La Organización de las Naciones Unidas y su Programa Mundial de Alimentos, revelaron cifras sobre la seguridad alimentaria en las regiones Caribe y Pacífico.
El profesor de la Escuela de Gobierno Alberto Lleras Camargo de la Universidad de los Andes, Felipe Roa Clavijo, realizó un análisis del documento en el compartió los 5 hallazgos más importantes del informe, además menciona que es posible que la inseguridad alimentaria continúe en aumento en el transcurso 2023.
Lo anterior, relacionado con las condiciones que se han presentado como efecto a la guerra entre Ucrania y Rusia, la intensificación del conflicto armado en varias regiones, los temas climáticos y la inflación a nivel nacional que se está viviendo desde ya varios meses.
Felipe Roa, asegura que, aunque “las cifras son muy preocupantes para Colombia, no son sorprendentes, pues desde antes de la pandemia, la inseguridad alimentaria venía en aumento en el país”.
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El primer punto que más llamó la atención es que el 30% de la población colombiana se encuentra en una situación de inseguridad alimentaria moderada o severa, de esos, 2,1 millones están en una situación severa de inseguridad alimentaria y 13,4 millones están en una situación moderada de inseguridad alimentaria.
Segundo, los departamentos que más altos niveles de inseguridad alimentaria tienen son Córdoba, Sucre y César, con 70, 63 y 55 %, respectivamente. Es decir, la región Caribe es una de las zonas con más altos niveles de inseguridad alimentaria. Otros departamentos, como Arauca, Putumayo, Chocó y Norte de Santander también tienen altos niveles de inseguridad alimentaria y, si lo vemos por los términos absolutos, en las zonas donde más hay inseguridad alimentaria es en Antioquia, Córdoba y en Bogotá.
También, es importante reconocer qué factores están impulsando esa seguridad alimentaria y por qué se ha ido deteriorando más. Para empezar, los altos niveles de pobreza, las altas tasas de desempleo e informalidad, la violencia, el conflicto y el desplazamiento que se ha venido exacerbando en varias regiones del país. Al igual que otros factores estructurales como la crisis en Ucrania, que ha tenido efectos importantes sobre la importación de fertilizantes e insumos agroquímicos, la elevada inflación y los desastres naturales.
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Asimismo, las poblaciones que más han estado afectadas a nivel nacional incluyen, en primer lugar, las víctimas del conflicto armado; en segundo lugar, los grupos étnicos también han estado bastante afectados; y, por último, los hogares con jefatura femenina.
Por último, es posible que la inseguridad alimentaria en el transcurso del 2023 continúe en aumento, principalmente por las condiciones internacionales de inflación y la guerra en Ucrania, la intensificación del conflicto armado en varias regiones y los temas climáticos, como lo es el fenómeno del niño que se está prediciendo que será bastante pronunciado, y por la inflación a nivel nacional que estamos experimentando desde hace varios meses.
“Este problema tiene que abordarse desde una perspectiva integral y con intervenciones integrales de corto y mediano plazo. Ningún Ministerio de manera individual tiene la capacidad de hacerle frente a estos retos de la inseguridad alimentaria.
Todos los Ministerios y las agencias de gobierno tienen que trabajar colectivamente para poder hacerle frente a estos retos de la inseguridad alimentaria”, afirmó el profesor de la Universidad de los Andes.