: dos títulos en diciembre. Siempre he sido así, un chico deshumilde, arrogante, pero deben darse cuenta de que para ganar hay que ser así. Ya estamos cansados de ser humildes y no ganar nada. Yo sí soy así, arrogante, entrego todo, aliento a la hinchada y provoco, porque eso es lo que da”, fueron otras de las declaraciones que dejó en el marco de la celebración por el título de los verdes.