Una vez más, el Valle del Cauca se queda sin final de la Liga colombiana, por los fracasos de América y Deportivo Cali este semestre. Ambos oncenos, con tres fechas jugadas de los cuadrangulares, son últimos de sus respectivos grupos, los azucareros con apenas 1 punto en el A, y los rojos sin puntaje en el B.
La esperanza de llegar a una final estaba más por los lados del América por la campaña que hizo en el todos contra todos, con un largo invicto, un fútbol que agradaba a todos, y un estilo de juego que parecía que ya estaba mecanizado por parte de sus futbolistas. Pero todo se vino al piso y en las tres salidas de los cuadrangulares, el onceno escarlata suma igual número de derrotas, lo que ha sido una verdadera decepción.
Entre tanto, al Deportivo Cali no se le pedía mucho por todos los problemas, especialmente económicos, que ha venido atravesando desde hace más de un año. Sus hinchas, incluso, se dieron por bien servidos con una clasificación que estuvo muy embolatada y que solo se aseguró en la última jornada del todos contra todos.
Lo que sí no esperaban era que el equipo cumpliera, hasta ahora, una pobre campaña en esos cuadrangulares. Mientras América dio por última vez la vuelta olímpica en el 2020, el Deportivo Cali se consagró en 2021. Aquí están algunas de las causas de los fracasos en rojo y verde.
Los pecados del Deportivo Cali
Errores desde la directiva: Deportivo Cali este año, en muchas ocasiones, fue más noticia por los desencuentros entre sus directivos, que por lo que hacía en la cancha. Los cambios en la presidencia del equipo, los polémicos comités en los que se llevaban casi siempre la contraria, y las decisiones que no tenían la bendición de todos, como el traer a Luis Sandoval sin el consentimiento del técnico que estaba (Jorge Luis Pinto), hablan de que la enfermedad viene desde la misma cabeza de la institución.
La actualidad dirigencial sigue siendo preocupante, hasta el punto que el Deportivo Cali hoy no tiene un presidente reconocido por el Ministerio del Deporte.
Ese mensaje, el de las peleas internas, es el que siempre les llega a los jugadores. En ese sentido, resulta difícil pedirle tranquilidad y concentración al equipo en la cancha. Otro error de algunos directivos fue filtrar los nombres de posibles refuerzos aún con el equipo en competencia.
Un equipo muy liviano: No era la mejor nómina —tampoco la peor— y eso fue suficiente para que el Deportivo Cali sucumbiera contra rivales más experimentados, como sucedió en los dos más recientes partidos, frente al Atlético Junior en el Metropolitano de Barranquilla, y ante Deportes Tolima en el Murillo Toro de Ibagué.
Los líos del equipo no son de ahora; vienen incluso desde el año cuando se coronó campeón por última vez, en el 2021. Una dura situación económica le impidió reforzarse debidamente en los siguientes torneos y eso ha afectado considerablemente el rendimiento.
Debido a ello, Deportivo Cali quedó dependiendo de lo que hicieran o aportaran muchos canteranos como Alejandro Rodríguez, Juan Esteban Franco, Jefferson Díaz, Brayan Montaño, Onel Acosta, Enrique Camargo, Juan José Córdoba, Adrián Parra, y en algunas ocasiones también de John Cabal, Jean Paúl Arce, y de Juan Castilla, que llegó para este semestre. La presión no la pudieron sobrellevar muchos de ellos, lo que afectó al equipo.
Sin estilo definido: Futbolísticamente, el Deportivo Cali no tiene un estilo definido, que sea su hoja de ruta en los diferentes partidos. El equipo juega al son que le toque Teófilo Gutiérrez, su capitán y jugador más experimentado, y lo que aporten Luis el ‘Chino’ Sandoval y el paraguayo Gustavo Ramírez.
Esa situación hace que su fútbol sea predecible y que los rivales entiendan que la fórmula para controlar a los Azucareros es marcando a Teófilo. En lo táctico, el Deportivo Cali ha utilizado el 4-2-3-1 en muchos partidos, pasando a ser 4-3-2-1 en otros compromisos, dependiendo del rival de turno.
Tal vez la llegada tardía de Jaime de la Pava, con el campeonato ya en marcha, explicaría el porqué no se afianzó un estilo de juego. El otro lunar tiene que ver con los numerosos errores defensivos, siendo el Cali muy vulnerable, lo que quedó demostrado a lo largo de la temporada, teniendo una de las vallas más vencidas.
Sin estilo definido: Futbolísticamente, el Deportivo Cali no tiene un estilo definido, que sea su hoja de ruta en los diferentes partidos. El equipo juega al son que le toque Teófilo Gutiérrez, su capitán y jugador más experimentado, y lo que aporten Luis el ‘Chino’ Sandoval y el paraguayo Gustavo Ramírez.
Esa situación hace que su fútbol sea predecible y que los rivales entiendan que la fórmula para controlar a los Azucareros es marcando a Teófilo. En lo táctico, el Deportivo Cali ha utilizado el 4-2-3-1 en muchos partidos, pasando a ser 4-3-2-1 en otros compromisos, dependiendo del rival de turno.
Tal vez la llegada tardía de Jaime de la Pava, con el campeonato ya en marcha, explicaría el porqué no se afianzó un estilo de juego. El otro lunar tiene que ver con los numerosos errores defensivos, siendo el Cali muy vulnerable, lo que quedó demostrado a lo largo de la temporada, teniendo una de las vallas más vencidas.
Los pecados del América
Faltó jerarquía: El equipo mostró personalidad en la mayoría de los partidos de la primera parte de la Liga, con casi todos sus jugadores en un gran nivel. Pero cuando llegó el momento de confirmar esas bondades en la fase decisiva, quedó en deuda.
La debacle comenzó en el juego contra Bucaramanga en el Pascual, por la última fecha del todos contra todos, con la derrota 1-2. Ese día, el equipo, además de caer sorpresivamente en casa ante un equipo eliminado, cedió un largo invicto, perdió la posibilidad de ser cabeza del Grupo B y de paso acceder al punto invisible.
Contra Bucaramanga primero, y después ante Medellín, Millonarios y Nacional en cuadrangulares, los jugadores que hace unas semanas volaron, extraviaron su fútbol y no hicieron diferencia para sumar por lo menos en casa. Eso habla claramente de una gran presión que afectó a jugadores en su mayoría de un gran recorrido en el profesionalismo.
Un equipo desequilibrado: Se demostró hasta la saciedad el desequilibrio del América en la Liga, un lunar que siempre se le advirtió al técnico Lucas González. Los rojos son muy ofensivos, incluso siendo el equipo más goleador de la primera fase de la Liga, distinción que compartió con Águilas.
Pero América no defiende de la misma manera porque sus jugadores no regresan a ocupar posiciones de marca cuando no se tiene el balón. En otras palabras, ha sido un equipo muy permeable, que no es garantía de seguridad; esa es una preocupación que nace desde su propio arquero, pasando por los hombres de la defensa, y que cobija a los volantes de marca. El equipo falló en ese sentido y lo más inquietante es que no se tomaron las precauciones necesarias para evitar el desastre en los partidos.
Se le mojó la pólvora: Dos goles en tres partidos de los cuadrangulares hablan de la preocupante pobreza en esta instancia de los llamados artilleros, pero también de los volantes que pisan el área contraria con mucha facilidad.
La falta de efectividad la pagó muy caro América, al perder partidos que pudieron haberse resuelto a su favor si los delanteros estaban enchufados. En el último partido del todos contra todos frente a Bucaramanga, el anotador fue el lateral derecho Esnéyder Mena. Contra el Medellín, ya en cuadrangulares, convirtió Kevin Andrade, y ante Millonarios el único gol fue de Edwin Cardona.
Cristian Barrios y Carlos Darwin Quintero hace rato no le aportan goles al equipo escarlata, en tanto que el centroatacante argentino Facundo Suárez viene con el arco cerrado desde hace varias fechas. Su último gol fue el pasado 6 de agosto de este año, en el empate 1-1 ante La Equidad. Andrés Sarmiento, el otro delantero, se la ha pasado lesionado.
No hay autocrítica: El técnico Lucas González no fue capaz de reconocer los errores que siempre mostró el equipo en la cancha, lo que le hizo pensar al grupo que las cosas iban muy bien.
Craso error: por eso nunca se corrigieron los numerosos lunares defensivos, y por esa misma situación no se tomaron decisiones y correctivos para evitar que el equipo fuera bastante descompensado en cada presentación.
El timonel escarlata, en casi todas las derrotas, siempre se escudó en un mensaje en el que enfatizaba el buen trabajo del equipo y, como sucedió en el revés frente al Medellín, en que al rival se le había aparecido la virgen.
Si desde la cabeza visible del América en lo deportivo no se reconocen los errores, difícilmente el equipo saldrá de su duro momento. No se trata de exponer públicamente a los jugadores, pero sí de aceptar las fallas que se cometen en los diferentes compromisos, y trabajar para corregirlos.