Tras desplegar un encomiable fútbol ofensivo con el Fluminense, el DT Fernando Diniz da muestras de haber perdido un poco el comando del equipo desde que asumió también la Seleção, generando dudas de cara a la final de la Libertadores del sábado ante el Boca Juniors.
Si bien el fútbol atacante, el buen trato del balón y la posesión, características del “dinizismo”, permanecen intactas, el Fluminense parece haber olvidado la parte defensiva, con una serie de errores que podrían costarle caro en su aspiración a alzar su primera Copa Libertadores.
Retahíla de goles en contra
Los números hablan por sí solos: en los diez partidos previos al debut de Diniz con Brasil (inicios de septiembre), el Fluminense encajó 9 goles en el Brasileirao, una media inferior a un tanto por encuentro, mientras que en los ocho disputados desde entonces, el dato saltó a 2,25.
Inicialmente, el anuncio de la contratación de Diniz en la selección brasileña, aunque fuera de forma provisional antes de la posible llegada de Carlo Ancelotti a mediados de 2024, fue motivo de orgullo para el Fluminense.
Los tricolores lo entendieron como una forma de ver reconocido el excelente trabajo del técnico en el club, el que juega de manera más vistosa y ofensiva en Brasil.
No obstante, algunas actuaciones desde entonces muy por debajo de lo que se esperaba, han encendido las alarmas entre la “torcida”, que empieza a dudar si es bueno para el club “ceder” a su técnico al combinado nacional.
Atención dividida
Es difícil atribuir solo la caída del rendimiento del “Flu” en el Brasileirao a la llegada de Diniz a la selección, porque durante este período, el conjunto de Rio de Janeiro disputó las semifinales de la Copa Libertadores contra el Internacional de Porto Alegre y reservó a varios titulares en la liga para los partidos del cruce continental.
Lesiones de piezas clave, como el central y capitán Nino, sanciones o el descanso para veteranos titulares como Marcelo, Ganso, Felipe Melo o Germán Cano también ayudan a explicar la caída de rendimiento del “Flu” en las últimas semanas.
Pero preocupa que desde que se clasificó para la final, el equipo ha empezado perdiendo los cinco partidos que disputó, en los que apenas ha logrado una victoria y un empate, y es el segundo equipo que menos puntos sumó en el Brasileirao desde entonces.
El propio Diniz admitió que el equipo parece haber desconectado de la liga.
“Sabemos que tenemos cosas por corregir. No son cosas muy simples. El número de goles que encajamos, tuvimos una postura más displicente en algunos partidos del Brasileirao. Pero el equipo tiene muchos recursos. Cuando está concentrado, como lo estaremos en la final, disminuyen mucho los errores”, dijo, recientemente.
Al técnico, además, se le acumulan los problemas en su doble trabajo.
Empezó a recibir las primeras críticas tras los dos últimos partidos con la pentacampeona del mundo, en los que empató en casa contra Venezuela y perdió en su visita a Uruguay, con un juego muy decepcionante, en partidos de clasificación para el Mundial de 2026.
Los dos próximos partidos de la Seleção, en noviembre, serán por tanto retos de calado: visitará Colombia y recibirá en el Maracaná a la campeona del mundo, Argentina, algo que puede robarle más atención al seleccionador, en detrimento de su club.
¿Libertadores 2024?
Por último, la “desconexión” del “Flu” en el Brasileirao le puede pasar factura al club del barrio carioca de Laranjeiras, porque tras ser uno de los principales perseguidores del líder, Botafogo, durante buena parte del campeonato, ocupa actualmente la octava plaza, a cuatro puntos de la zona de clasificación para la próxima Libertadores.
En caso de no ganar el sábado (solo la victoria le aseguraría su participación en la Libertadores de 2024), el Fluminense podría tener muy complicado el disputar la máxima competición sudamericana el año que viene.
*Con información de la AFP.