Los equipos que compitan en la Copa del Mundo 2026, con sede conjunta en Estados Unidos, Canadá y México, estarán agrupados por regiones para evitar desplazamientos largos en la primera fase del torneo, dijo el miércoles el presidente de la Fifa, Gianni Infantino.
Será la primera Copa del Mundo en la que participen 48 equipos, desde los 32 que disputaron el trofeo en Qatar 2022, y también será inédita la sede conjunta en tres países.
“El desafío es toda la logística”, que implica la organización en tres países sede, dijo Infantino.
“Es un continente: tres países y no tres países pequeños, tres países grandes”. “Las distancias, los horarios, las diferencias climáticas también: altitud en México, nivel del mar en otras partes”, acotó el mandamás de la Fifa.
En ese contexto, para la Fifa es vital crear un entorno adecuado para que los equipos y los aficionados tengan las mejores condiciones posibles, aseguró Infantino.
Un contexto adecuado implica “no tener que viajar demasiado, especialmente al inicio”.
Los viajes y organización sobre las bases y la movilidad de los equipos en el Mundial se discutieron en una reunión en Doha la semana pasada de los 32 entrenadores involucrados en la Copa del Mundo de Catar, destacó Infantino.
En 2026 “habrá algunos viajes involucrados, pero lo coordinaremos y nos aseguraremos de que sean las mejores condiciones posibles para el equipo”, dijo Infantino.
Cuando se le preguntó cuál quería que fuera el legado de 2026, Infantino dijo a la AFP: “Que el fútbol sea el deporte número uno en América del Norte”.
Bielsa fue presentado en Uruguay
Uruguay puede fantasear y alimentar esa ilusión con jugadores de primer nivel, dijo el nuevo entrenador de su selección de fútbol, el argentino Marcelo Bielsa, al ser presentado oficialmente, este miércoles, ante la prensa en el Estadio Centenario de Montevideo.
Bielsa no ofreció novedades pero sí respuestas conceptuosas cargadas de sentido. Nada reveló, por ejemplo, acerca del futuro en la selección de las últimas grandes estrellas celestes, como los delanteros Luis Suárez y Edinson Cavani.
“Cualquier decisión que involucre a algún jugador con antecedentes históricos no puede ser tratada sin escucharlos. Soy muy respetuoso de los ídolos porque son patrimonio de la gente y el ídolo es un metal precioso para los más pobres. Jamás haría conscientemente algo que pueda dañar a un ídolo”, explicó.
El rosarino, de 67 años, se extendió, en cambio, sobre cómo se resolvió para asumir la conducción de la Celeste.
Uruguay es de los países que, en el plano futbolístico, “puede fantasear y alimentar la ilusión con jugadores de primer nivel”, dijo al explicar las razones por las que había descartado ofertas económicamente mucho más tentadoras que le hicieron llegar distintos clubes, aunque no reveló montos.
“Una de las cosas que consideré mucho es que no iba a tener en ningún club de los que a mí pueden ofrecerme un grupo de jugadores como los que Uruguay tiene en este momento”, dijo.
“No tuvieron que convencerme, casi diría que todo lo contrario. Mi deseo de pertenecer a este proyecto tiene dos extremos: los jugadores que posee Uruguay, y el destinatario de lo que uno hace: el ciudadano de a pie”.
“La forma en que entiendo el fútbol es asimilable a los jugadores con que contaré”, señaló.
Tras mencionar el poco tiempo que tendrá para trabajar antes del debut celeste ante Chile, en septiembre, en las eliminatorias sudamericanas para el Mundial 2026, dijo que se dedicará a seguir especialmente a los jugadores que menos conoce.
“Los grandes jugadores no necesitan demasiado tiempo para asimilar un estilo si ese estilo los representa. Y los grandes de verdad lo hacen instantáneamente”, remarcó el exentrenador de Chile y Argentina y de clubes como el Leeds United, Athletic de Bilbao y Olympique de Marsella, entre otros.
Con información de la AFP.