Tal vez uno de los proyectos más polémicos del Gobierno de Gustavo Petro fue la reforma laboral, que se hundió el martes en el Congreso.

Muchos lamentan lo sucedido y dicen que perdió el país. Por ejemplo, el viceministro de Trabajo, Edwin Palma, aseguró que la iniciativa generaba empleo formal, mientras tanto, el representante a la Cámara, Alejandro Ocampo, comentó que “perdió el pueblo”.

Por otro lado, los gremios unieron esfuerzos para rechazar la iniciativa y siempre hablaron de que el proyecto estaba enfocado en los que tenían trabajo y dejaba de lado a los informales y desocupados, y que por eso no le convenía al país.

En la noche del 20 de junio el proyecto de la reforma laboral del gobierno Petro, se hundió en el .

Lo cierto es que hoy en día hay 22 millones de colombianos con una ocupación, de los cuales más del 50% son informales, es decir que hay 11 millones que no tienen un contrato de trabajo.

Además, Colombia es un país de salarios promedio bajos con dificultad para asumir mayores costos laborales. Los salarios promedios más altos se reciben en las 5 ciudades más grandes del país.

Las mujeres reciben sueldos en promedios más bajos y en todas las microempresas, con excepción de las presentes en las 5 ciudades más grandes, el salario medio está por debajo del mínimo legal mensual vigente, según un estudio del Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana. Esta realidad hace que muchos coincidan en que sí se necesita una reforma laboral en Colombia.

Juliana Morad, directora del Observatorio Laboral de la Javeriana, comentó que uno de los errores del proyecto que se hundió fue haberlo llevado a los extremos, es decir, quienes decían que era bueno y aquellos que argumentaban que era malo.

“Tenía cosas positivas y otras no tanto, pero lo importante que debe entender el país es que se debe hacer la reforma laboral porque tenemos una regulación anacrónica, las dinámicas laborales han cambiado, tenemos una alta informalidad y aunque la ley no es el único canal para generar formalidad, sí contribuye a la formalización del empleo”, comentó la académica.

Camino a seguir

El Gobierno Nacional anunció que luego del 20 de julio, cuando inicie labores el Congreso, se presentará de nuevo la iniciativa.

Pero para que esta salga adelante la palabra clave será concertación. En eso coinciden gremios y académicos.

Juliana Morad considera que tanto a las reformas de salud como a la laboral les faltó concertación, pero que esta última tuvo posibilidades de salir adelante.

“Había actores abiertos a sugerir cambios, se hicieron proposiciones, se presentaron otros proyectos que buscaban alimentar la discusión y los vientos mostraban que si se lograban consensos salía adelante, pero se radicalizó la posición del Gobierno”.

Por eso cree que para que la reforma laboral sea una realidad “debe abrirse a consensos, lugares de encuentro, eso desde el punto político, y en el fondo ya sabemos cuáles son los temas de debate y hay que hacer concertación sobre ellos”, dijo.

Por ejemplo, los puntos más polémicos fueron cambios en horas extras, horario dominical, negociación colectiva por rama de actividad, la huelga en servicios esenciales, entre otros. Estos, precisamente, serían los puntos para reiniciar la discusión.

En ese sentido, Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, dijo que “ojalá este sea el momento para discutir, rediseñar y consensuar una reforma que resuelva los dos grandes problemas del mercado laboral: altas tasas de desempleo y de informalidad (cercanas al 60%)”.

Asimismo se pronunció Edwin Maldonado, director del Comité Intergremial y Empresarial del Valle.

“Una reforma laboral tiene muchos impactos en la realidad económica de las empresas, sobre todo las mipymes, por eso, lo idea sería llevar un proyecto concertado que incida en elementos como la productividad, la formalidad y el empleo de forma positiva. Es necesario que el Gobierno emprenda una concertación, no debe haber un articulado sin consensos”.

Por su parte, Mauricio Santa María, presidente de Anif, dijo que si la reforma que se va a presentar es la misma que se hundió, es mejor que no se presente porque es inconveniente para el país y para la formalidad, sobre todo, de las poblaciones de menores ingresos.

“No lo digo como posibilidad sino como una realidad, eso pasará. Si la quieren volver a presentar se necesita hacer consenso con trabajadores, desempleados, con las asociaciones de trabajadores por cuenta propia, que no estuvieron representados en la discusión, y por supuesto con los empresarios. Hay que hacer un esfuerzo de consenso”, dijo.

Propuestas

De acuerdo con el Observatorio Laboral de la Universidad Javeriana, el nuevo proyecto de reforma debería incluir: cambios en la jornada nocturna, pero que se implementen de forma gradual; un aumento del pago del dominical, pero no al 100% sino al 85%; la protección a ciertos grupos vulnerables como las trabajadoras sexuales, del hogar, vendedores ambulantes y que se pueda cotizar a seguridad social por debajo de un salario mínimo.

Asimismo, Andrés García, miembro del Observatorio Laboral de la Universidad del Rosario, dijo que hay muchos motivos por lo que el mercado laboral requiere una reforma por los problemas estructurales y por la necesidad de adecuarse a las tendencias mundiales.

“Se requieren política de cara al aumento de la productividad, que consideren el entrenamiento para el trabajo e incluir componentes de flexibilidad que respondan a esos retos globales asociados a la transición verde y hacia la digitalización y tecnificación de los procesos productivos”, dijo.

Otras ideas

El Consejo Gremial emitió un comunicado en el que asegura que “solo el trabajo conjunto y el consenso legitimaran cambios que garanticen progreso”.

Asimismo, líderes sindicales aseguraron que le pedirán al Gobierno que expida algunos puntos del proyecto de reforma laboral vía decreto como estabilidad laboral y el tema de tercerización.