El 47,5% de los ocupados de la ciudad de Cali tenían un trabajo informal para el periodo junio-agosto del 2023. En cifras son 536.000 habitantes los que se dedican a negocios independientes, al ‘rebusque’, vendedores, conductores, personas que laboran por horas o trabajan sin contratos en pequeñas empresas.
La cifra presenta una leve mejora si se compara con el inicio de este año cuando la informalidad en Cali, según los reportes del Dane, llegaba al 49%.
Ana María Castillo, directora de la Unidad Económica y de Competitividad de la Cámara de Comercio de Cali, explicó que una de las razones por las que Cali bajó un puesto en materia de competitividad, tiene que ver con el mercado laboral, y en especial con el desaprovechamiento de las capacidades de la fuerza laboral.
Explicó que muchas personas entrenadas para un trabajo en especial, no encuentran oportunidades, por lo que deben hacer otras labores.
De ahí que considera que este es uno de los principales retos que enfrenta la capital del Valle del Cauca para mejorar la calidad de su mercado laboral.
Lina Martínez, directora del Observatorio de Políticas Públicas del Icesi, explicó que los cambios recientes en las cifras que presenta el Dane son mínimos y lo que en realidad evidencia es que la mitad de la economía de la ciudad se mueve por lo informal.
“Lo bueno de esta situación, si se puede llamar así, es que es una condición más flexible, la gente puede entrar y salir del mercado laboral y las personas con bajo nivel educativo encuentran algunas formas de empleabilidad”.
Pero aseguró que lo malo es que eso implica una menor tributación, mayor informalidad en todo, “en las instituciones, en las formas en que se regula la sociedad y un mayor desorden en la ciudad”.
¿Por qué cambiar el panorama?
Julio César Alonso, director del Centro de Investigación en Economía y Finanzas, Cienfi, explicó que la informalidad no es buena para la ciudad y el país por muchas razones.
Otra razón, dijo el académico, es que los negocios en la informalidad están por fuera de la regulación. “Por ejemplo, los restaurantes informales no están sujetos a la supervisión de las condiciones de salubridad”.
Para Alonso, superar la informalidad no es una tarea fácil porque, por un lado, se debe facilitar y minimizar los trámites necesarios para que los negocios se registren y entren a la formalidad. “Por otro lado, el uso de efectivo hace más fácil que los negocios y las personas se mantengan en la informalidad. A medida que se empleen más medios electrónicos formales para las transacciones, mayor control se podrá ejercer y más difícil para los negocios estar en la informalidad”, dijo.
La informalidad es una problemática general de Colombia. Según el Dane, en el total nacional, el 56% de los ocupados son informales, es decir, ocho puntos porcentuales más que en Cali.
Sin embargo, ciudades como Medellín y Bogotá han logrado reducir esa condición en el mercado laboral, con 38,8% y 32,9% de los trabajadores en informalidad para el mes de agosto del 2023.
Otro dato que revela el Dane es que para el trimestre junio - agosto del 2023, el 84,3% de la población ocupada que trabajaba en microempresas (en el total nacional) era informal, mientras que en empresa pequeña y mediana la proporción de ocupados informales fue: 23,0% y 6,7%, respectivamente.