Por César Polanía / Editor de Deportes
No debe ser James Rodríguez. Tampoco Juan Fernando Quintero. El hombre de las ideas en la Selección Colombia tiene que ser Jorge Carrascal. Y no lo digo por lo que hizo el jueves contra Venezuela, cuando ingresó al terreno en el segundo tiempo y despejó el camino de un equipo que no encontraba la fórmula para el gol. Y pensar que estuvo a punto de perderse el partido por los inconvenientes en los vuelos desde Rusia.
Carrascal, nacido el 25 de mayo de 1998 en Cartagena (25 años), es una de las perlas que tiene el técnico Néstor Lorenzo en su proceso de renovación de Colombia, y desde hace rato pide pista para ser titular.
La dinámica, la visión de campo, el cambio de ritmo, la verticalidad y el arrojo de Carrascal confluyen para hacer del cartagenero el motor de esta selección, y el muchacho del Dínamo Moscú tendrá que aprovechar —desde luego ya lo hace— ese par de referentes que tiene al lado y con los que comparte camerino, entrenamientos, concentraciones y partidos, como lo son James y Quintero. Y ellos también lo saben. Y seguramente más de un consejo le habrán dado a Jorge.
Por dentro, como interior en la zona de ataque, Carrascal es quien mejor entiende el juego que busca Lorenzo con la Selección, y en esa estructura son clave otros hombres que tienen la misma rapidez del cartagenero: Luis Díaz y Jorge Arias. Los tres, Carrascal, Díaz y Arias, tienen que ser piezas inamovibles en el andamiaje de Lorenzo, si su apuesta pretende un fútbol vertical y moderno, que no riñe con las características del jugador colombiano, que cada vez debe parecerse más al futbolista europeo, sin perder ese ADN latinoamericano que lo hace más valioso en una cancha.
Carrascal ha pasado por el fútbol colombiano, español, argentino y ruso, a pesar de que apenas anda por los 25 años, y pronto debería dar el salto a una liga con mejor apellido en Europa, porque tiene las condiciones para ello. Claro, le faltan muchas cosas para ser un grande, pero va por buen camino y es la competencia en escenarios como las Eliminatorias la que le da el plus que necesita para seguir escalando.
Solo Lorenzo sabrá los planes para enfrentar a Chile el martes, 12 de septiembre, por la segunda fecha del clasificatorio al Mundial de Estados Unidos, Canadá y México 2026, pero Carrascal tendrá que ser inicialista. Hay que darle juego al lado de Díaz, Arias, Borré, y si se equivoca o no brilla, corregirlo, pero no condenarlo a la banca. Porque suele pasar. Lo que más hacemos en el fútbol es dejar de creer prematuramente y dejamos en el montón a jugadores que un día podían llegar a la élite. Por suerte, Lorenzo parece entenderlo.
Considero que esta convocatoria hecha por el técnico argentino, quien fuera la mano derecha de José Pékerman en el proceso más exitoso de la Colombia de los últimos tiempos, ha sido inteligente, porque no botó a la caneca lo que había, sino que le está sacando provecho para alcanzar ese relevo generacional que lo lleve al éxito en las Eliminatorias y el Mundial, porque muchos de los ‘veteranos’ seguramente no estarán en la cita del 2026.
No le demos vueltas. James y Quintero posiblemente van a aportar en las Eliminatorias. No lo sabemos. Lo que sí debemos saber es que Carrascal está en un momento pleno y debe ser el motor de una Colombia que busca otros ritmos, como lo exige el fútbol moderno.