El pasado 7 de julio, en Colombia se prohibió la comercialización de varios artículos de plástico de un solo uso. De acuerdo con las autoridades, la medida está orientada a reducir el impacto ocasionado en el medioambiente por la fabricación de los mismos.
Sin embargo, la ley 2232 de 2022 contempló una serie de productos exceptuados de la prohibición por la ausencia de alternativas viables para ser sustituidos por otros materiales biodegradables.
Según la disposición legal, todavía se puede realizar la venta de aquellos plásticos utilizados en el sector de la salud como jeringas, guantes, tubos de ensayo, bolsas para suelo, por la importancia que poseen en la prevención de enfermedades, además de la asepsia e inocuidad que debe mantenerse en el campo médico.
Dentro de las excepciones también se encuentran los empaques para alimentos que requieran ser preservados por un lapso prolongado de tiempo. Esta categoría incluye a los productos agrícolas que necesiten una protección especial al momento de ser transportados para la venta.
En caso de presentarse alguna emergencia o catástrofe natural, la ley también exonera de la prohibición aquellos plásticos necesarios para el suministro de agua y alimentos.
La venta de los productos antes mencionados se puede realizar mientras no se desarrollen nuevas tecnologías similares o compatibles que garanticen la seguridad de los mismos y cumplan con la misma función.
¿Qué cambios plantea la ley 2232 de 2022?
En Colombia, la ley 2232 de 2022 formalizó la prohibición de aquellos plásticos que eran utilizados por una única vez y posteriormente eran desechados.
Uno de los cambios más trascendentales incluidos en el nuevo instrumento jurídico es el cese en la venta de productos fabricados con icopor. Ante ello, decenas de empresarios se han reinventado con el desarrollo de nuevos elementos creados a partir del bagazo de caña de azúcar.