Preocupado se vio al presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo (ACP), Francisco Lloreda, por las noticias de los últimos días, en las que diferentes poblaciones han logrado consolidar en consultas populares su rechazo a la explotación petrolera.

El directivo asegura que de darse, como está esperado, otras 20 consultas que pretenden frenar el desarrollo de proyectos de hidrocarburos, se pondría en jaque a este sector.

Sobre las condiciones para invertir en Colombia, Lloreda señala que estas se han deteriorado. “Seguimos con un régimen fiscal poco atractivo comparado con el de otros países de la región”, dice y de inmediato cuestiona el que la carga fiscal del sector sea de 70% cuando en el Golfo de México es 54 % y en Perú, 45 %.

Sobre estos temas y de la inversión extranjera se pronunció Francisco Lloreda.

¿Qué tan significativas son las posibles reservas petroleras en las zonas donde ha triunfado el 'No' en las llamadas consultas populares antipetróleo?

Son muy significativas, han puesto a la actividad petrolera en jaque. Si las 20 consultas anunciadas se llevan a cabo, estarán en riesgo 115.000 barriles diarios y 13 proyectos exploratorios en marcha, sin perjuicio de bloquear a futuro parte de la exploración que necesita el país con urgencia para incrementar sus reservas de petróleo y gas. Pasaríamos de 860.000 a 745.000 barriles/día; 260.000 menos que en 2015, cuando llegamos a millón.

¿Qué representa para la economía del país este tipo de decisiones contra las actividades petroleras?

Un golpe duro. Pero los más perjudicados serían los colombianos. Una caída adicional y abrupta en la producción impactaría los ingresos de orden nacional y las regalías, de por sí menguados.

Pero va más allá: si sacamos a las patadas a la industria petrolera nos debemos preparar para importar petróleo a partir de 2021. Lo ha dicho la ACP, ahora la Contraloría General. Ese escenario es muy grave para el país.

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¿Por qué?

Por varias razones. Esta industria aporta el 23% de los impuestos nacionales, sin perjuicio de los ingresos que aporta Ecopetrol vía dividendos, y las regalías regionales. Pero además del impacto en las finanzas se acrecentaría el déficit de la balanza comercial; de importar divisas pasaríamos a ser exportador; eso es delicado. Y lo que no aporte esta industria en impuestos lo terminaremos pagando los colombianos. Sin petróleo, perdemos todos.

La producción petrolera en Colombia se encuentra en un poco más de 800.000 barriles día, según el Ministerio de Minas y Energía.

¿A qué se refiere cuando dice que perdemos todos?

Tal como se lo digo. El hueco presupuestal que dejó la caída en los impuestos por la crisis de precios del petróleo se tradujo no solo en más endeudamiento público y déficit fiscal, sino en dos reformas tributarias, de claro corte fiscalista, y ya se habla de una tercera. Sin contabilizar lo que sucedería si esta industria se viene a pique. Sería la debacle, pues no hay un sector con igual capacidad de generar recursos y dar estabilidad macroeconómica.

Volvamos a las consultas ¿Las decisiones que se tomen a través de este mecanismo son retroactivas?

De acuerdo con el Consejo de Estado, los resultados de las consultas populares no tienen efecto retroactivo. Así lo señaló en primera instancia en el caso de la de Cumaral. Es decir, no puede detener, frenar, ni limitar los proyectos y actividades de hidrocarburos que actualmente se estén desarrollando. Es fundamental que ese lineamiento se mantenga en las altas cortes, sin perjuicio de revisar aspectos del fallo que nos preocupan mucho.

¿Como cuáles?


Nos preocupa que los resultados de las consultas sí tengan efecto a futuro, pues por esa vía se podría terminar bloqueando la actividad petrolera futura. Somos respetuosos de los fallos de las altas cortes, pero lo que está pasando en Colombia es que todo el mundo quiere la leche de la vaca, es decir, recursos de inversión, pero nadie quiere que la vaca paste en su hato y hay quienes creen, erróneamente, que la vaca produce más leche si se le coge a palo, o se le conduce al matadero. Detrás hay muchos intereses y agendas.

¿A qué agendas se refiere?

Hay, al menos, tres agendas detrás de las consultas. La de quienes se oponen a la existencia de la industria con argumentos ambientales de corte fundamentalista; la de quienes, a nivel local o nacional, ven en las consultas una oportunidad de apalancarse políticamente atacando al sector, más iniciándose una época electoral; y quienes desean la estatización de la actividad petrolera, es decir, sacar del país a las empresas y la inversión extranjera.

¿Eso ya está ocurriendo? ¿Alguna empresa le ha manifestado el deseo de salir del país a raíz de las consultas populares?

Las empresas petroleras no son impulsivas al tomar decisiones de irse o quedarse; pero manifiestan su interés mediante la inversión, incrementándola o reduciéndola. Y si las cosas no mejoran, se van. En 2016, mientras la inversión en exploración y producción en el mundo cayó 23 % en Colombia cayó 60 %. Las empresas quisieran seguir en Colombia, no tengo duda al respecto. Pero nadie se queda indefinidamente donde no es bienvenido.

Pero están invirtiendo, lo cual es una buena señal…

Sí. Las empresas programaron doblar la inversión en exploración y producción para este año; pasar de US$2290 millones a US$4700 millones, incluida Ecopetrol. Pero el 75 % de esa inversión que nos debe permitir pasar de 25 pozos exploratorios en 2016 a 50 en 2017 es para cumplir con obligaciones contractuales con la Agencia Nacional de Hidrocarburos. Son obligaciones previas, que seguramente cumplirán. Pero, ¿y a futuro? ¿Qué va a pasar?

Volvamos al tema de las agendas, ¿qué pasaría si se van las multinacionales?

Sería un error garrafal. En 2002 Colombia producía 577.000 barriles al día. Fue a raíz de las reformas institucionales —creación de la ANH, poner a Ecopetrol a competir un poco más, y brindar garantías a la inversión extranjera— que llegaron al país cientos de empresas, solas o como operadoras de Ecopetrol-, que la producción superó el millón de barriles al día. Sin desconocer las capacidades de Ecopetrol, sin las extranjeras no lo habríamos logrado.

Pero hay quienes las quieren sacar…


Sin duda. Hay sectores políticos que creen que un país progresa distribuyendo pobreza o que desean empobrecerlo para luego catapultarse políticamente en ese descontento. Y lo más fácil es empezar con las empresas extranjeras del sector extractivo. Pero ojo, esa es la punta del Iceberg, luego seguirán otras, extranjeras y nacionales. Lo que está en juego es el modelo económico, la iniciativa privada, la inversión extranjera, la libertad de empresa.

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A todas estas, ¿qué dice el Gobierno?


Hay funcionarios que entienden la gravedad de lo que está sucediendo y tratan de ayudar. La Agencia Nacional de Hidrocarburos, es un ejemplo. Estuvo en nombre del Gobierno en Cumaral, dando la cara, defendiendo a la industria, alertando lo que se viene. Pero debe entenderse que este no es un problema de los petroleros; es un problema de país, de su desarrollo económico y social, del bienestar de los colombianos, de seguridad energética, del país que queremos.

Pero queremos un país sostenible ambientalmente…

Todos queremos eso. Lo que pasa es que al país se le ha mentido, se le ha dicho que debe escoger entre agua o petróleo, y eso es falso. Es posible producir petróleo respetando el ambiente, la industria lo lleva haciendo cien años en Colombia, y el país no se ha secado. Esta es de las industrias que más invierte en ambiente y de las que menos recurso hídrico consume, 1,6%, mientras la agricultura y la ganadería 57%, lo cual es comprensible.

Usted le pidió dos cosas al Gobierno Nacional, ¿Ha tenido respuesta?

Le solicitamos, de manera respetuosa pero enfática al gobierno, liderar un diálogo con las altas cortes y el Congreso, para precisar las competencias de la Nación y de las regiones en materia de hidrocarburos.

No puede ser que si el subsuelo es del Estado, es decir, de todos los colombianos, y con un carácter estratégico para el país; un municipio, por respetable que sea, de manera prácticamente autónoma, prohiba la actividad petrolera.

Usted pidió además un diálogo con las regiones petroleras…

Sí. Le solicité al Gobierno sentarse con los gobernadores y alcaldes de las regiones donde hay presencia de la industria. Entre los muchos factores que hay detrás de las consultas, está el malestar generalizado; malestar por el actual régimen de regalías que a muchas regiones les arrebató el 60% de sus ingresos, malestar por el centralismo galopante, y por la desatención hacia unos territorios ricos en recursos, pero dejados a la buena de Dios.

Finalmente, ¿hay condiciones para invertir en Colombia?

Se han deteriorado. Seguimos con un régimen fiscal poco atractivo comparado con el de otros países de la región, la carga fiscal del sector es de 70 % cuando en el Golfo de México es 54 % y en Perú 45 %.
Los bloqueos en el territorio son pan de cada día, en muchos casos con el grupo al margen de la ley ELN detrás, sin perjuicio de los atentados contra la infraestructura petrolera, que son contra el medio ambiente. Y ahora, un tsunami de consultas populares.