Ni con tantas cámaras que transmiten los partidos y que están pendientes hasta del más mínimo detalle en las canchas, disimulan los jugadores colombianos en su intento por engañar al árbitro de turno.

Sucedió este domingo 17 de noviembre en el clásico antioqueño entre Independiente Medellín y Atlético Nacional, duelo de vuelta en el Atanasio Girardot, por las semifinales de la Copa Colombia.

Se jugaba el primer tiempo, y después de un entrevero en el área de Atlético Nacional, se presentó luego una bronca entre jugadores de ambos equipos, con empujones, estrujones y muchos reproches de parte y parte, ante la mirada del árbitro José Ortiz.

Casi al instante de la refriega se fue al piso Brayan León, delantero del Independiente Medellín que participó de los candentes alegatos, lo que provocó que el árbitro del encuentro le sacara tarjeta roja al lateral izquierdo de Nacional, Álvaro Angulo.

La decisión del árbitro, quien interpretó que hubo agresión del jugador verdolaga, encendió más los ánimos, porque los jugadores de Nacional prácticamente le hicieron una encerrona, reclamándole seguramente por lo que consideraban era una expulsión injusta.

Pero mientras los verdes protestaban, se presentó lo insólito: las cámaras de la transmisión enfocaron a Brayan León quien seguía en el piso, tomándose la boca; pero al instante el jugador del Medellín no tuvo problemas en hacerle señas a un compañero, con una sonrisa que lo delataba, queriéndole decir que no se había presentado ningún golpe.

Cuando los ánimos se enfriaron, el árbitro fue invitado por el VAR para revisar la supuesta agresión, encontrando que la misma no se había producido; por esa razón se retractó y el lateral de Nacional pudo seguir.

Sin embargo, lo que no pasó desapercibido fue la actitud de Brayan León, a quien criticaron con dureza en redes por tratar de engañar al árbitro y de intentar sacar ventaja de una acción que, por lo que se vio en la repetición, no se presentó.