Se espera la llegada inminente del fenómeno de El Niño para esta época del año, por lo cual la Organización Meteorológica Mundial (OMM) estima que existe un riesgo de entre el 60% al 70% de que se presente un episodio con sus características entre junio y agosto, y del 70% al 80% de que ocurra entre julio y octubre de este año.
Un estudio realizado por el departamento de investigaciones económicas de Corficolombiana reveló que los sectores de energía y agricultura son los más perjudicados en términos de crecimiento económico durante la ocurrencia de este fenómeno climático.
De acuerdo con el informe, la actividad económica del sector experimenta una disminución de 0,5 puntos porcentuales durante los períodos de El Niño, el cual históricamente ha tenido un impacto negativo en la productividad de los cultivos.
Según afirmó Juan Camilo Pardo, analista de Sectores y Sostenibilidad en Corficolombiana, “es posible que, si el fenómeno es más intenso de lo que se proyecta, la inflación de alimentos puede cerrar en dos dígitos en 2023, porque su impacto puede ser más fuerte sobre la productividad y, por lo tanto, en la oferta de alimentos a nivel nacional en productos como la papa o el arroz”.
El informe contrasta el crecimiento económico del sector agrícola durante la presencia de El Niño y en períodos normales, y los resultados son significativos. La actividad silvícola y pesquera son las más impactadas dentro de la agricultura; mientras que con el fenómeno, el crecimiento de la primera alcanza el 2,5%, mientras que en condiciones normales llega al 4,4%. En el caso de la segunda, los números son del 1,1% y el 5,4%, respectivamente.
En cuanto al sector agrícola, en condiciones normales, registra un crecimiento del 2,8%, mientras que bajo esta anomalía climática se reduce al 1,9%. En cuanto a los rendimientos agropecuarios afectados, el fique es el cultivo con el mayor impacto (12,6%), seguido de la yuca (7,6%), la palma (7,3%), la cebada (6,8%), la leche (4,9%), el arroz (4,8%), la papa (4,6%), el maíz (4,5%), el algodón (4,3%), la caña panelera (2,1%), el plátano (3,8%), el cacao (3,7%) y el frijol (3,5%).
En el caso de la industria cafetera, el crecimiento es mayor durante la presencia de El Niño (2,6%) en comparación con períodos normales (2,4%). En contraste, para el sector ganadero el efecto es opuesto, con un crecimiento del 2,0% durante El Niño y del 2,4% en condiciones normales.
“La reducción de la oferta puede desconfigurar los mercados y llevar a un incremento más fuerte de los precios. Lo preocupante de eso es que su impacto es mayor sobre la población en condición de pobreza y vulnerabilidad. Además, son sectores que representan una porción importante del empleo total generado del sector. En particular, cerca de 15%”, resaltó Pardo.
En efecto, el informe señaló que después del impacto del fenómeno de El Niño se observa una notable desaceleración en la inflación de alimentos, especialmente en el grupo de productos perecederos.
Uno de los aspectos más inquietantes es que, en un escenario de un fuerte episodio de El Niño, los precios de los alimentos podrían aumentar anualmente a tasas de dos dígitos, según indica el informe.
“En promedio, los periodos con fenómeno de El Niño registran una inflación de alimentos, en especial de perecederos, más alta que cuando se compara contra los periodos en donde no hay Niño”, puntualizó el analista.
A lo largo de los últimos veinte años, El Niño ha generado aumentos en los precios de los alimentos. Según el análisis de Corficolombiana, en caso de un evento de El Niño débil, la variación en el precio de los alimentos sería de aproximadamente 7,1%; si es moderado, la cifra ascendería a 9,7%; y en caso de ser fuerte, se alcanzaría un aumento del 14,2%. Estas estimaciones de la firma incluyen el impacto de dos puntos porcentuales que se espera que tenga la reforma tributaria en la inflación de alimentos durante noviembre y diciembre de 2023.