Eternos rivales durante casi 20 años, Roger Federer y Rafa Nadal formarán equipo el viernes para un "inolvidable" partido de dobles en Londres, un momento para los anales del tenis que pondrá punto final a la excepcional carrera del suizo.
Federer, de 41 años, campeón de 20 torneos de Grand Slam, anunció la semana pasada que dejaba la competición, incapaz de recuperar el nivel tras varias operaciones de rodilla.
Habría querido jugar una última vez en Wimbledon, el campeonato que ganó 8 veces, pero su condición física no se lo permite. Así que golpeará su última bola en la Laver Cup, la exhibición que él mismo contribuyó a crear.
Y lo hará como había deseado: un partido de dobles junto a su oponente y amigo de más larga data, Nadal, representando al Equipo Europa, contra los estadounidenses Jack Sock y Frances Tiafoe, por al Equipo Mundo.
Después de "todas las cosas increíbles que hemos compartido dentro y fuera de las pistas" durante casi 20 años, "ser parte de este momento histórico será algo inolvidable para mí", afirmó el jueves el español en rueda de prensa en Londres.
De viernes a domingo, Federer, Nadal, Novak Djokovic, Andy Murray, Stefanos Tsitsipas, Casper Ruud y Matteo Berrettini se enfrentarán en el O2 Arena londinense a Sock, Tiafoe, Diego Schwartzman, Alex de Miñaur, Taylor Fritz y Felix Auger-Aliassime.
Estarán capitaneados por Björn Borg y John McEnroe respectivamente.
En ediciones anteriores, el equipo europeo siempre se ha impuesto. Pero en esta ocasión toda la atención se centra en la despedida de una leyenda.
- "Correcto" irse antes -
Nadal alabó "a uno de los jugadores más importantes, sino el más importante" al que jamás se haya enfrentado, "que se va tras una larga y gran carrera".
Él y Federer se han enfrentado en 40 ocasiones (24 victorias del español contra 16 del suizo), con algunos duelos legendarios que construyeron la rivalidad más apasionada de la historia del tenis.
Sobre sus compañeros, Federer afirmó estar contento de "tenerlos ahora en mi equipo y no jugar contra ellos", especialmente después de más de un año alejado del circuito.
La última vez que Federer jugó un torneo profesional fue la edición 2021 de Wimbledon, tras lo cual tuvo que operarse por tercera vez de la rodilla.
Con 22 y 21 títulos de Grand Slam respectivamente, Nadal y Djokovic, de 36 y 35 años, se disputan con el suizo el título de mejor tenista masculino, por sus logros pero también por su longevidad.
Sin embargo, dada su mayor edad, Federer consideró que "parece correcto" que sea él el primero en colgar la raqueta.
- Fin de una era -
Sumada a la retirada a principios de mes de Serena Williams, de 41 años, calificada por algunos como la tenista "más grande de todos los tiempos", con 23 títulos de Grand Slam, la salida de Federer parece marcar el fin de una era.
"Creo que va a ser duro para muchos fans, porque Serena y Roger probablemente tienen más fans que nadie en el tenis", afirmó Fritz en la rueda de prensa de su equipo en Londres.
Pero "hay muchos más jugadores" y "creo que el tenis se está volviendo mucho más entretenido porque vemos a mucha gente nueva ganar", agregó, ilustrando la aspiración de una nueva generación que durante años parecía relegada a chocar contra el muro formado por Federer, Nadal y Djokovic.
"Es muy emocionante que en estos grandes eventos haya 10 personas diferentes que podrían potencialmente ganar", agregó.
Mientras en el equipo Europa, todos bromearon recordando los grandes partidos disputados contra el suizo, sus rivales afirmaron estar dispuestos a dar lo mejor de sí mismos para imponerse.
"A nadie la gusta perder y menos a gente muy competitiva como la que tengo sentada a mi izquierda y derecha", afirmó McEnroe, asegurando que todos querían enfrentarse a Federer y Nadal para este "icónico" encuentro.
Y defendió que frente a este equipo de "superhéroes", ellos no serán unos "supervillanos" sino simplemente competitivos.
Todos coincidieron en que la noche del viernes será un momento especial.
Pero "es una celebración de lo que Roger ha logrado (...) y no una cuestión de si gana o pierde", lo que "nos abre una puerta para que nosotros juguemos nuestro juego", afirmó McEnroe.