Es más, según expertos cuando se cocina con este tipo de electrodoméstico se reduce entre un 80 y un 100 % la cantidad de aceite en comparación con otras preparaciones es por ello, que la freidora se ha coronado como una de las reinas de las cocinas colombianas. la misma cantidad de aceite que otros modos de freír.
Es más, según expertos cuando se cocina con este tipo de electrodoméstico se reduce entre un 80 y un 100 % la cantidad de aceite en comparación con otras preparaciones; es por ello que la freidora se ha coronado como una de las reinas de las cocinas colombianas.
Otra gran ventaja de las freidoras de aire es que, en comparación de un horno, consumen menos energía y esto se debe a que no emite una radiación calórica, porque el calor se transmite por convección.
Si bien es cierto que el consumo va a depender del tamaño y la capacidad del electrodoméstico, se estima que tienen una potencia de 1.000 a 1.440 watts aproximadamente, mientras un horno eléctrico consume entre 800 y 2.200 watts en promedio, aunque al igual que las freidoras, esto depende de diversos factores.
Además de lo anterior, este aparato ayuda a ahorrar tiempo, ya que se pueden programar de acuerdo al alimento que se está preparando y se detienen una vez se acaba este lapso de tiempo. Gracias a ello, las personas no tienen que estar pendientes de la comida para que no se queme y pueden realizar otras actividades mientras preparan sus alimentos.
Por último, las freidoras son fáciles de limpiar, ya que no quedan residuos de grasa y se pueden almacenar fácilmente en la cocina así se tenga poco espacio.
¿Tiene riesgos?
Reacción química peligrosa
De acuerdo con lo establecido por la Organización de Consumidores y Usuarios, el uso de la freidora de aire podría suponer el riesgo de que se desarrollen compuestos peligrosos como la acrilamida, una sustancia química con la que se produce papel, tintes y plásticos.
Según lo explicó la organización Food Facts For Healthy Choices, la acrilamida se forma como resultado de una reacción química entre un componente básico de las proteínas (aminoácido) y un azúcar simple como la glucosa o la fructosa.
Dicha reacción solo es posible con el calor, lo cual facilita la producción de la “caramelización” del alimento y la formación de uno de compuestos de aroma y sabor propios de los alimentos cocinados. Uno de los ejemplos más típicos de la reacción de Maillard es el aspecto dorado que adquiere el pan blanco al tostarlo.
Esta reacción considerada una de las más complicadas en el marco de los alimentos; todavía sigue en fase de estudio, pues se desconoce el proceso de formación de la acrilamida por sí solo.
Sin embargo, los científicos han podido establecer que su formación puede depender del tipo de alimento, la temperatura y el tiempo de cocción. A grandes rasgos, el nivel de acrilamida de los alimentos que contienen almidón, como el pan o las patatas, aumenta cuando se cocinan a temperaturas altas y durante un periodo prologado de tiempo.
Daños a la salud
De acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, “los aldehídos, las aminas heterocíclicas y los hidrocarburos aromáticos policíclicos son otros productos químicos potencialmente peligrosos que se forman con la cocción a altas temperaturas y pueden estar asociados con un mayor riesgo de cáncer”.
Por eso, hay que tener muy en cuenta la temperatura y duración con la que se cocinan los alimentos.
Vale la pena destacar que un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos reveló que la freidora de aire reduce la aparición de acrilamida hasta en un 90 %, en comparación con la fritura tradicional. Sin embargo, este método de cocción no garantiza la desaparición del riesgo.
Los alimentos que pueden contener acrilamida son las papas fritas, las galletas, el pan y los cereales, según lo indicó el Instituto.
Por esa razón, la recomendación de los expertos es que prepare estos alimentos a menos de 120 grados centígrados.