El rey de Roland Garros Rafael Nadal (2º ATP) jugará por su 13º título el domingo tras derrotar este viernes ofreciendo su mejor versión al argentino Diego Schwartzman (14º); por 6-3, 6-3 y 7-6 (7-0), en 3 horas y 9 minutos de juego.

Nadal, que si gana el domingo igualará el récord de 20 Grand Slams de Roger Federer, jugará con el vencedor del duelo entre Novak Djokovic (1º) y Stefanos Tsitsipas (6º).

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"Rafa es Rafa y esto es Roland Garros, hay una historia y nos tenemos que pegar a ella", había avisado su técnico Carlos Moyá en la previa. El aventajado discípulo cumplió al pie de la letra, salvo en un tercer set en el que se enredó hasta que resolvió el 'tie break'.

"Es un momento muy difícil y les doy las gracias. Estar en la final de Roland Garros es muy especial. Gracias a mi familia, que ha venido hoy, es un momento muy bonito para mí", señaló Nadal nada más acabar.

Tarde casi primaveral

La meteorología dio una tregua en el Roland Garros de las tormentas y se quedó una tarde casi primaveral, con sol y unos 17 grados. El español no iba a desaprovechar el regalo, con una exhibición ante el jugador que le batió en la tierra batida de Roma hace tres semanas.

Entonces las condiciones eran más pesadas, con humedad y algo de frío, como venían siendo en París, lo que favorece el tenis de bolas planas del argentino, además de ayudarle a defender la poderosa derecha de Nadal.

Por esto el español lo había señalado como favorito para este viernes. Pocos le creyeron. Borró sus propias palabras en la pista y apagó con rotundidad el juego del 'Peque', fundido y sin ideas para hacer daño al gigante.

Concentrado y ágil de piernas, Nadal, que no se ha dejado un set en su camino a la final, encontró siempre recursos para mantener a Schwartzman lejos del centro de la pista, objetivo número para desactivarlo.

El español concluyó con 38 ganadores y 34 faltas directas, mientras que el argentino se disparó a los 48 errores, con 24 'winners'.

En el arranque, un juego de 13 minutos con espectaculares intercambios prometía emociones fuertes y quizás un partido interminable, que no se cumplió.

- Efectividad en las roturas -
El 'Peque', con el impulso emocional de su victoria en cinco sets y cinco horas ante Dominic Thiem (3º), salió inspirado y valiente, pero Nadal fue capaz de contener este primer impulso y anotarse un primer set muy disputado (1 hora y 4 minutos).

Marcó la diferencia al mostrarse más efectivo en las roturas, con un clínico 2/2, mientras que el argentino se quedó en 1/4.

Poco a poco la silueta de Nadal se hacía más grande en el escenario en el que ya suma 99 victorias (2 derrotas) mientras que el tenis de Schwartzman se difuminaba, con muchas dudas en el servicio, ofreciendo menos resistencia en la segunda manga.

El argentino ni siquiera tuvo la posibilidad de romper el saque del español, al que ahora le sirvió un 2/5 en roturas para situarse 2-0 en apenas 40 minutos.

Con dos sets a levantar, Schwartzman necesitaba más que un milagro para meterse en el partido. Lejos de venirse arriba, se había enredado en discutir con la juez de silla por bolas dudosas, lo que no le ayudó a levantar la moral.

Sin embargo en la tercera manga, sin nada que perder y con el sol poniéndose, el 'Peque' fue capaz de alargar la batalla, dando réplica en las roturas a Rafa, que finalmente encontró la salida en el 'tie break'.