A esa jovencita de 19 años, de sonrisa blanca y contagiosa, que se pasea por las canchas del mundo dejando muestras de su grandeza en el tenis, le gustan los perros. Tiene dos. Uno se llama ‘Neymar’, “porque se la pasa revolcándose en el suelo”. Y el otro, ‘Messi’, “porque hace de todo”.

También ama los espaguetis al pesto, el plato que suele pedir cuando está en competencias fuera del país, y a nadie idolatra más que a Roger Federer, ese icono del ‘deporte blanco’ que a todos enamora. Guarda celosamente una fotografía con el tenista suizo.

De María Camila Osorio Serrano, la tenista, la primera del ranquin colombiano, la mejor latinoamericana y número 53 del escalafón mundial, sabemos todo: que ha ganado tres torneos profesionales, que ya tuvo su debut olímpico en Tokio y que, antes de ello, ganó el Grand Slam Junior del Abierto de Estados Unidos. Anda con pasos de gigante.
Pero poco sabemos de ‘Cami’, como le gusta que la llamen.

De la jovencita de carcajadas sonoras con las que cierra cada frase, que está ‘enganchada’ con ‘Betty la fea’ y que anda con un videojuego en su maleta para entretenerse cuando la raqueta se lo permite.
Desde su casa, en su Cúcuta natal, la número uno del tenis latinoamericano atendió a El País. Este es un diálogo a un set, en el que ‘Cami’ respondió cada ‘bola’.

Tu abuelo, tu padre y tu hermano fueron futbolistas profesionales, y tu mamá fue basquetbolista. ¿Por qué te inclinaste por el tenis?
Fue un gusto por error. Toda mi familia es deportista, pero nadie juega tenis. Yo era muy cansona chiquita y quería hacer un deporte. Les di como tres opciones a mis papás, y la menos probable era el tenis. Pero desde que cogí la raqueta me gustó y aquí vamos.

Se te sale el santandereano en cada frase. ¿Es Camila tan temperamental como dicen que son las mujeres de tu tierra?
Claro que sí. Nosotras las mujeres santandereanas somos tan verracas como todas las mujeres colombianas, pero no soy brava.

¿Qué te enoja?
La mentira, así sea una mentirita. La honestidad es lo primero.

Tu ídolo es Roger Federer. ¿Lo conoces?
¡Uffff! Roger ha sido mi ejemplo desde niña y me gustaría en una oportunidad entrenar con él. Hace tres años lo conocí, nos tomamos una foto y hace poco compartimos en un torneo. Una vez, en Wimbledon, me le acerqué a saludarlo, me preguntó con quién había jugado, y otras cosas muy normales. Bueno, yo estaba feliz.

¿Cuál es el primer Grande que quieres ganar?
Wimbledon. Es el torneo más hermoso de los que he estado. Es demasiado elegante, mágico, perfecto.

¿Cuál es esa gran enseñanza que te ha dejado tu entrenador, el español Ricardo Sánchez?
‘Richi’ siempre me ha dicho que lo que importa es la amarilla, no importa si la rival es la número uno, lo primero es la amarilla, la pelota.
Una de tus mentoras es otra cucuteña y gran figura, Fabiola Zuluaga.

¿Qué consejo guardas suyo?
‘Fabi’ siempre me dice que disfrute cuando esté en la cancha, que no pierda las oportunidades que tengo, que eso es lo que vale. Que disfrute.
Y se nota, porque cada que ganas muestras una sonrisa blanca y contagiosa…
Me alegra que así sea, porque disfruto y amo lo que hago. Cada cosa que hace el ser humano, en la casa, el trabajo, debe hacerlo con amor y alegría, y así lo siento cuando juego. Al final eso se contagia y qué bello vivir en un mundo así.

Hablando de contagios, ¿qué lección te ha dejado esta pandemia?
Tantas cosas, pero lo esencial es valorar lo que es realmente importante, preocuparse por lo que sí vale, la salud, la familia. Hay que valorar lo que tenemos, no sabemos hasta cuándo va a estar con nosotros.

¿Perdiste algún familiar en esta pandemia?
El esposo de una prima murió, lamentablemente. Nos dio muy duro en la familia. Dejó un niño de 5 añitos que va a crecer sin su papá.

¿Si no se hubiera atravesado el tenis, qué habrías estudiado?
La verdad, no lo sé. Lo he pensado y no lo tengo claro, quizás me hubiera gustado bailar o actuar, algo por ese lado.
Pero siempre en un escenario…
Atrapada por siempre (risas).

A propósito de bailar, ¿eres rumbera?
No, para nada. No tomo alcohol, no trasnocho. Una vez salí a celebrar mi cumpleaños y a la una de la mañana ya estaba aburrida (risas). Mi plan un fin de semana es ir a comer con mis primos o ir al cine.

¿Qué más haces cuando quieres ser ‘Cami’ y no la tenista?
Es que combino siempre ambas cosas, así esté en competencia. Pero cuando estoy acá en la casa, leo, veo series, molesto con mis perros, compré un juguetico de Pac Man, es miniatura, le puedes poner pilas o conectar con la USB, y estoy embobada con eso, es buenísimo.

¿Qué series ves?
De todo. Me cabo de ver ‘El juego del calamar’, buenísima. Me entretuve bastante. Eso no pasa en la vida real, entonces me dio mucha risa. Veo de todo. ‘Betty la fea’, por ejemplo, es lo mejor.

Hace un ratico hablaste de perros...
Sí, tengo dos, un píncher y un yorkshire: ‘Neymar’ y ‘Messi’.
¿Así se llaman?
Sí, es que ‘Neymar’ se tira como ‘Neymar’, vive en el suelo (risas). Y ‘Messi’ corre y corre, hace de todo.

A propósito del fútbol, imagino que eres hincha del Cúcuta...
Claramente. Lástima lo que pasó con el equipo en el campeonato, ojalá pueda volver. Aunque no es que yo sepa mucho de fútbol (risas).

James Rodríguez es cucuteño, anda marginado de la Selección, ¿te gustaría verlo otra vez con la amarilla?
Obviamente. Como te dije, no sé mucho de fútbol, pero James ha sido de lo mejor. Ojalá sea correcto lo que estoy diciendo (risas).

¿A quién quisieras derrotar?
A la número uno, Ashleigh Barty. Aún no nos hemos cruzado, ojalá pueda ser el próximo año.

¿Algún ritual antes de los partidos?
Siempre hablo con mis papás, les pido la bendición. Y a Dios le pido que me dé la fortaleza física para jugar, no tanto para ganar, porque eso depende de mí.

¿Lo más curioso que te ha pasado en el tenis?
Hubo algo que me dio mucha risa ahora en Tenerife (España, donde viene de ser subcampeona). Cuando estábamos en el sorteo, quise enfrentarme a la siembra número uno, Elina Svitolina, que tenía la ficha número 17, y la saqué justo a ella. Entonces, comencé a saltar de emoción como si me hubiera ganado la lotería, y les causó mucha risa a los demás, pero como que reaccioné y me dio pena y me senté (risas).
Pero fue un buen presagio, porque derrotaste a nadie menos que la número 6 del mundo...
Sí, después de semejante oso tenía que ganar (risas).

¿Cuál es tu mayor ilusión?
En el tenis, ser la número uno del mundo. En mi vida personal, casarme, tener hijos, hacer familia.

¿Y ya existe ese príncipe azul?
No tengo novio.
¿Se puede tener novio con tantos viajes que exige el tenis?
Yo creo que sí.
¿Y entonces?
(Risas)… pues nada, seguramente se puede, pero yo no tengo novio.
Pero debe haber algún pretendiente por ahí…
Pues hay un chico que me gusta, pero quién sabe cuándo me pare bolas (risas).
¿Es tenista también?
‘Top secret’. Esto no lo pueden saber mis papás, ¿ok?