Luego de dos años y ocho meses, Karim Gorayeb, el socio número 02 y de ‘hueso verde’, ha decidido dar un paso al costado como director deportivo del Cali.

“He cumplido un ciclo y no me sentía motivado como antes”, afirmó Karim, hijo de ese emblemático dirigente azucarero Alex Gorayeb, después de acordar con los directivos su salida y despedirse del grupo de jugadores y el nuevo cuerpo técnico, encabezado por Máyer Candelo, ayer en Pance.

“Solo tengo un agradecimiento eterno para la Asociación Deportivo Cali, a la que llevo en el corazón desde que nací, en 1970, con mi padre como campeón. Para los directivos, cuerpo técnico, jugadores y personal administrativo, mis palabras de respeto y admiración”, manifestó Karim, quien en el pasado dirigió durante nueve años la cantera.

El dirigente habló con El País y contó detalles de su partida de un equipo que espera salir pronto del naufragio financiero y deportivo en el que se encuentra.

¿Por qué decide marginarse?
Hay ciclos y el mío llegó a un fin, por una sencilla razón: logramos los objetivos y, después de eso, lastimosamente sufrimos el síndrome del campeón, y llegó un punto en el que todo lo que se hizo desde la Dirección Deportiva paró. En el primer semestre del año no participé activamente como antes y esto lo digo no con el ánimo de sacar disculpas ni echar agua sucia, sino con el objetivo de que mejoremos como institución.

¿Qué hace un director deportivo en el Cali?
Yo hablé desde hace tiempo de la importancia de este cargo y en la administración de Marco Caicedo fue creada la figura, para ayudar al Comité Ejecutivo a tomar las mejores decisiones y equivocarse lo menos posible; de eso se trata el fútbol. No hay una varita mágica en ningún equipo del mundo para acertar en todas las contrataciones.

¿Por qué no se sintió activo este primer semestre del año?

Entró un Comité Ejecutivo nuevo, al que aprecio mucho, eso lo quiero dejar claro, pero no participé activamente en las contrataciones ni en las renovaciones. Ojalá eso no siga sucediendo. Solo participé en la contratación de Guillermo Burdisso y la de Germán Mera. Y tampoco quiero significar con ello que el resto de las contrataciones hayan sido malas.

¿Tuvo que ver algo usted con la fallida llegada del jugador Ítalo Montaño, que fue el detonante entre Dudamel y los directivos?

Yo no participé en esa fallida contratación. Yo fui un empleado más y acaté las decisiones, pero cuando uno no participa activamente en las determinaciones no es feliz. Espero que eso lo corrijan. Y si se quiere, soy el responsable de todo lo que sucedió, no voy a escurrir responsabilidades. Simplemente no me siento feliz en esta situación.

Renunció Dudamel, se quiso ir el presidente Marco Caicedo, se fue Rodrigo Cobo, también Víctor Bonilla y ahora usted, Karim. ¿Qué está pasando en el Cali?
Creo que el año pasado fui clave y participé activamente en las decisiones, y este año no lo sentí. Hablo por mí. No quiero entrar en temas que no son de mi competencia.

Muchos dicen que uno de los salvavidas para el Cali es la modificación de los estatutos. ¿Comparte ese concepto?
Soy hijo de los estatutos, que fueron modificados por mi padre, entre otras personas. Siempre fui defensor de esos estatutos, pero hoy en día he cambiado mi opinión, porque aquí solo sirve ganar títulos, queremos más títulos, es una obligación del Cali, pero al mismo tiempo la institución tiene una estructura en la que está en constante iliquidez. Tenemos muchos activos, pero no dinero y hay que hacer algo para cambiar eso, porque en medio de la iliquidez las decisiones son más complicadas. En algunos momentos logramos salir de situaciones difíciles con la venta de jugadores, pero volvimos a tener problemas financieros. Y hay quienes dicen que nos robamos la plata, ¡por amor a Dios!, la honestidad, mis valores y el amor por este equipo son innegociables.

¿Por qué esa constante iliquidez?
He hablado el tema con el Comité Ejecutivo y pienso que lastimosamente en los últimos tres o cuatro años la cantera, siendo buena, tuvo un fuerte bache. Ese bache lo llenamos trayendo jugadores de otros equipos y el éxito de este negocio, en un 70 %, es la captación y venta de talentos. Nombré un ‘chef scout’ hace tres meses, un jefe de veedurías para captar talentos en todo el país. Y en eso trabajamos fuerte. El Cali está ilíquido porque no vende la cantidad de jugadores que debe vender. Y no estoy señalando a nadie, porque debemos ser unidos, debemos ser una familia, pero también hacer un ‘mea culpa’ de lo que no está funcionando bien.

¿Por qué dar un paso al costado entonces, cuando se necesita esa unión?
Porque es lo mejor para el Cali. Desde afuera haré más que adentro. Mi salida le libera más tranquilidad al Comité Ejecutivo, al que le deseo lo mejor. Esta salida para mí es muy dolorosa y no soy bueno para las ‘tusas’. Pero es lo mejor para mí y para la institución. Ojalá esta figura del Director Deportivo siga, se fortalezca y sea participativa.

¿Qué piensa de la contratación de Máyer Candelo en el banco técnico?
Conozco a Máyer desde hace muchos años y le tengo un aprecio muy grande. Siempre lo tuve en carpeta, cuando salió Pusineri, cuando salió ‘Rafa’ (Dudamel) y le deseo lo mejor.