China prevé un menor crecimiento económico este año, los cálculos pasaron de 6,8 % a 6,6 %. La economía de Estados Unidos repuntaría 2,9 %, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Hasta ahí, el crecimiento de las grandes potencias mundiales no tendrían mayores cambios este año por la ‘guerra’ de aranceles iniciada por el presidente Donald Trump.
Sin embargo, el FMI considera que no todo es tan sencillo y que sí hay grandes riesgos por el aumento del proteccionismo, consecuencias que se verían en el 2019.
Trump le puso impuestos a 731 productos que le vende China, sobre todo de tecnología. Esto quiere decir que los estadounidenses tendrán que adquirirlos a un precio más caro.
Adicional, también se impusieron aranceles a otros productos que provienen de la Unión Europea, Canadá y hasta de Colombia.
China respondió con aranceles para los alimentos que le vende EE.UU. y de ahí en adelante cada uno de los países afectados han hecho lo propio.
Esta tendencia, según prevé el Fondo Monetario Internacional, dejará como consecuencias: más incertidumbre, poco optimismo de las empresas y los mercados financieros, volatilidad en los mercados, menos inversión y menos comercio.
“Se trastornarán las cadenas internacionales de suministro, se frenará la difusión de nuevas tecnologías, reduciendo el bienestar y la productividad. Se encarecerían los bienes de consumo transables, perjudicando a los hogares de bajos ingresos”, destacó la entidad en su más reciente informe.
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Analistas destacan que el libre comercio le abrió oportunidades a los países emergentes, bajó costos de producción, ha generado empleo y ha beneficiado al consumidor con acceso a productos más baratos.
¿Qué pasa en Colombia?
Para los analistas, los colombianos no son ajenos a esta ‘guerra’ de aranceles.
El profesor José Roberto Concha, director de Icecomex de la Universidad Icesi, considera que el país ya sufrió un primer impacto, pues Estados Unidos le impuso aranceles a los productos de acero y aluminio.
Aunque las ventas nacionales son pequeñas frente a lo que vende China, igualmente se van a reducir. Pero el temor mayor es que los productos que deje de vender el país asiático empiecen a llegar a territorios como el colombiano afectando a la industria local.
“El fenómeno de la globalización está seriamente amenazado porque la potencia más grande del mundo no quiere seguir en ese camino. Creo que habrá cambios y esto va a durar un tiempo”, dijo el académico.
Asimismo, para el profesor de economía Pavel Vidal de la Universidad Javeriana Cali, la afectación de Colombia por la 'guerra' de aranceles se daría en dos aspectos:
En primer lugar, menores exportaciones colombianas si se da el caso de que la economía de Estados Unidos baje su ritmo. Cabe recordar que el
30 % del comercio exterior nacional se hace con el país norteamericano y, por ende, cualquier cosa que pase en el mercado americano, tiene repercusión en Colombia.
El segundo temor es sobre el campo monetario y financiero. “El aumento de los aranceles tiene un efecto inflacionario. Eso obligaría a la Reserva Federal (FED) a subir a un ritmo más rápido las tasas de interés. Cuando suben las tasas los inversionistas mueven sus capitales hacia el mercado estadounidense donde obtienen un mayor retorno.
Ello implicaría para los países emergentes como Colombia un aumento del costo del financiamiento internacional y mayores dificultades para poder cubrir su déficit fiscal”, dijo Pavel Vidal.
El error de Colombia, dice el profesor Concha, es no esforzarse más en diversificar las exportaciones en productos y en países. “El petróleo es el
50 % de las exportaciones y con eso nos conformamos”, afirmó. Mientras que las ventas externas de México, que tiene hidrocarburos, están concentradas en vehículos, computadoras, eletrodomésticos y 5 % petróleo.
Lo cierto es que Colombia no es ajena a lo pasa en el mercado mundial y de cualquier forma terminará afectada.
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"Todos somos perdedores"
María Claudia Lacouture, directora de la Cámara de Comercio Colombo Americana, AmCham Colombia, afirmó que la guerra comercial nos afecta a todos, que no tendrá ganadores, sino diferentes niveles de perdedores. “Es una involución a décadas de integración y cooperación que va en contra de la competitividad global”.
Aseguró que las medidas globales tendrán impacto en todos los países. Por ejemplo, las exportaciones de productos laminados planos de hierro o acero de Colombia a EE.UU. pasaron de crecer a una tasa del 105 % entre el 2016 y el 2017, a solo 8 % entre 2017 y 2018, comparando el lapso enero-agosto de los dos años.
Pero dijo que hay oportunidades de que Colombia se convierta en proveedor de ciertos productos con aranceles. En un estudio de la entidad se evidencia que de los 731 productos a los que EE.UU. impuso un arancel del 25 % a China, Colombia exportó al mundo 691 (94% de ellos), que representaron 9,6 % de las exportaciones totales del país entre 2010 y 2017.
El enfrentamiento arancelario pone a prueba la competitividad ante la avalancha de productos que saldrán a buscar mercados por cuenta de las restricciones que se imponen de parte y parte.
El déficit comercial de EE.UU. sigue en US$370.000 millones, una cifra muy alta que no evidencia resultados de la guerra comercial. Las exportaciones agrícolas bajaron por los aranceles impuestos por China.
Aranceles
En marzo de este año EE.UU. impuso aranceles al acero y aluminio a 15 países, incluido Colombia.
Luego tomó esta medida para 731 productos provenientes de China. Implica US$200.000 millones en impuestos. China tomo represalias similares.
Ahora, el país asiático impuso aranceles al azúcar de Brasil. 45 %, en el primer año, 40 % en el segundo y 35 % en el tercero.
También colocaron un impuestos de 41 % y 123 % para el ácido yodhídrico importado de Estados Unidos y de Japón.
Según China, las empresas estadounidenses y japonesas que venden este químico en el país fijan unos precios que son inferiores a los costos, lo que afecta a las empresas locales.
Canadá puso aranceles del 25 % a siete productos de acero provenientes de México: chapa gruesa, barras de refuerzo para cemento, productos tubulares para el sector energético, láminas de acero, entre otros. Decisión que lamentaron los mexicanos.