Fiel a su estilo, franco y directo, Eduardo Pimentel se fue lanza en ristre contra la dirigencia del Fútbol Profesional Colombiano (FPC), la Dimayor y uno de los clubes grandes de la Liga Betplay, justo en donde él fue futbolista profesional.

Pimentel, quien es el dueño de Chicó y no comulga con muchas cosas del FPC, aseguró que la demanda que le ganaron al Medellín, en donde consiguieron los tres puntos en el escritorio, del partido de la Copa Betplay 2024, es una muestra de que hay que respetar las reglas.

Ese es un éxito de mi hijo, quien es el presidente del club y es un monstruo en todos estos temas”, dijo Eduardo con respecto a la gestión que hizo Nicolás, el Presidente de Chicó.

Eduardo Pimentel varias veces ha sido expulsado de partidos del fútbol colombiano, y ha sido multado, por su fuerte carácter.

“No hay respeto por nada, es una dictadura (el FPC), se pasan los reglamentos por la faja. Eso nos tiene aburridos, estamos en contra de las situaciones que pasan. Por eso hay que pedir la salida de Jaramillo”, dijo Pimentel, en referencia a Fernando Jaramillo, el Presidente de la Dimayor.

En acto seguido, el exfutbolista y hoy dirigente, aseguró, sin pelos en la lengua, que “se interpretan las normas como el señor Jaramillo quiere. Jaramillo se tiene que ir de la Dimayor, ya él lo sabe y eso que yo lo he respaldado, pero ya no más”.

Además agregó que “ha comenzado a hacer unas cosas por mandatos de terceros, como la gente de Millonarios. Si los equipos grandes no se dan cuenta, se los van a llevar. Yo soy de Millonarios, pero no van a venir a atropellar a todo el mundo. Los reglamentos se tienen que cumplir”, dijo Eduardo Pimentel, acusando a ‘Millos’ de favorecer.

Él es Fernando Jaramillo, Presidente de Dimayor, a quien Eduardo Pimentel le pide que se vaya del FPC. | Foto: Colprensa - Mariano Vimos

Ante estas denuncias, el dueño de Chicó fue enfático al pedir que se debe hacer una asamblea para que cambien algunas cosas.

“Yo creo que sí debería haber una reunión de los presidentes de Dimayor. Pero hay dificultades muy grandes. Acá hay clubes que cambian de tres presidentes por año y los que llegan ni leen los estatutos, la reglamentación y además, no son dolientes. El fútbol no es tan fácil. Los mejores empresarios del año, en muchos casos, han llegado de dirigentes de clubes, pero los he visto en asambleas decir: ‘esto no lo maneja ni el putas’”.