El equipo económico del Gobierno Nacional entrante tiene su mirada puesta en el proyecto de reforma tributaria, pero el tema de la inflación se constituye en uno de los principales retos que deberá afrontar en los siguientes años.

Los resultados que entregó el Dane muestran que el Índice de Precios al Consumidor, IPC, en julio alcanzó niveles históricos: 10,21% en los últimos doce meses, con corte en ese mes, y 7,96% en lo corrido del 2022, entre enero y julio.

En la capital del Valle la variación de los precios es más alta. La inflación se ubicó en 10,44% en los últimos doce meses y en 8,48% en lo corrido del año.

En razón a ese panorama, la mayoría de analistas opina que la inflación es el problema central de la economía colombiana.

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Aunque el Banco de la República había estimado para el 2022 una inflación del 3%, en lo que va corrido de los siete primeros meses del año registra 7,96% de incremento; es decir, se ha producido un aumento respecto al rango meta del Emisor de 165%.

El país ha llegado a la más alta inflación de los últimos 22 años.
Así las cosas, Henry Amorocho, profesor de hacienda pública y presupuesto de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, considera que tratar de frenar los altos precios es uno de los grandes desafíos económicos que deberá afrontar la administración Petro.

Una de las tareas deberá enfocarse en reducir los precios de los alimentos porque son los principales jalonadores de la inflación. En los últimos doce meses se treparon 25,10% a escala nacional.

El precio de la leche, por ejemplo, ha subido 38% en los últimos doce meses, la carnes de res, 27%, el trigo y sus derivados han subido 29,7%, la carne de pollo, 17% y en frutas, la mora se ha incrementado 42%. Pero el mayor incremento que se percibe en el mercado lo muestra la yuca, que subió 142% en el último año en todo el país.

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¿Qué hacer?

El profesor Amorocho dice que se debe atenuar el crecimiento de la tasa de intervención del Banco de la República a su más baja expresión; es decir, a un máximo de crecimiento del 0,25% en lo que resta del segundo semestre de 2022.

“De igual manera se deberá actuar con políticas que incentiven el aumento de la producción agrícola para aminorar el empuje de los precios de los alimentos; y poner el ojo visor al crecimiento de los precios de la energía, sobre todo en las dos empresas que recién obtuvieron la concesión de este servicio en la Costa Atlántica”, explicó.

El economista y consultor Memphis Viveros señaló que la política monetaria de subir la tasa de interés no ha funcionado en ningún país a la fecha, “se debe satisfacer la demanda de la canasta familiar para evitar que sigan creciendo los precios, pero eso no se verá este año en ninguna parte”, comentó.

Porsu parte, el también economista y consultor empresarial Carlos Andrés Pérez piensa que el nuevo Gobierno Nacional debe implementar una política fiscal de forma controlada y enfocada en dinamizar la actividad productiva y mitigar los impactos de la inflación sobre los hogares colombianos.

“En este frente, los programas de transferencias monetarias existentes se deben enfocar en las familias más pobres y se debe evitar que hogares con mayores ingresos reciban esas ayudas. En en el frente productivo, es fundamental avanzar en la reducción de algunos aranceles sobre productos, insumos y materias primas que no se producen en el mercado nacional. Además, es fundamental facilitar el acceso a créditos en condiciones preferenciales a las empresas agrícolas y agroindustriales”, indicó.

En el mediano plazo, se debe implementar un ambicioso programa de adecuación y vías terciarias en los principales departamentos agrícolas y agroindustriales del país, como son Valle, Antioquia, Cundinamarca, Boyacá y Santander, anotó.

Pérez sostuvo además que el equipo económico del Gobierno entrante debe evitar caer en la trampa de implementar controles de precios o restricciones a las exportaciones. “Esas fórmulas se han probado en diversos países y los resultados siempre han sido contraproducentes, pues precisamente desestimulan la oferta nacional y llevan a un mayor encarecimiento de bienes, sercicios y materias primas”, precisó.

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A su turno, Laura Peña, economista de BBVA Research para Colombia, confía en que haya una moderación muy gradual de los costos de producción a lo largo del segundo semestre y algunos efectos de base que ayudarán a que se merme la inflación.

Aún así consideró que el resultado actual podría implicar un cierre de inflación por encima del 9,2%.

El docente y director del Cienfi de la Icesi, Julio César Alonso, explicó que la inflación afecta con mayor medida a las familias de bajos ingresos y de la clase media.

“La inflación hace que el poder de compra de los salarios que reciben los hogares baje. Al mismo tiempo, los pocos ahorros que tienen perderán poder adquisitivo rápidamente. Por eso la inflación tiende a acentuar la desigualdad de la distribución del ingreso en una sociedad. Así, bajar la inflación debe ser una prioridad.

“Lastimosamente, bajar la inflación no es tarea fácil, en especial el tipo de inflación que estamos experimentando que en parte depende de fenómenos internacionales. Para mantener la inflación controlada es importante mantener el gasto bajo. Esto se logra con tasas de interés altas y esa es una tarea del Banco de la República”, sostuvo.

Por el lado del ejecutivo, se puede trabajar en medidas de largo plazo que reduzcan los costos de transporte y de intermediación y aumente la productividad, sobre todo, del agro colombiano.

Por lo pronto, el panorama de la inflación mantendrá un ritmo alto, dado que, por ahora, no se ve que los precios vayan a bajar, pues persisten las causas que elevan los precios.

Lo cierto es que la alta inflación es un fenómeno mundial en este momento, Estados Unidos, Europa y América Latina bordean el 10% anual, y mientras persista la guerra en Ucrania y no haya oferta de combustible, cereales, abonos y fertilizantes, no pararán de subir los precios, dicen algunos analistas colombianos.