Édison Mafla camina por las calles del barrio Andrés Sanín, al oriente de Cali, y es toda una sensación. “Mirá al ‘Guigo’”, le decía un padre de familia a un grupo de niños que parecían ir camino a entrenar fútbol. “Uy, yo lo vi jugar a él”, contó también un señor que se topó con el exfutbolista de 47 años mientras salía de una peluquería.
“Yo vivo en otro lado, pero permanezco por acá, este fue el lugar donde me crió mi abuela”, recuerda el ‘Guigo’, quien comenzó a construir su sueño de ser futbolista en este barrio. Sueño que cumplió con creces porque no solamente llegó al profesionalismo, sino que también brilló con su zurda magistral en Deportivo Cali y América, los dos equipos más importantes del Valle, y que el domingo se enfrentarán en un partido decisivo de la Liga Águila.
Primero brilló con el verde, con el que debutó en 1991. Cinco años después, Mafla fue artífice de la sexta estrella caleña, que cortó la sequía de 22 años sin títulos del Cali. Allí fue dirigido por Fernando ‘Pecoso’ Castro, su ‘papá’ en el fútbol.
Años después pasó al América, donde fue campeón en los años 2001 y 2002, y donde también tuvo como técnico al ‘Pecoso’, quien justamente hoy dirige nuevamente a los escarlatas.
En diálogo con El País, el ‘Guigo’ recordó sus épocas vestido de verde y de rojo. No se arriesgó a dar un marcador, pero espera que en el partidazo de este domingo se vea buen fútbol para que los hinchas sean los que salgan ganando.
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¿Cómo analiza el clásico de mañana?
Va a ser un partido lindo. Los dos equipos tienen la clasificación en sus manos y la tabla está muy apretada, así que esperemos que la gente disfrute de un buen espectáculo. América es local, pero, como están las cosas, no hay ningún favorito.
¿Qué concepto tiene de cada equipo?
Vi al América jugar contra el Huila el fin de semana pasado. Regaló los primeros 45 minutos y cuando reaccionó ya fue tarde. Y al Cali lo vi contra Guaraní por la Suramericana, me parece que le faltó más empuje. Ahora se viene un partido que seguramente será cerrado, pero los jugadores saben que deben salir con todo.
Usted salió campeón con el Cali en el 96, justamente en un clásico ante América. ¿Qué recuerda de esa campaña?
La unión que tenía todo el grupo. En el 96 pudimos consolidar eso logrando el campeonato. Desde que nos juntamos en enero hablamos claro con el profesor ‘Pecoso’ y con el presidente, que era don Humberto Arias, quien nos dio mucha confianza. Todos estábamos concentrados en el mismo objetivo.
¿Qué se le viene a la cabeza cuando le mencionan ese clásico?
Muchas cosas. Recuerdo que el estadio estaba lleno, que el partido comenzó a las 11:00 de la mañana y que nosotros con el empate éramos campeones. Había mucha tensión, pero gracias a Dios se nos dieron las cosas. Y luego ver esas tribunas y el campo de juego lleno de hinchas celebrando fue algo impresionante.
¿Qué acción concreta del juego no se le olvida nunca?
Recuerdo que terminando el partido Alex Escobar le dio un pase al ‘Ferry’ Zambrano, que remató al arco nuestro y por poco es gol. Casi se nos para el corazón.
Siendo ídolo del Cali, ¿por qué aceptó jugar años después en el América?
Salí del Cali en el 97 para el Villarreal de España. Allá estuve cuatro meses y luego pasé a la Universidad de Chile, donde jugué año y medio. Después regresé por seis meses al Cali y luego ‘Pecoso’ me llevó a Santa Fe.
Tras ese periplo volví a la ciudad y tenía tres ofertas: la del Cali, que era mi prioridad, la de Nacional y la del América. Por obvias razones yo quería volver al Cali, pero unos directivos no quisieron. Entonces decidí quedarme en la ciudad y jugar con América. Al principio fue difícil porque la hinchada no me quería, pero con trabajo me gané su respeto y hoy me reconocen eso.
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¿Cuáles fueron los goles más lindos que le marcó a América y Cali en los clásicos?
Al América le hice un golazo en un partido que quedó 1-1. Recuerdo que el arquero era Eduardo Niño y que también jugaba Leonel Álvarez. Perdíamos 1-0 y me llegó un balón desde el costado norte de oriental. Lo paré de pecho y le di de derecha sin dejarlo caer.
Al Cali recuerdo mucho que le marqué un gol muy bonito. Mauricio Romero pasó la pelota por encima de la humanidad de Martín Zapata y yo le entré de primera de media distancia.
Ese gol lo celebró con el alma. ¿Por qué?
Es que un gol de esa magnitud hay que celebrarlo. La gente sabe que yo soy hincha del Deportivo Cali, pero vivo agradecido con América por la oportunidad que me dio. Lo grité así porque unos directivos del Cali me dijeron que no dizque porque estaba viejo. El único que me apoyaba era Alfonso Muñoz, con quien tengo una buena relación. Me contó que después de eso les dijo a los otros dirigentes “sí ven, ahí está el viejito metiéndonos goles”.
Hay que saber ser profesional. Quería jugar en el equipo de mis amores y no pude, luego se dio la posibilidad de ir al equipo de en frente y lo hice con naturalidad.
En ambos equipos tuvo como técnico al ‘Pecoso’. ¿Qué significa él para su vida?
Nuestra relación fue buena porque me di cuenta de que él quería siempre lo mejor para mí. Me exigía como nunca porque sabía lo que yo le podía dar. A veces me ponía en los entrenos en el equipo suplente y yo metía dos o tres goles y el domingo me ponía de titular. Estoy agradecido con el ‘profe’.
¿Cuántas veces ‘peleó’ con él?
Recuerdo que dos. En el Cali, un día había práctica de fútbol un jueves y él me mandó a hacer trabajo físico. Entonces me enojé y me fui al camerino. ‘Pecoso’ vino donde mí y me preguntó qué me estaba pasando, y yo le dije “no, qué le está pasando a usted”. Y me calmó y me metió a la práctica. Hice tres goles.
Y en el América, en un partido con Nacional, me sacó a mí cuando David Ferreira y Arnulfo Valentierra también estaban jugando mal. Entonces le tiré la camiseta. Al otro partido me puso en el banco, pero cuando me metió, marqué el gol del triunfo ante Unión Magdalena. Corrí derechito a pedirle perdón.
¿Qué jugadores le gustan de este Cali y este América?
Por el Cali, Dinenno, que tiene muy buenos movimientos, y Cristian Rivera. Y en el América, Aristeguieta. Parece un jugador europeo.
¿Cuál es su pronóstico para el clásico?
Difícil. Si estuviera jugando, ya fuera en el Cali o en el América, me arriesgaría y daría un resultado, porque uno en la cancha puede resolver. Ya retirado, solo espero que se vea un muy buen espectáculo.