Vuelve y juega con Richard Ríos en Palmeiras. El sueño del colombiano por irse a Europa tendrá que esperar hasta mitad de año, de acuerdo a las palabras del técnico Abel Ferreira.
La decisión fue tomada por la presidenta Leila Pereira, quien sigue parada en la idea de darle continuidad al volante colombiano hasta que no llegue una propuesta económica irrechazable.
Ferreira habló en rueda de prensa y confirmó que Ríos se quedará en Palmeiras al menos hasta la disputa del Mundial de Clubes. “Sabemos que a mediados de año perderemos a Estêvão. Son jugadores muy difíciles de sustituir. Para buscar al mismo Endrick o Estêvão hay que pagar entre 30 y 40 millones. Vítor Reis también”, lamentó.
“Hemos vendido a muchos de nuestros mejores jugadores. Cuando un niño juega al lado de Murilo o Gómez, realmente les ayuda a crecer. Son grandes jugadores y hay que mirar otras opciones, como (Richard) Ríos, por ejemplo, que recibió ofertas y nuestra presidenta no lo vendió”, agregó.
Y es que no es solo un tema de la dirigencia, sino también del cuerpo técnico, que ve al colombiano como una pieza indispensable para los retos que se les vienen por delante.
“Será la temporada más larga desde que estoy aquí en Brasil, tenemos que jugar, mejorar a los jugadores. Naves entró con calambres, Vanderlan salió con calambres. A otros les fue bien físicamente. Mauricio, Ríos, el propio Naves. Me gustó mucho el Thalys delante, creo que nos ayudará mucho”, explicó.
En el torneo Paulista, primera competencia del año, hará rotación para cuidarse de lesiones que puedan pagar cuando empiece el Brasileirao o la Copa Libertadores. “Dependiendo del calendario decidí dividir el grupo y asumí todos los riesgos que ello conllevaba. Pero el objetivo es siempre el mismo: competir y luchar por títulos”, sentenció Ferreira.
Las declaraciones desde Palmeiras llegan justo cuando en Inglaterra hablan del interés de tres equipos por los servicios de Richard Ríos: Tottenham, Everton y Nottingham Forest estarían siguiéndole la pista, esperando por la aprobación de un negocio que todavía parece estar muy frío.