El sector financiero también ha sentido el impacto de la desaceleración del país y las utilidades de los bancos cayeron casi el 50% en el 2023.
Sin embargo, Jonathan Malagón, presidente de Asobancaria, dice que este es sector sólido que ha cumplido con toda la regulación en momentos de crisis.
Según el gremio, hay muchos retos aún en el sistema como la inclusión financiera en materia crediticia que apenas bordea el 36% en Colombia.
Asobancaria estima que este año el crédito se reactivará y la cartera bancaria crecería 1,0%.
¿Qué tanto se resintió el crédito en el país en 2023?
Debido a la desaceleración económica observada en 2023, las condiciones financieras menos favorables de empresas y hogares y la mayor percepción de riesgo por parte de las entidades, la cartera bruta retrocedió 6,7% real.
Esta cifra fue la más baja desde mediados del 2000 e hizo retroceder el saldo de cartera a niveles reales de 2021. Este desempeño estuvo jalonado, en gran medida, por las modalidades de consumo (-10,6%) y comercial (-6,4%). Por su parte, la cartera de vivienda cayó 1% y microcrédito fue la única con un comportamiento positivo, creciendo 2,1%.
¿Esta desaceleración afectó la capacidad de pago, los colombianos están pagando bien los créditos o se han colgado?
Sí, aunque el indicador de calidad de cartera, que indica la razón entre la cartera vencida y la cartera bruta, registró un incremento en el último año. A cierre del año pasado, por cada 100 pesos que había prestado la banca, solo 4,9 pesos estaban en mora, un nivel similar al registrado en 2020 durante la pandemia. En 2022 el indicador era de 3,6%.
Para hacer frente a esta situación, la adecuada gestión de riesgos de las entidades ha mantenido un nivel de cubrimiento superior al 120%, lo que le permite dar, al sector y a los ahorradores, un parte de tranquilidad y solidez.
¿Cómo le pegó la desaceleración al sector financiero?
La desaceleración económica se evidenció en las cifras de rentabilidad de las entidades bancarias. De acuerdo con la Superintendencia Financiera, en 2023 las utilidades acumuladas de los bancos bordearon $8,1 billones, reduciéndose 49,1% real anual frente a 2022.
En efecto, la mayoría de los bancos reportaron menores ganancias que el año pasado y otros presentaron pérdidas. Este comportamiento se explica, principalmente, por las reducciones persistentes en el margen de intermediación y el mayor gasto de provisiones para cubrir el aumento en la morosidad, en medio de reducciones importantes de la cartera crediticia en línea con la desaceleración económica.
En el primer caso, la diferencia entre la tasa de interés de colocación de créditos y la tasa de interés de captación se ha reducido significativamente, haciendo que el margen de intermediación esté hoy en mínimos históricos (6,15%).
Aquí es importante resaltar el esfuerzo que han hecho las entidades por reducir las tasas de interés de los créditos en medio de un ciclo monetario significativamente contractivo, con el propósito de aliviar la carga financiera de los hogares, en especial de los más vulnerables.
En todo caso, la solidez del sistema bancario se mantuvo, sobrecumpliendo con los mínimos regulatorios en materia de liquidez y solvencia. Esto permitió que se mitigaran los riesgos de una posible crisis, ante un escenario macroeconómico retador.
¿Qué es lo que hoy más le preocupa al sector?
Yo no hablaría de preocupaciones, pues el sector continúa demostrando que es sólido y sigue siendo un pilar de estabilidad para el país. Sí hablaría de retos, los grandes retos de nuestra industria.
Hace varios años el foco se encontraba en la inclusión financiera en materia de acceso, que ya se encuentra en 92%; hoy el reto está en la inclusión financiera crediticia, que es apenas del 36%. La reducción de la cartera en 2023 fue un obstáculo para tener mayores avances en este frente, así como en el de la profundización financiera, que es del 46%, pero que hace tres años se encontraba en 55% y desde 2014 no se encontraba por debajo de 47%.
Nuestros esfuerzos están enfocados allí, en financiar los sueños de cada vez más colombianos y apalancar el crecimiento económico a través del crédito productivo.
Ahora bien, en el corto plazo, esperamos que los riesgos de crédito se sigan mitigando, con un crecimiento de la cartera esperado de 1,0% para 2024 y un indicador de vencimiento bajando hacia 4,5%. Esto permitirá ver una recuperación en el desempeño de las entidades.
¿Qué estrategias ha venido usando la banca para reactivar el crédito?
El sector se ha planteado tres estrategias. La primera, que se ha venido dando desde marzo de 2023, ha sido la reducción anticipada de tasas de interés de los créditos. Específicamente, las tasas en créditos de consumo, vivienda y tarjetas de crédito ya habían caído en 351 puntos básicos (pbs), 196 pbs y 703 pbs, respectivamente a cierre de diciembre, mes en el que inició el ciclo bajista del Banco de la República.
La segunda está asociada con el relajamiento paulatino de las exigencias que tienen las entidades para otorgar crédito, algo que ha venido sucediendo desde el segundo semestre del año pasado. Por último, el trabajo mancomunado con el Gobierno para financiar la Economía Popular y proyectos verdes.
¿Usted dice que hay que impulsar el crédito de naturaleza productiva, en qué consiste?
Hemos propuesto una mirada 3x3x3: 3 metas, 3 estrategias y 3 medidas tácticas. El propósito final es impulsar la inversión, que se encuentra en la mitad de lo que debería ser para crecer sostenidamente al 4%, y, de esta manera, mejorar el bienestar de los colombianos.
Lograrlo implica trabajar para alcanzar las tres metas que nos hemos trazado como industria: llevar la profundización financiera total del 46% actual al 65% óptimo, aumentar la profundización de la cartera productiva del 26% al 40% y aumentar la inclusión financiera crediticia del 36% al 75%.
Ahora bien, reconociendo que el mayor avance de la profundización debe darse por la cartera empresarial, que debería pasar de representar el 50% de la cartera total al 62%, las estrategias están enfocadas en aumentar la cartera empresarial para 2026, especialmente la destinada a la Economía Popular, que debería alcanzar los $4 billones, en línea con el Plan Nacional de Desarrollo del actual Gobierno; la destinada al sector agro, que debería llegar a $ 64 billones; y la destinada a MiPyme, que debería aumentar hasta los $193 billones.
Estamos convencidos de que el crédito productivo es la clave de la inversión, el crecimiento y el bienestar social de Colombia.
¿Observa cambios importantes en la economía este año?
Durante este año, la economía colombiana se encuentra en un paulatino camino de recuperación, tras un 2023 marcado por un desempeño poco favorable. El anclaje de las expectativas de la inflación, junto con el inicio del ciclo bajista de la tasa de interés del Banco de la República, son factores que contribuirán al ciclo ascendente de la economía.
No obstante, el panorama también estará marcado por riesgos de naturaleza exógena que podrían menoscabar la confianza de empresarios y hogares, los cuales habrá que monitorear cuidadosamente para que no afecten la recuperación de la inversión y el consumo