El estudio de Fedesarrollo ‘Impacto macroeconómico del sector petrolero’, evaluó, en términos generales, cuál sería el impacto macroeconómico de las decisiones del Gobierno de Gustavo Petro respecto a los yacimientos no convencionales y los nuevos contratos de exploración y producción de petróleo.
El informe evidenció proyecciones de dos escenarios: por un lado, de baja exploración, y por el otro, sin adiciones sustanciales de reservas por nuevos descubrimientos de petróleo.
Desde una óptica al mediano plazo, en el escenario de baja exploración hacia 2027 y 2028, los barriles que se dejarían de producir por día serían 130.000 y 200.000, respectivamente.
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Y para 2030, en ese mismo escenario, se producirían 579.000 barriles diarios, mientras que el ‘status quo’, es decir, con la continuidad en los contratos de exploración y explotación, se proporcionaría más de 904.000 barriles.
Estos factores se suman a que en el informe calcula una disminución de los precios internacionales del barril de Brent a US$75 en 2030. Actualmente el ronda los US$88.
Y es que la diferencia se empezaría a notar desde este año. Con el ‘status quo’, en 2023 se proyecta una producción de 779.400 barriles por día, pero se calcula que esta cifra decrecerá hasta 710.000 barriles por día con una exploración menor.
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Camila Orbegozo , directora de Análisis Sectorial y Sostenibilidad en Investigaciones Económicas de Corficolombiana, explica que “la producción nacional de hidrocarburos quedará sujeta a las probabilidades de éxito de los contratos que ya existen, que típicamente no son muy altas; esto hay que tenerlo en cuenta porque es un sector que hace exploración con probabilidades menores”.
Las inversiones que atrae este sector representan cerca de 20% del total que se reciben anualmente, pero podría decrecer, pues el estudio evidencia que las medidas pueden afectar la percepción de inversionistas. Orbegozo resalta que las inversiones en el sector se hacen con un horizonte de tiempo amplio, “si detenemos el flujo de inversión para futuros proyectos, es difícil que esto se pueda revertir en el corto plazo, porque las decisiones de esos proyectos se tendrían que tomar ya”.
Desde la percepción de Juan Espinal, representante a la Cámara, “el gobierno anterior dejó una producción de más de 700.000 barriles diarios de crudo, que ofrecen reservas de hasta nueve años de petróleo y gas, pero con la decisión del Gobierno actual se verá un efecto negativo en la seguridad energética, además del impacto en el bolsillo de los colombianos”.