En la segunda división de Escocia se vivió una situación poco usual. El Arbroath, uno de los coleros de la tabla, se medía ante el líder, el Raith Rovers, el pasado 30 de diciembre. Cuando el técnico del Arbroath vio que su equipo caía y que no tenía variantes porque la mayoría de jugadores estaban lesionados, llamó a su portero suplente, Alasdair Adams, para que entrara por el defensor Steele.
La sustitución llegó a los 58′ de juego, y aunque muchos no creían que el experimento fuera a dar resultados, a Adams solo le bastaron 18 minutos (78′ de juego) para marcar un verdadero golazo, de media distancia, que pasaría a la historia.
El jugador recibió un pase de su compañero, Kenan Dünnwald, se posicionó y dio la vuelta para rematar con una destacada potencia hacia el arco que defendía el portero Dabrowski, quien nada pudo hacer.
Gol para la historia y un punto de oro
El partido era entre el líder y uno de los coleros, es decir, sobre el papel se trataba de un enfrentamiento “sencillo”. Así fue durante un gran tramo. De hecho, el puntero Raith Rovers, que jugaba en casa, se fue 2-0 arriba recién que ingresó el portero Adams a ser futbolista de campo.
El tanto histórico significó el descuento del Arbroath (2-1). En medio de la euforia, el técnico del equipo, Jim McIntyre, miraba al banco y se daba cuenta que no tenía más cambios, pues la mayoría de sus jugadores estaban fuera por lesión.
A comparación del equipo rival, que tenía ocho opciones de cambio, el Arbroath se fue al ataque en busca del empate. Así, y premio a su esfuerzo, sobre los 81′ de juego, Leighton McIntosh anotó el empate definitivo (2-2) desde el punto penal y así selló le gesta histórica del plantel.