Durante lo corrido de la pandemia del Covid-19, Cali y el Valle presentaron un retroceso en empleo, producción manufacturera, turismo, construcción, comercio y agricultura. Sin embargo, cuando la reactivación despegaba, los bloqueos y protestas de las últimas tres semanas frenaron la actividad en esos sectores, tanto, que el Producto Interno Bruto, PIB, de la ciudad arrastra una pérdida de tres puntos porcentuales.
Un escenario que, según los gremios podría empeorar, pues a la fecha el 47% de las empresas registradas en la Cámara de Comercio de Cali siguen sin operar. De igual manera, un importante porcentaje del comercio local mantiene sus locales cerrados ante el temor de saqueos, generando zozobra entre miles de empleados y propietarios.
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De allí, que el panorama no es el mejor. Por ejemplo, grandes plantas que pertenecen a compañías representativas que fabrican alimentos, textiles, cosméticos, productos de aseo y medicamentos, entre otros, apagaron sus maquinarias y calderas, e igual hicieron los 13 ingenios azucareros. Frente a lo que ocurre Lina Sinisterra, gerente seccional de la Asociación Nacional de Empresarios, Andi, señala que el impacto ha sido grave para la economía, en vista de que la agremiación y sus empresas afiliadas aportan el 55% del PIB regional. Además, el 60% de las exportaciones totales las hacen compañías vinculadas a ese gremio. “Sitiar al departamento no es lógico, porque somos una región productora de alimentos”, recalca la dirigente.
“Es una situación muy dramática”, anota, tras recordar que las compañías agremiadas a la asociación generan 150.000 empleos formales que están en riesgo en caso de prolongarse los bloqueos en las carreteras.
“Estamos asfixiados y al borde de una recesión que nos podría impactar junto al avance de la pandemia”, sostiene por su parte, Yitci Becerra, directora de la Asociación de Pequeñas y Medianas Industrias, Acopi, seccional Valle.
La situación es tan preocupante que hasta los programas de vivienda están en vilo. Al respecto, la gerente seccional de la Cámara Colombiana de la Construcción, Camacol, Alexandra Cañas, plantea una radiografía compleja: el 96% de las empresas han suspendido más del 80% de sus proyectos, mientras en ese mismo porcentaje dichas firmas clausuraron sus salas de ventas en el Valle.
Hasta sectores de servicios como el hotelero han sufrido un fuerte impacto, pues alrededor del 60% de todos los establecimientos de alojamiento cerraron sus puertas ante la falta de huéspedes y turistas que no pueden movilizarse por las carreteras.
Golpe al comercio
El comercio ha sufrido los peores ataques del vandalismo y la delincuencia en Cali. Grandes tiendas, almacenes y supermercados registran pérdidas millonarias que dejaron a decenas de empleados sin trabajo por los saqueos e incendios.
De acuerdo con una encuesta del capítulo seccional de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, las pérdidas para ese sector suman a la fecha $1,2 billones con graves afectaciones en el transporte de mercancías, movilización de su personal y el temor a los saqueos.
Octavio Quintero, presidente de esa agremiación mercantil dice que los resultados surgen a partir de un sondeo entre 957 firmas y almacenes, donde el 95,6% de los comerciantes reportaron una caída de sus ventas, mientras el 84,4% han cerrado sus locales de manera total o parcial.
“Es una situación muy complicada cuando la movilización no es posible por los bloqueos”, recalca el dirigente, al señalar que el 72,3% de los comerciantes atribuyen sus problemas a ese tipo de obstrucciones a la actividad mercantil.
Quintero asegura que “el impacto es de tal gravedad, especialmente en el empleo, ya que el sector es el mayor generador de puestos de trabajo en la ciudad”.
La actividad comercial aporta el 23% de todo el empleo local al ocupar a alrededor de 272.000 personas, en su mayoría jóvenes y mujeres cabeza de familia.
Apagón en la industria manufacturera
Quizás la mayor afectación está en el ramo de alimentos en vista de que el departamento tiene uno de los aparatos productivos más grandes con 28 compañías en las que se incluyen sus 13 ingenios azucareros y firmas que fabrican empaques. A ello se añaden 25 bodegas que están paralizadas lo que compromete el abastecimiento de lácteos, harinas, aceites, chocolatería, pastas alimenticias, galletería y cárnicos. La mayoría de esas afectaciones han sido en la zona industrial de Yumbo.
Al respecto, la gerente seccional de la Andi, Lina Sinisterra, afirma que lo peor de todo esto es “que los empleados han sufrido amenazas, pues consideran que su seguridad está en riesgo, y por eso no pueden acudir a sus sitios de trabajo, ya que les han vandalizado sus vehículos”.
Al respecto dice que “el empleo es el gran reto que se viene ahora porque numerosas empresas están evaluando la suspensión de contratos laborales, pues no todas tienen suficiente flujo de caja ni ventas para sostener esta crisis, y eso, obviamente, significará mayor desempleo y empobrecimiento de las familias”.
La señora Sinisterra pone de presente que la prolongación del paro podría espantar de algún modo la inversión extranjera. “Es una paradoja que mientras se pide más empleo y alimentación para la población, hay quienes, por el contrario, buscan acabar con esas posibilidades”, puntualiza.
Parálisis en la construcción
Debido a los bloqueos la construcción de vivienda de interés social y no VIS, locales comerciales, bodegas y oficinas, está paralizada, dado que el 92% de las empresas presentan un desabastecimiento crítico de insumos como cemento, ladrillo y acero.
El 74% de las empresas que proveen al sector constructor están ubicadas en el Valle, recuerda la gerente de Camacol, Alexandra Cañas, al citar una encuesta entre las firmas del sector.
Debido a tal situación, el 72% de los fabricantes de materiales no están operando, y solo un 14% lo está haciendo por debajo del 50% de su capacidad. El sondeo estableció que unas 200.000 toneladas de materiales se han dejado de producir y distribuir.
Las pérdidas estimadas por el gremio ya superan los $100.000 millones, toda vez que el 83% de esas empresas suspendió sus despachos.
El sector edificador genera 80.000 empleos en el departamento, mientras 361.000 personas dependen de los ingresos por cada trabajador, dejando así a muchas familias sin ingresos.
“Por el bienestar de los más de 80.000 obreros y sus familias y de los miles de compradores de vivienda que en los últimos años han realizado un gran esfuerzo para tener su vivienda propia nos manifestamos a favor del diálogo sin ningún tipo de bloqueos. Construyamos sin destruir”, indica la dirigente gremial.
Hoteles vacíos
El turismo y la hotelería están viviendo una crisis que podría profundizarse en el Valle. A la fecha, solo el 34% de todos los establecimientos de alojamiento están operando al 100% de su capacidad instalada, mientras el 38,3% funcionan de manera parcial y el 27,7% están cerrados. El 76,92% de hoteles, hostales y otros cerraron desde el 28 de abril pasado.
El presidente de Cotelco, seccional Valle, Óscar Guzmán, señala que por esta coyuntura la ocupación hotelera promedio apenas es hoy del 12,41%, lo que arroja hasta el momento pérdidas por $20.057 millones.
“Por cada día de toque de queda y protestas se dejan de percibir unos $1000 millones en el sector hotelero y turístico”, anota el dirigente.
Según los hoteleros, los principales problemas para el desarrollo de sus actividades, son la dificultad de transporte y la movilidad de los huéspedes (85,11%), los toques de queda, las medidas de confinamiento (72,34%), la inseguridad en las vías municipales y departamentales (68,09%), la dificultad de transporte y movilidad de los trabajadores (62,77%).
En cuanto al empleo el 53,85% de los establecimientos de alojamiento tuvieron que recortar sus nóminas. De 3059 empleos, 1278 están en riesgo, si la situación no mejora.
Afectación al agro
Desde hace tres semanas el sector agropecuario regional está sitiado. Decenas de productores perdieron cosechas de papaya, melón, sandía, uva, pimentón y bananito por los bloqueos. En solo aguacate Hass y frutas están represadas 230 toneladas en contenedores con tránsito hacia Buenaventura, cuyo valor es de US$600.000.
Según Francisco Lourido, presidente de la Sociedad de Agricultores y Ganaderos del Valle, SAG, la actividad forestal y de empaques está paralizada afectando a 2600 familias con pérdidas que suman US$5 millones.
Las afectaciones también cobijan a 840 granjas avícolas (con 46 millones de aves), más 8000 toneladas de pollo represadas y 24.000 toneladas de alimentos concentrados lo que tiene a 30 millones de aves en peligro de muerte. La porcicultura –dice Lourido—está al borde de la quiebra debido a siete plantas de concentrados cerradas más una de beneficio en Cavasa.
Pymes en crisis
La situación de orden público en la zona industrial de Yumbo es la más preocupante, ya que agrupa a un importante número de factorías. Se estima que el 50% de ellas están apagadas hoy por los bloqueos y la falta de insumos. Y lo peor es que sus operarios no pueden llegar por miedo y los impedimentos de movilidad, como en el caso de una reconocida firma fabricante de alimentos, cuya planta de personal está afectada en un 50%.
De acuerdo con Yitci Becerra, directora seccional de Acopi, por esos motivos muchas firmas tuvieron que suspender contratos laborales. En los últimos días han sido alrededor de 500. Es decir, 500 unos hogares que se quedaron sin ingresos. Asimismo, alrededor del 6% de factorías que llevaban funcionando en el mercado 10, 15, 20 y más años proyectan cerrar definitivamente.
“Los subsectores más afectados son los alimentos, medicamentos y de tecnología que durante la pandemia habían sido ganadores, y ahora no lo son porque no hay vías abiertas”, señala.