Aunque faltan cerca de dos meses para que arranque en firme la negociación del salario mínimo para 2018 en la Comisión de Concertación Laboral, conformada por trabajadores, empresarios y Gobierno, desde ya se empiezan a perfilar algunas cifras sobre las cuales girará la discusión.

Uno de los primeros en salir al ruedo fue el presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), Sergio Clavijo, quien recomendó a la comisión un alza que no supere el 4,5 %, que representaría pasar de $737.700 a $779.000, es decir, un aumento de $42.200.

El Director del centro de estudios económicos manifestó que el desafío consiste en seguir promoviendo la generación de empleo formal, pero manteniendo el poder adquisitivo de los colombianos. En Colombia el 60% de los trabajadores devenga un salario mínimo legal y 80 % está por debajo de los 2 salarios mínimos.

Clavijo habló sobre las recomendaciones que hace a la mesa de concertación laboral y sobre las proyecciones en materia de inflación, empleo, productividad y crecimiento del Producto Interno Bruto para el cierre de 2017.

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En días pasados Anif presentó algunas cifras a tener en cuenta en la negociación del salario mínimo para el próximo año. ¿Cuál es la recomendación?

La inflación ha venido cediendo y creemos que va a cerrar el año cerca del 4 %. Con eso a la mano y sabiendo que el PIB de este año podría crecer 1,8 %, con una expansión promedio en el mercado laboral de 1,2 %, eso implica que la productividad laboral estará del orden de medio punto porcentual, así que en Anif venimos enfatizando en que la guía del salario mínimo debería despolitizarse y llevarse por normas técnicas.
Eso sería tomar la inflación reciente y añadirle la variación de la productividad, que nos da una recomendación del orden de 4,5 % para este año.

¿Esta cifra sí ayudará a reactivar la economía para el próximo año?

Esto permitirá, creemos nosotros, mantener la generación de empleo. El año anterior se había reajustado el 7 %, una cifra bastante generosa que puso una presión de costos laborales sobre el empresariado y que ello nos tiene con una tasa de desempleo promedio año de 9,3 %.
Sabemos que el 2018 también será un año de lenta recuperación, nuestro pronóstico de crecimiento económico de 1,8 % para este año y 2,3 % para el próximo año, de ahí la importancia de no continuar encareciendo el mercado laboral.

Los sindicatos ya dijeron que van a llegar a la mesa de concertación con una propuesta entre el 10 % y el 12 %. ¿Cómo ve esas cifras?


Como siempre, en el calentamiento de la convocatoria los sindicatos arrancan con una cifra estrato seis, hablando del 10 %, 12 % y están muy distantes de lo que dicta la racionalidad económica del orden de
4,5 % para mantener el dinamismo en la generación de empleo.

Y si este año tampoco se logra un acuerdo entre las partes...

De no llegarse a un acuerdo, pues vamos a tener nuevamente al Gobierno sacando un decreto. Hay una presión fiscal y si se desborda con un incremento en más de 1 % por encima de la inflación, eso tiene una serie de consecuencias de pagos presupuestales para el sector financiero y asegurador, que tiene toda una serie de pólizas vitalicias que están ancladas a lo que ocurra con el salario mínimo.

La buena noticia es que este decreto le amarra las manos al Gobierno, porque en la medida que se vuelva muy generoso y se aleje del incremento en la productividad laboral, pues va a tener que pagar con recursos del fisco toda una serie de contratos de largo plazo que están atados a la decisión del salario mínimo. Esperemos que tanto los sindicatos, el Gobierno y el empresariado lleguen a una sensatez económica y que la economía tenga un repunte para el año 2018.

Uno de los principales datos que usted destaca para tener en cuenta es la inflación. ¿Qué los lleva a pensar que esta se ubicará en el 4 % para el cierre de 2017?

Nuestro pronóstico puntual podría llevarnos hasta el 4,2 %. Hemos tenido el beneficio de superar los escollos de una inflación de alimentos que llegó a tocar casi el 15 % anual a mediados de 2016, por el fenómeno de El Niño y el paro de transportadores, pero eso ha quedado atrás y creemos que la lectura total del año estará bordeando esta cifra.
Infortunadamente la inflación todavía está en el techo del rango meta del Banco de la República y no lo deja a uno tranquilo, pero ya de cara al 2018 las expectativas del mercado indican que estaríamos regresando al 3 % o 3,3 %.

En ese sentido creemos que lo peor de la inflación ha quedado atrás y por eso el Banco se ha movido en la dirección de recortar 250 puntos básicos su tasa y transmitirles ese alivio a unos hogares que andan bastante sobreendeudados.

¿Existe la posibilidad de que el Banco de la República siga con la reducción de tasas en los meses que faltan, teniendo en cuenta que para octubre las mantuvo estables?

Como están hoy las cosas creemos que se ha agotado el espacio para continuar bajando, creemos que la tasa en 5,25 % se mantendrá hasta que la inflación sin alimentos rompa la barrera del 5 % a la baja para poder entrar en nuevas rebajas adicionales. Parece que el Banco de la República ha acertado en su reducción rápida de 250 puntos básicos, aunque cabe decir que los arreglos de mercado no favorecen mucho a la transmisión de la política monetaria contracíclica, porque el 80 % de los créditos de consumo se otorgan a tasa fija, entonces no hay una transmisión automática como sí la hay en la cartera corporativa.

Pero sí representa un impulso para el PIB...

Creo que el Gobierno ha sido excesivamente optimista en pensar que la transmisión de 250 puntos a la baja va a revitalizar el consumo de los hogares. No, los hogares están sobreendeudados. Si uno suma cartera de consumo y cartera hipotecaria, contra el ingreso disponible de los hogares, eso ya bordea el 40 %, o sea que están en un tope histórico de endeudamiento y la baja en la tasa de interés, que es bienvenida, va a ayudar a evitar que se deteriore la cartera vencida, que ya bordea el 6 % de consumo, y las bajas adicionales van a evitar es que los bancos tengan que entrar a aprovisionar o a castigar una cartera que esta bastante abultada.

Y en cuanto al mercado laboral, sobre el que ustedes han manifestado algunas preocupaciones, ¿cómo es el panorama?

Nos preocupa mucho que en los últimos 12 meses la tasa de desempleo urbana está muy parqueada y estable en un nivel del 11 % y cuando uno mira que a nivel nacional se ve un desempleo de solo el 9,3 % promedio nos surge esa incertidumbre. Allí hay una paradoja que las cifras del Dane esconden un drama de desempleo muy preocupante del sector urbano, que no ha dado muestras de un descenso y ello tiene que ver con la propia lentitud y expansión del aparato productivo de Colombia, que como hemos visto históricamente crecía al 4 % o 4,5 %, y ha estado bajando hasta un potencial del 3 %. Peor aún, el último año la economía colombiana ha estado creciendo por debajo del 2 % y ello va unido a eso que nosotros llamamos el ‘costo Colombia’ y a una problemática de la productividad estancada históricamente cuando se le mide, por ejemplo, con Estados Unidos.

¿Este año definitivamente fue muy malo para la economía?
Si crecemos 1,5 % o 1,8 % este es un año malo, para el olvido, similar al año anterior, no hubo resultados del llamado ‘Colombia Repunta’ y ya nos tocará esperar al nuevo Gobierno, a partir de agosto de 2018, para ver qué políticas de choque trae, aunque ese gobierno tendrá que enfrentar un descalabro fiscal muy serio con la caída de los precios del petróleo y un desafío con un déficit externo, que en el primer semestre en vez de bajar al 3,6 %, que teníamos pronosticado, se quedó pegado en 4,1 %, dado el estancamiento exportador.

Al nuevo Gobierno le espera un gran problema pensional, ¿cuál es la propuesta de Anif?

Colpensiones seguiría por los próximos años, porque tiene que administrar las pensiones de quienes están allí. Esas personas deben estar tranquilas porque no se alterarán las pensiones ya otorgadas o las que se otorguen en los próximos 10 años. Lo que estamos proponiendo es que a partir de enero de 2019 ningún colombiano se pueda afiliar a Colpensiones.

¿Cuál es el gran problema del sistema pensional?

El hueco fiscal es monumental e inequitativo, porque el grueso de los subsidios va a los estratos altos, mientras tenemos un riesgo alto de indigencia para los ancianos. Hoy hay 5,5 millones y de los cuales solo 1,2 millones recibe actualmente una pensión.

Otras propuestas

La Confederación General de Trabajadores (CGT), liderada por Julio Roberto Gómez, indicó que el incremento salarial para el próximo año tendría que estar sobre el 10 %, es decir $74.509, mientras que la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) es más ambiciosa y plantea un aumento de 12 %, que representarían $88.526.

”Continuamos discutiendo miserias, en caso de que el incremento del salario sea por inflación, que para este año sería 4,1 % (según las proyecciones), más un punto, que no llega ni siquiera a $40.000”, ha dicho Gómez.