Este miércoles 24 de mayo, el Grupo Nutresa S. A. informó por medio de la Superintendecia Financiera que después de casi año y medio en el mercado accionario y de ocho Ofertas Públicas de Adquisición (OPA) durante ese tiempo, se logró un Memorando de Entendimiento (MOU) para que JGDB Holding S. A. S y Nugil, empresas que habían lanzado las ofertas anteriores y pertenecientes al Grupo Gilinski, adquieran una participación controlante en Nutresa no inferior al 87 % de las acciones de la compañía.
Por lo anterior, Gilinski acaba con el enroque de empresas del conocido Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), que se había consolidado desde 1978 y que hoy toma un curso distinto.
En el MOU, según se conoció en el comunicado, las partes fijaron los términos generales de un compromiso que deberá ejecutarse a través de la celebración de acuerdos definitivos y varias operaciones “que estarán sujetas a la obtención de las autorizaciones legales, estatutarias y regulatorias que apliquen”.
Entre los términos está que Nutresa deje de ser accionista de Sura y de Grupo Argos y a su vez JGDB, Nugil e IHC Capital Holding también se comprometen a dejar de ser accionistas de Grupo de Inversiones Suramericana y Grupo Argos.
De esta manera y con este acuerdo, se espera que se acabe una trama empresarial que inició en noviembre de 2021, en la que el empresario caleño Jaime Gilinski invirtió más de diez billones de pesos para acceder a posiciones en tres de las empresas insignia del Grupo.
En Nutresa, la empresa en la que empezó la jugada en noviembre, había conseguido 31 % de las acciones tras tres set de OPA. En el caso de Sura, porcentaje que con el nuevo acuerdo devolvería, había conseguido 38 %, sumando un 34,5 % a través de las ofertas y 3,5 % a través de pequeñas compras en la BVC.
En el caso de la séptima intención de compra por Grupo Argos, el inversionista había logrado solamente 11,08 % de las especies, evento que en su momento se declaró desierto.
Este parece ser el cierre de esta movida empresarial, calificada como una de las más relevantes en la historia económica reciente del país. Según Diego Palencia, vicepresidente de investigación de Solidus Capital, “no hay precedentes cercanos en la historia empresarial de una compra hostil de esta magnitud. Se ha vuelto un caso de estudio muy importante en campos como las finanzas corporativas, el gobierno corporativo y ciencia jurídica y legal de los estatutos de grupos empresariales en Latinoamérica”.
¿Cómo inició todo?
El mercado colombiano se vio sacudido en el mes de noviembre de 2021, con el lanzamiento de la Oferta Pública de Adquisiciones, mejor conocido como OPA, algo que no era muy sonado en el país y que empezó a cobrar relevancia.
Asi entonces, el grupo Empresarial Gilinski, liderado por el caleño Jaime Gilinski, mostró su interés en adquirir una participación accionaria en Nutresa, a lo cual siguió de inmediato la OPA por Grupo Sura, compañías que eran parte del enorque adoptado por el Grupo Empresarial Antioqueño (GEA), en el que una empresa tenía acciones en la otra y viceversa.
De esta manera, entre el 29 de noviembre y el 17 de diciembre, duró la primera OPA, con la cual el grupo Gilinski logró obtener el 27,68 % de las acciones de Nutresa, adquirida a través de la empresa Nugil, filial del conglomerado de los empresarios caleños.
En la segunda OPA, la aspiración fue del 18,3 % de las acciones, y buscaba la compra de las participaciones de los accionistas minoritarios. Por Nutresa, no fue todo. De nuevo, el Grupo Gilinski lanzó una tercera OPA.
Entre tanto, en su intensión de invertir en Sura, logró comprar el 25,25 % de las acciones, lo que hizo a través de JGDB Holdings; y luego solicitó otra segunda OPA para al menos comprar otro, el 5 % de las acciones de Sura.
Lo cierto es que, concluidas las tres OPA, el Grupo Gilinski ya tenía la mayoría accionaria: 31 % en Nutresa, mientras que como accionista de Grupo Sura, al tener esta última propiedad en Nutresa, también sumaba más títulos.
Después de las transacciones que llevaron a un nuevo inversionista a las compañías del GEA, sucedieron varios hechos. La intención de Gilinski era darle mayor participación a la asamblea en las decisiones, por lo cual, se realizaban múltiples citaciones a los accionistas. Hubo momentos tensos, con intercambio de demandas de un lado y del otro.
De ahí que el acuerdo anunciado lo estén viendo ya los analistas como una buena noticia, tanto para los inversionistas, como para las empresas y para el país.