Australia se clasificó este lunes para los cuartos de final del Mundial femenino después de vencer a Dinamarca (2-0) en Sídney, en un partido marcado por el regreso de la estrella Sam Kerr.
Las australianas no perdonaron en su primera gran oportunidad del partido. En pleno contraataque Mary Fowler dirigió un pase largo hacia Caitlin Foord, que corrió tras el balón escapándose de las defensas danesas para rematar sola ante la portera, que nada tuvo qué hacer contra la potente zurda (29).
Sin embargo, las danesas también pelearon desde el primer minuto, con varios tiros a puerta infructuosos, pero el gol australiano pareció llevarse ese espíritu luchador.
Después de su doblete ante Canadá (4-0), la australiana Hayley Raso firmó su tercer gol del Mundial en el minuto 70. Fowler centró para Emily van Egmond que, al encontrarse bloqueada frente a la portería, decidió hacer un pase hacia atrás para asistir a Raso.
Pero si por algo estuvo marcado el segundo tiempo del partido, fue por la vuelta al terreno de juego de la estrella australiana Sam Kerr en el minuto 80.
Entre los vítores del público enloquecido, la delantera del Chelsea, que sufría una lesión en un gemelo y generó muchas dudas sobre su participación en el torneo, se unió a sus compañeras por primera vez en este Mundial, durante apenas 15 minutos.
Australia, que nunca ha superado los cuartos de final de un Mundial Femenino, se enfrentará en la próxima ronda a la ganadora del encuentro entre Francia y Marruecos, que tendrá lugar el martes en Adelaida.
¿El final de la hegemonía de Estados Unidos?
La eliminación de la todopoderosa selección de Estados Unidos en octavos de final del Mundial femenino, el domingo en Melbourne ante Suecia (0-0 en tiempo reglamentario, 5-4 en tiros penales), ha puesto en evidencia la crisis de sucesión de la tetracampeona.
El Mundial Femenino organizado en Australia y Nueva Zelanda, el primero con 32 participantes, demostró que la brecha entre las naciones con una larga trayectoria en el fútbol femenino y las naciones emergentes se reduce. Las estadounidenses, acostumbradas a arrasar a su paso, sufren los progresos de una competencia a la que ellas mismas inspiraron, entre la profesionalización de los clubes y la lucha por la igualdad salarial.
Las compañeras de Megan Rapinoe no ganaron ninguno de sus tres partidos contra selecciones europeas: Países Bajos (1-1), Portugal (0-0) y Suecia (0-0).
Estos resultados confirman la tendencia observada en los Juegos Olímpicos de Tokio-2021, donde perdieron contra las suecas en su grupo (3-0) antes de vencer en la tanda de penales a las neerlandesas (2-2 tiempo reglamentario, 4-2 en penales) en cuartos.
“La calidad ha progresado a tal velocidad... Queremos seguir en la cima, pero hay que demostrarlo de nuevo cada vez”, aseguró la atacante Alex Morgan, antes de los octavos de final.
La primera selección del ranking mundial de la FIFA cayó cuando buscaba obrar una hazaña que ningún equipo, masculino o femenino, ha conseguido jamás: ganar tres Mundiales seguidos.
“Ustedes consiguieron que este deporte importe (...). Acuérdense siempre de que alentaron a mujeres y niñas del mundo entero a luchar por sus sueños”, reaccionó tras el encuentro Jill Biden, primera dama de Estados Unidos en Twitter, rebautizado X.
El fin de una generación dorada
Su abierto activismo y su inspiradora habilidad con el balón convirtieron a Megan Rapinoe en un símbolo mundial del fútbol femenino, el que contribuyó a desarrollar.
“Saber que utilizaron nuestro talento para hacer algo que ha cambiado el mundo para siempre es lo más importante para mí”, declaró Rapinoe a la cadena Fox Sports. Pero en su última participación, la californiana, ahora suplente a sus 38 años, fue una mera sombra de la mejor jugadora del Mundial-2019. Sus deslucidas actuaciones ilustraron el declive de su generación.
También falló su penal, el cuarto de su equipo, ante las escandinavas. “Parece una broma de mal gusto, una película mala”, analizó la jugadora, que sabe que “es el final, y es triste, pero jugar con este equipo, para este país habrá sido un honor”.
Otra figura carismática es la delantera Alex Morgan, de 34 años, que lleva cuatro partidos sin marcar e incluso falló un penal contra Vietnam (3-0).
La guardameta Alyssa Naeher, de 35 años, no hizo ninguna parada en la fase de grupos, y aunque destacó contra Suecia no pudo evitar la eliminación.
*Con información de la AFP.