Una nueva alegría vivió el pueblo colombiano en materia deportiva en la tarde de este viernes 9 de agosto del 2024, luego de que en los Juegos Olímpicos de Paris 2024 que están a punto de concluir, Colombia obtuviera su tercera medalla de plata. Esta vez, la antioqueña Mari Leivis Sánchez de 32 años, fue la encargada de llevársela en la prueba de levantamiento de pesas rama femenina división de los 71 kg.
Esta es la undécima de medalla que el levantamiento de pesas le da a Colombia en su historia. Desde que Maria Isabel Urrutia abriera el camino con el oro en Sidney 2000, esta disciplina nunca le ha fallado al país con al menos una presea en cada edición del siglo XXI.
Y es que en esta ocasión, a Mari solo le faltaba levantar 145 kilogramos para obtener la medalla, lo cual se dio en un movimiento complicado pero efectivo al final para conseguir la tercera en esta edición de las olimpiadas.
Más allá del aspecto deportivo, en la misma tarde de este viernes se reveló un dato curioso sobre la pesista que dejó sorprendido a más de un colombiano. De acuerdo con la Registraduría Nacional del Estado, en el territorio colombiano no hay ninguna otra mujer que su nombre de nacimiento sea Mari Leivis, lo cual significa que hasta hoy la deportista no tiene tocayas.
“¡Mari Leivis Sánchez no tiene tocayas! Nuestra pesista es la única que levanta su nombre tan alto como sus pesas. En Colombia, solo hay una Mari Leivis Sánchez y es medalla de plata”, señaló la Registraduría a través de una publicación en sus redes sociales.
Así las cosas, la medalla olímpica de la jornada de hoy no solamente marcó un hito histórico para el país, sino que también por el dato de la Registraduría, lo cual probablemente de ahora en adelante algunas personas decidiran bautizar a sus hijas con el nombre de Mari Leivis.
Esta es la historia de Mari Leivis Sánchez: “La luché”
Todo comenzó cuando Mari Leivis Sánchez tenía 13 años, pues a esa edad empezó en la halterofilia, gracias a la influencia de su hermana Daryl Isabel Sánchez, quien representó a Colombia en los niveles júnior de 2010 a 2014, ganando tres totales en los Panamericanos.
La mujer, quien ahora tiene 32 años, es recordada por ser una joven que jugaba en las calles y le aficionaba el deporte al aire libre.
Las personas que la conocen anotan que sería profundamente religiosa. De hecho, tras colgarse la medalla en el cuello, le agradeció a Dios. “El que cree en mí, todo le es posible”, afirmó Mari en París.
El camino de la deportista no ha sido fácil. Cuando nació su primer hijo, hace cinco años, estuvo al borde de abandonar el deporte de alto rendimiento. Sin embargo, su determinación la hizo seguir adelante.
“La luché, día tras día, con cabizbajas... no tengo palabras para explicar la emoción que tengo. Dejar a mi hijo y todo, para poder estar acá. Le digo a mi hijo que lo amo y por él esta medalla”, resaltó la deportista antioqueña en medios locales.