Adquirir deudas no es algo grave. Lo difícil es cuando se acumulan y el salir de ellas se complica y lleva a tomar decisiones apresuradas como adquirir un préstamo, que en el fondo, es otra deuda más.

Así, préstamo tras préstamo e intereses tras intereses, la espiral del endeudamiento atrapa al consumidor, que cada vez se ve con más dificultades de salir adelante.

Adquirir deudas afecta las finanzas personales | Foto: Uso exclusivo de El País

Asimismo, a esto hay que sumar las tarjetas de crédito y los créditos al consumo que, han crecido en los últimos años. Ahora bien, salir de esta perjudicada situación de endeudamiento es posible, aunque el proceso no es fácil.

Existen diversas maneras de eliminar esas deudas, pero ninguna es milagrosa y hay que valorar el caso de cada uno. Así lo explica el experto en finanzas, Luis Pita en su publicación Aprende a ahorrar y a invertir para conseguir tu libertad financiera (Alienta Editorial), donde da estas y otras claves para gestionar bien el dinero.

Para evitar problemas con los créditos, los expertos recomiendan a los consumidores cancelar su saldo en el menor tiempo posible para pagar menos intereses, revisar siempre la capacidad real de endeudamiento y estudiar los costos financieros antes de adquirir una deuda.

Método cascada: Pita afirma que el método cascada es la fórmula más eficaz de amortizar las deudas. Su nombre se debe a que los créditos y préstamos van cayendo uno detrás de otro, como en cascada. Así, consiste en librarse de todos los débitos acumulados comenzando por el de menor cuantía.

“Funciona tan bien porque trabaja sobre la motivación de las personas. Ven muy pronto como se quitan la primera deuda y eso les motiva a seguir y terminar con todas”, apunta. Además, Luis sugiere que, una vez liquidadas todas las deudas, el dinero que se ha liberado cada mes se puede utilizar para construir un buen colchón de emergencias.

Para ello, lo primero es hacer un listado de las deudas (tarjetas de crédito, préstamos personales, hipoteca, otros créditos, etc.) y ordenarlas de menor a mayor. También se debe incluir el importe que queda por pagar, así como la cuota mensual, el tipo de interés y el plazo restante.

Después, hay que analizar los gastos mensuales y ver cuáles se pueden reducir. Y es que hay casos en los que una persona endeudada cuenta con un sueldo estable y suficiente, pero tiene muchos gastos. En esta situación habría que disminuir desembolsos innecesarios y empezar a ahorrar nada más llegue la nómina, es decir, separar una parte del ingreso y no tocarla.

La cantidad de dinero que se decida preahorrar irá destinada a pagar cada mes una parte de la deuda más pequeña, de manera que se acelera su liquidación hasta terminar de pagarla. Una vez se haya amortizado la deuda de menor cuantía, el dinero que se empleaba para pagarla irá a parar a la siguiente deuda, y así sucesivamente.

Priorizar los pagos es un dato clave para salir de deudas

Método avalancha: Tiene el mismo funcionamiento que el anterior, pero con la diferencia de que se empieza pagando la deuda que tenga un mayor tipo de interés, en vez de la de menor cuantía.

La eficiencia de esta herramienta se explica en que si el tipo de interés de una deuda es muy elevado, superior al 15%, es preferible quitárselo cuanto antes. Por ello, es recomendable solo si se cumple la característica de que tenga grandes intereses aparejados.

A diferencia del método cascada, el de la avalancha es un proceso que hay que contemplar a largo plazo, ya que es más lento y no tiene la recompensa psicológica a corto plazo que sí tiene el que se enfoca en pagar las deudas más pequeñas primero.

Reclamar intereses abusivos: Además de los métodos para deshacerse rápidamente de las deudas, hay otras formas de atajar el problema. Una de ellas es averiguar si las condiciones del préstamo son abusivas, y si lo son, reclamar al banco o entidad que haya formalizado el contrato a través de un escrito en el que indique la base legal de la demanda.

Reunificar deudas: La reunificación de deudas consiste en agrupar todas las deudas bajo un solo préstamo, con una sola cuota y un solo tipo de interés. Con esto se busca reducir de manera considerable la cuantía que se paga al mes, pero con el inconveniente de que se incrementa el plazo de amortización y, por tanto, se generan unos mayores intereses.

Esta herramienta puede suponer cierto alivio a corto plazo, puesto que se reduce la cantidad de dinero mensual a devolver, pero reunificar deudas solo es recomendable en caso de que sea realmente una solución, es decir, si sirve para pagar deudas en plazos razonables.

De no ser así, si la duración del préstamos se amplía a un periodo muy largo, al final los intereses a pagar se incrementarán de forma notable y podría perjudicar aún más la situación, obteniendo el impacto contrario que se pretendía al principio.

Por ello, esta debe ser la última alternativa a tener en cuenta. Luis Pita lo aconseja solo en algunas casos: “Cuando tengas un nivel de deudas muy alto (por encima de 10.000 euros, excluyendo hipotecas) con varias entidades y después de haber intentado negociar con ellas sin éxito”.