Una bogotana de 27 años, Catalina Pérez Jaramillo, es la encargada de custodiar el arco de la Selección Colombia femenina.
Liderazgo, seguridad, voz de mando, reflejos y buena ubicación son las características de esta jugadora que comenzó en el fútbol a los 4 años en Boca Ratón (EE.UU.), que tiene estudios universitarios en la Florida, que trabajó como analista financiera en un banco de Boston, y que al final se decantó por lo que más le gusta: estar en el arco de cualquier equipo.
Catalina está en Cali con sus compañeras, lista para afrontar otra doble confrontación amistosa ante Paraguay de cara al Mundial del 2023 y Juegos Olímpicos de París 2024.
La portera bogotana le contó a El País cómo se dio su llegada al fútbol y de qué manera compaginó estudios con los duros entrenamientos.
¿Por qué se inclinó por el fútbol?
Comencé a los 4 años. Cuando nos fuimos a vivir a Estados Unidos (Boca Ratón), mi mamá inscribió a mi hermano en fútbol y a mí en natación. No me gustaba la natación y cuando iba con mi papá a recoger a mi hermano, vi que me gustaba más el fútbol; les pedí a mis padres que me metieran en la escuela donde estaba mi hermano. Al comienzo mi mamá se opuso, pero poco a poco cedió y a los pocos días comencé a jugar con los niños.
¿Cuándo se dio cuenta de que su posición era la de arquera?
Yo estuve en esa escuela desde los 4 hasta los 8 años, y mis papás al ver que me gustaba mucho el fútbol, decidieron meterme a un equipo más serio. Con 9 años fui convocada por otro equipo que hacía viajes para jugar partidos en la Florida. Yo jugaba de mediocampista, pero no teníamos una portera definida y el técnico decidió rotarnos a todas. Preguntó que quién quería comenzar y yo levanté la mano para salir de eso de una vez. Resulta que me fue bien y me fueron dejando en la posición, hasta que pregunté que qué había pasado con la rotación. No hubo rotación, me dejaron en el arco.
¿Cómo se da su primer contacto con la Selección Colombia?
Yo también jugaba en el colegio y allí me pidieron de uno de los equipos mayores; jugando la semifinal del Estado, había en la tribuna un señor que conocía al técnico de la Selección Colombia de ese entonces y me preguntó que si quería me recomendara con él; le dije que sí, y a los pocos días mandé mis datos, y después fui convocada para un microciclo de entrenamientos.
¿Esperaba un debut en la Selección en pleno Mundial, en el de Canadá 2015?
¡Uff!, fue muy emocionante, porque era un Mundial y nada menos que contra Estados Unidos; era un sueño porque esperaba el momento y se me dio en un Mundial. Antes de debutar decía que el camino no había sido fácil y que debía concentrarme en el partido y pensar en la Selección y en mi país.
Sin embargo, fue un debut agridulce porque tuvo la mala fortuna de cometerle un penal a Álex Morgan y salir expulsada...
Sí, todo eso que pasó no me lo podía creer: primero, estar jugando un Mundial, y segundo, que me expulsaran. No dormí como cuatro días. Cuando vi la roja, me confundí totalmente, no sabía qué hacer... fue muy difícil.
¿Cómo combinó el fútbol con los estudios universitarios?
A mí me becaron en la Universidad de Miami para estudiar y jugar fútbol. Estudié Finanzas, Emprendimiento y tengo una Maestría en Administración de Empresas. Allá el sistema universitario ayuda a hacer las dos cosas, por la mañana entrenaba muy temprano, y las clases eran en las tardes. Además, los profesores apoyan mucho para ponerse al día, porque en algunas ocasiones tocaba perder clases.
¿Cómo llega a trabajar en un banco siendo futbolista?
Se da porque hubo una lesión grave que me dejaba por fuera de las canchas un tiempo largo; terminé la Maestría y me llamó el Banco Santander para ser analista financiera en Boston. Pasé por diferentes departamentos del banco, una entidad que fue muy especial conmigo porque cuando me recuperé, se dio la posibilidad de ir a los Juegos Panamericanos de Perú con la Selección. Me apoyaron dándome días de vacaciones y facilidades, pero después me tocó elegir el fútbol. Ganamos el oro en los Panamericanos y ahí sentí el sueño de jugar fútbol profesional en Europa. Se me abrieron puertas en la Fiorentina de Italia y por eso me tocó dejar el banco.
¿Qué siguió después en su carrera?
No alcancé a jugar en Italia porque llegó la pandemia y pararon todo. De ahí pasé al Nápoli, pero luego se dio el paso al Betis de España, donde estoy hoy. Es un equipo muy organizado, tengo grandes compañeras y el nivel de la Liga española es muy alto.
¿Cómo vislumbra los dos grande retos de selección: el Mundial del 2023 y los Olímpicos de París 2024?
Ser parte de la Selección Colombia es un orgullo. Se vienen dos grandes compromisos y estoy segura de que vamos a estar a la altura. Nos estamos preparando para dejar el nombre de Colombia en alto. No vamos a participar, sino a competir.
El amistoso
con Paraguay Colombia sigue su preparación de cara al Mundial de Australia y Nueva Zelanda 2023 y Juegos Olímpicos de París 2024.
Por eso, el onceno nacional se medirá hoy a Paraguay en un amistoso a puerta cerrada en el estadio del Deportivo Cali.
Ambas selecciones se volverán a encontrar el martes en el Pascual, esta vez con público en las gradas. Colombia le ganó a Paraguay en la pasada Copa América.