Pedro Enrique Sarmiento quizás murió para el plano terrenal, pero para los libros de historia del fútbol colombiano y más para los del Deportivo Cali, su nombre jamás desaparecerá.
Y es que, desde el segundo semestre del 2005, cuando ‘El Sencillo’, conquistó la octava estrella del conjunto verdiblanco, su nombre se talló con letras grandes en las páginas de la historia del cuadro ‘Azucarero’.
La obtención del título del 2005 del Deportivo Cali estuvo marcada por varios detalles destacados, uno de ellos fue que el equipo ‘azucarero’ se clasificó para los cuadrangulares como líder del todos contra todos.
Aquel equipo se caracterizaba por tener un fútbol bien jugado cuando era necesario y un juego basta agresivo cuando el momento lo ameritaba. En dicho plantel estaban jugadores como Hugo Rodallega, Álvaro ‘Caracho’ Domínguez, el panameño Blaz Pérez, Nelson Rivas, Jamilson Olave, Dario Caballero, Jaime Riveros, Ricardo Siciliano, Breiner Castillo (PT), Juan Pablo Ramírez (PT), Hernando ‘Cocho’ Patiño, entre otros.
Además, para que el equipo dirigido por Pedro Sarmiento tuviera la posibilidad de llegar a la final y quedarse con la estrella de Navidad, debía superar un difícil grupo A, que compartió con América de Cali, su clásico rival; Junior de Barranquilla y Once Caldas, el cual traía el proceso de aquel equipo que quedó campeón de la Copa Libertadores en 2004.
Una de las curiosidades que tuvo el grupo A, fue que Deportivo Cali no pudo vencer en ninguno de los clásicos al América, en el primero en condición local igualó 0-0 y en el segundo, donde el cuadro rojo hacía de local, empataron 2-2.
En ese mal llamado grupo de la muerte, el Cali tuvo que sufrir un poco, puesto que llegó a la última fecha del cuadrangular peleándose el paso a la final con el Junior de Barranquilla.
En esa jornada al verdiblanco solo le servía ganarle al Once Caldas en el estadio Pascual Guerrero y en caso de empatar, los ‘azucareros’ debían esperar que su rival de patio les diera la mano para obtener el paso a la finalísima.
Sin embargo, el Cali decidió tomar la vía correcta y venció 3-1 a Once Caldas en casa. Y menos mal, porque en Barranquilla, América cayó 2-1 ante Junior.
En la final se iba a dar un duelo con varias particularidades, primeramente, se iba a disputar una final inédita e inesperada, puesto que el rival del Deportivo Cali sería Real Cartagena, un equipo que había ascendido en ese año y llegaba a su primera y única final de primera división.
Además, en el duelo entre caleños y cartageneros se iban a enfrentar dos grandes amigos y curiosamente, concuñados, se trataba de Pedro Sarmiento (Cali) y Hernán Darío Herrera (Real Cartagena).
La final de ida se disputó en el estadio Jaime Morón León de Cartagena, donde la euforia invadió a la gente que por primera vez veía al equipo de la capital bolivarense en una final. Sin embargo, la fiesta que prepararon los cartageneros se la disfrutó el ‘azucarero’ que, acompañado de poca gente, venció 2-0 al conjunto de la ‘Heroica’.
En la vuelta, el Pascual Guerrero se tiñó de verde, la hinchada ‘azucarera’ ya sentía en sus manos la octava estrella y Pedro Sarmiento le estaba casi que, arrebatando el título a su gran amigo, a quien como jugador siempre lo tuvo a su lado, pues cabe recordar que Herrera y Sarmiento jugaron juntos en Atlético Nacional y América de Cali.
En dicho juego, el 18 de diciembre de 2005, Deportivo Cali abrió el marcador muy temprano, sobre los 15 minutos, Jaime Riveros, un volante chileno de 1,66 de estatura, a quien le decían la ‘Liebre’, aprovechó un balón que le lanzó Giovanni García y la mandó a guardar.
Aunque ese día parecía que el Deportivo Cali le iba a propinar una paliza al Real Cartagena, el equipo de Hernán Darío Herrera se sentó en la cancha y no le complicó el partido al ‘Azucarero’. El marcador no se movió y el verdiblanco con un resultado global de 3-0 terminó con siete temporadas de sequía de títulos.
De esta manera, Pedro Sarmiento obtuvo su segundo campeonato colombiano como entrenador, el primero lo consiguió con el Deportivo Independiente Medellín en el año anterior (2004), y además, dejó marcado su nombre en la historia del cuadro verdiblanco.