La caída progresiva del dólar, que esta semana ha estado muy cerca de tocar el piso de los $4.500, ha llevado a qué las personas se vean motivadas a comprar esta moneda, con el objetivo de multiplicar su dinero.
Sin embargo, quienes buscan cambiar cantidades con las que no cuentan, pueden llegar a pensar en adquirir un crédito de libre inversión para ello. Pero, ¿es esta una idea rentable?
Teniendo en cuenta que la tasa de usura, es decir, el interés máximo que una entidad financiera puede cobrar por un crédito de consumo y ordinario, para este primer mes del año se ubica en 43,26%, parece no ser una idea tan rentable.
Alexander Ríos, fundador de Inverxia, habla de lo incierto que puede ser solicitar un crédito con algunas de las tasas más elevadas del mercado y con una moneda tan volátil.
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"Es una operación arriesgada. En primera instancia los préstamos de libre inversión actualmente tienen una de las tasas de colocación más elevadas del mercado, y si ese capital se destina para compra de dólares con la idea de que la divisa puede subir, es básicamente una moneda al aire".
En línea con lo dicho por Ríos, Sebastián Toro, trader especialista en economía y ex asesor de Renta y Bolsa, considera ese un movimiento peligroso, teniendo en cuenta las tasa de los bancos. "Los créditos de libre consumo tienen unas tasas altísimas, unas de las más altas del mercado, entonces solamente tomar uno de estos créditos en una pésima decisión".
Los créditos de libre consumo o libre inversión, tal como lo aseguran los expertos, tienen tasas entre 31,99% E.A. en bancos como Davivienda hasta 43.26% E.A., en Banco Pichincha, siendo algunas de las más elevadas dentro de las líneas de crédito de estas entidad.
Cabe destacar que hay opciones con los neobancos como Lulo Bank que ofrecen tasas más cómodas de 24,04% E.A. y plazos hasta de 48 meses.
Entonces, "partir de la toma de estos créditos es una muy mala decisión, porque las tasas son muy altas, y si a esta decisión se le agrega comprar dólares, que también tiene volatilidad, significa, entrar en un apalancamiento muy costoso y a la vez en un activo muy volátil, entonces si las cosas salen en contra, es posible que la persona pierda por ambos lados", completa Toro.
Esto quiere decir, que la persona entraría en dos riesgos, el primero de ellos, relacionado con la deuda, pues puede ser insostenible a largo plazo, sobre todo, si en un comienzo no se tenía el dinero para invertir en dólares, y el segundo, con relación a la volatilidad de la moneda, que si bien, puede tener un alza y generar ganancias a quien los compra, también puede seguir cayendo, haciendo que la persona pierda dinero y quede con una molesta deuda.
"Es posible que la persona compre dólar, y que este activo baje, entonces está pagando un crédito con su activo desvalorizándose, siendo esta una combinación supremamente peligrosa", añade Toro.
A pesar de ello, hay personas que dicen que estos movimientos son una buena idea, partiendo de la situación de otros países, sin tener en cuenta el riesgo. "Este es un comportamiento que motiva a las personas cuando ven casos similares a lo ocurrido en Venezuela y en Argentina, porque si el dólar sube, la moneda se devalúa, entonces tener una deuda en dólares puede ser algo muy rentable porque en la medida que el peso vale menos, la moneda valdrá menos", explica Toro.
Sin embargo, el experto destaca que el riesgo de esto es muy alto, ya que la deuda tiene tasas altas y existe la probabilidad de que los objetivos no se den, entonces, "para hacer este tipo de movimientos, debe ser una persona con mucho conocimiento y debe saber muy bien lo que está haciendo, no se puede olvidar que es una operación de alto riesgo".
Ríos concluye con este mismo pensamiento, "las personas que tienen dicha idea de inversión, deben tener cierto respaldo de capital, un perfil de riesgo elevado, y deben tener clara la idea de que la inversión a tasa fija internacional, más la devaluación implícita, deben ser mayores que la tasa efectiva del crédito para el periodo del mismo".