Un informe presentado por el BBVA Research titulado “El bosque, palanca de desarrollo sostenible de Colombia”, determinó que Colombia pierde anualmente entre 200.000 y 300.000 hectáreas de cobertura arbórea principalmente por la expansión de la agricultura, la ganadería y las actividades ilegales.
La investigación, que realiza una radiografía de este problema, sus causas, sus consecuencias, plantea una hoja de ruta, para buscar una solución y que no se pierdan más hectáreas de capital natural.
“Los bosques son una palanca para el desarrollo sostenible de Colombia”, afirma el documento, que además muestra que “los municipios con mayor deforestación no logran cerrar las brechas de PIB per cápita con la media nacional y han visto una reducción menor de las necesidades básicas insatisfechas que aquellos con baja deforestación”.
“La pérdida de bosques en Colombia es una situación insostenible tanto ambiental como económica y socialmente”, reza el documento.
“La destrucción de los bosques no es sostenible desde un punto de vista ambiental, pero tampoco económica o socialmente, ya que frena la convergencia del PIB per cápita municipal, con un efecto además más intenso en municipios con ingresos relativos más bajos”, asegura Alejandro Reyes, economista principal de BBVA Research y coautor del informe.
El informe encontró que la pérdida de cobertura arbórea presenta una distribución significativamente desigual. Durante el periodo 2001-2023, los departamentos que han registrado una mayor pérdida de cobertura arbórea son Caquetá, Meta, Antioquia, Guaviare y Putumayo, con más del 50% de la pérdida total a nivel nacional. Además, la deforestación se extiende a través de diferentes ecosistemas y regiones del país, desde la Amazonía hasta la región Caribe, lo cual refleja la variedad de causas que la impulsa.
“Esta situación se ha convertido en un problema crónico para el país, las hectáreas deforestadas se mantienen en niveles altos, no se observan avances significativos en el bienestar de las poblaciones en las zonas de mayor deforestación y la afectación a los ecosistemas y biodiversidad son muy significativos, esto en buena parte por que no existen políticas que aborden la problemática desde sus diferentes aristas”, agregó Reyes.
Causas de la deforestación
“La principal causa de la pérdida de cubierta forestal en Colombia es la agricultura itinerante, entendida como aquellas actividades agrícolas y ganaderas de pequeña y mediana escala, que bien puede resultar en una pérdida temporal o permanente de la misma. Durante el periodo 2001-2023 la agricultura itinerante representa el 73,4% del total de la pérdida forestal, seguida por la deforestación asociada a materias primas. Finalmente, la pérdida de cobertura arbórea relacionada con la silvicultura, los incendios forestales y la urbanización representa el 3% del total”, explicó Alejandra Reyes.
De otro lado, con la deforestación se aumenta el peso de la actividad agrícola y ganadera, pero “estas actividades no presentan un mayor valor agregado a las regiones con mayor deforestación”. Sin embargo, sí suelen ser las que pueden proporcionar de forma más inmediata un medio de subsistencia a los segmentos más desfavorecidos de la población colombiana”, señala el informe.
“Si bien se concluye que la deforestación no tiene un efecto estadísticamente significativo en el crecimiento económico per cápita municipal, sin embargo, sí que contribuye estadísticamente a frenar el cierre de las brechas respecto al nivel promedio nacional, especialmente en los municipios con menor renta relativa”, dice el informe.
¿Cómo revertir la deforestación?
Según el análisis de BBVA Research, es posible revertir la deforestación si se pone atención a tres aspectos fundamentales sobre el manejo de la tierra. Así, la hoja de ruta pasaría por: en primer lugar, fortalecer el régimen de propiedad y uso de la tierra, sin incentivar actuaciones depredatorias.
En segundo lugar, “es fundamental facilitar una explotación productiva responsable del territorio en riesgo a través de estrategias consistentes con la sostenibilidad medioambiental, al tiempo que se promueve una mayor productividad en las zonas designadas para la explotación económica a través de la provisión de bienes públicos (seguridad, infraestructuras), soluciones logísticas y apoyo financiero a partir de estrategias que involucren al sector privado”, comenta Reyes.
Finalmente, se debe avanzar en la internalización económica del valor de los bosques mediante, entre otros, el desarrollo de proyectos que generen créditos de carbono y recompensen la protección de los bosques y por esta vía de la biodiversidad.