El síndrome de Müller-Weiss, una enfermedad que lastró durante toda su carrera a Rafa Nadal, que este jueves anunció su retirada tras disputar en noviembre la ‘Final 8′ de la Copa Davis, es una patología rara que afecta a un hueso del pie, y que puede causar dolores crónicos.
El mallorquín, de 38 años, sufre desde los 18 una osteocondritis del escafoides, también conocida como síndrome de Müller-Weiss. Una enfermedad degenerativa “crónica e incurable”, declaró Nadal a lo largo de su carrera, en la que, sin embargo, conquistó 22 títulos del Grand Slam.
Este síndrome afecta a uno de los huesos situados en la parte media del pie, entre el astrágalo y los huesos cuineiformes.
“Este hueso está sometido a tensiones importantes, y, por razones que desconocemos, pierde su vascularización y se necrosa”, explicó en 2022 a la AFP Denis Mainard, presidente de la Asociación francesa de cirugía del pie y jefe del servicio de cirugía ortopédica del hospital de Nancy.
En los casos más graves y “entre personas que exigen mucho a sus pies, el hueso se va a desintegrar, aplastar, puede fragmentarse, y al final puede evolucionar a una artrosis con una reducción del arco plantar”, precisa.
El síndrome de Müller-Weiss puede afectar a un solo pie, pero más a menudo a los dos. Rafael Nadal sufre de un solo pie, el izquierdo. Esta patología afecta más a menudo a las mujeres y a personas entre 40 y 60 años.
Causas desconocidas
El profesor Mainard no conoce al detalle el historial médico de Nadal, pero destaca la “hipótesis intelectual” de que el tenista hubiese padecido de niño la enfermedad de Köhler-Mouchet, una patología rara de crecimiento del hueso navicular que afecta a los menores de 10 años, sobre todo a los chicos deportistas, y que puede acarrear secuelas.
El síndrome de Müller-Weiss tiene cinco etapas: la primera no revela síntomas, la última es la artrosis.
Las causas de esta enfermedad son desconocidas. “De los dos autores que la describieron inicialmente, Müller creía que tenía un origen traumático, Weiss más bien vascular. Por el momento, se considera que el origen es más bien vascular”, dice el médico.
Algunos factores pueden aumentar el riesgo de aparición: sobrepeso, pies planos, fractura de fatiga, etc.
Con frecuencia, es una enfermedad difícil de diagnosticar al inicio, porque se desarrolla de una manera silenciosa en su primera etapa. Los dolores aparecen generalmente a partir de la segunda.
Además del reposo, el uso de unas plantillas ortopédicas pueden disminuir los dolores, aunque cuando estos son intensos no queda otra opción que los antiinflamatorios o las infiltraciones.
“Tomo un montón de antiinflamatorios cada día para poder entrenar. Si no los tomo voy cojo”, explicó Nadal en 20222 antes de jugar Roland Garros, que lo ganaría por 14ª y última vez. “Mi problema es que desde hace un tiempo, hay muchos días que vivo con demasiado dolor”, añadió.
Un último Roland muy mermado
Para los pacientes que ya no pueden aguantar el dolor y que no pueden caminar, es necesaria una intervención quirúrgica para bloquear las dos articulaciones que implican el hueso navicular. “En el caso en el que el hueso navicular se desintegre, hace falta también un trasplante óseo para restablecer la longitud del arco interno del pie”, precisa el doctor Mainard.
“Practicar deporte de alto nivel después de una operación semejante me parece difícil”, concluye.
Tras ganar aquel Roland Garros muy mermado físicamente, Nadal no conquistó más trofeos. Dedicó 2023 a regenerar su cuerpo y volvió en 2024, sin los resultados esperados. Fue eliminado en primera ronda del Grand Slam parisino y dijo adiós a su cancha preferida en los Juegos de París, lejos del nivel para aspirar a las medallas.
*Con información de AFP.