El Dane acaba de publicar una nueva escala estadística sobre inseguridad alimentaria en Colombia, la cual evidencia la gravedad de esta situación. En el Caso del Valle del Cauca, 28 de cada 100 hogares sufrieron el año pasado algún nivel de inseguridad alimentaria, un promedio similar al registrado en el territorio nacional.
Es decir, que estas familias tuvieron que disminuir la cantidad y calidad de los alimentos consumidos, al menos una vez durante los últimos 12 meses, debido a falta de dinero y otros recursos. Para el departamento serían unos 355.000 hogares en esta condición, teniendo en cuenta que en el Valle hay 1.270.000 hogares, de acuerdo con datos del Dane.
La situación más difícil la vive el 4,5% de los hogares del departamento que, de acuerdo con las cifras, presentó inseguridad alimentaria grave, lo que significa que se quedaron sin alimentos o dejaron de comer todo un día durante varias veces en el año. Esto equivale a 57.000 hogares de la región.
Las cifras del Valle del Cauca coinciden con los datos que se conocen de pobreza. El 29,7% de la población del departamento era pobre, según el Dane para el año 2021. Es decir que no recibía los suficientes ingresos para cubrir todas las necesidades. Además, el 9% de la población estaba en pobreza extrema.
¿Qué pasa a nivel nacional?
A nivel nacional, el panorama más complejo se vive en la Guajira, donde casi el 60% sus habitantes tuvo algún problema para alimentarse y el 17,5% presentó inseguridad alimentaria grave en 2022, es decir, que en 17 hogares de cada 100, al menos una persona se quedó sin comer durante todo un día por falta de recursos.
También en Sucre, Atlántico y Magdalena, Chocó y Arauca la situación es delicada. En estos departamentos 40 de cada 100 hogares experimentaron dificultades para acceder a alimentos en calidad y cantidad suficientes (ver gráfico).
La directora del Dane, Piedad Urdinola explicó que la prevalencia de la inseguridad alimentaria crece con el tamaño de los hogares, especialmente a partir de los que tienen 2 integrantes o más.
Asimismo, la probabilidad de experimentar problemas para alimentarse, por falta de dinero, es mayor entre quienes ocupan viviendas en déficit habitacional (casas con deficiencias estructurales).
En Colombia, esa diferencia es cercana al doble, en la medida en que la inseguridad alimentaria afecta a 22 de cada 100 hogares sin déficit habitacional y crece a 41 de cada 100 hogares con déficit habitacional. Aunque esa diferencia se registra en las zonas urbana y rural, la brecha es significativamente más alta en las primeras.
En términos de población, 15,6 millones de colombianos tuvieron problema de inseguridad alimentaria moderada o grave el año pasado y en 2,6 millones estos problemas fueron más graves aún.
Maya Takagi, representante de la FAO en Colombia, comentó que tener este mecanismo, para medir la situación de hambre del país, es un paso importante porque muestra el compromiso nacional para conocer el panorama y avanzar en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el 2030. “En mi opinión los datos del país (5% de inseguridad alimentaria grave y 28% moderado está en un promedio regional y es posible que el país llegue a las metas del 2030. Colombia tiene los mecanismo y debe avanzar en cómo fortalecer los hogares y los territorios para lograr cumplir esas metas”, dijo.
Al respecto, la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, afirmó que “Colombia tiene la capacidad de ser autosuficiente y de producir alimentos para todo los hogares del país. Nuestro reto es en temas de distribución, disposición y almacenamiento de excedentes”.
¿Qué es el FIES?
La Fies es una escala estadística que se usa a nivel internacional. Esta define inseguridad alimentaria moderada cuando las personas no tienen ingresos para llevar una dieta saludable, tienen incertidumbre sobre la posibilidad de adquirir alimentos y probablemente se saltaron una comida al día.
Por su parte, inseguridad alimentaria grave se da cuando la persona se quedó sin comida y estuvo un día o más sin comer.