Comenzó el segundo semestre del año y las expectativas de que la economía siga creciendo, el empleo mejore, la inflación disminuya y el dólar se modere y baje de los $3.900 son de incertidumbre.
El panorama internacional no es claro ni muestra signos de corregir el rumbo. Por un lado, el conflicto en Ucrania parece seguir de largo y por el otro, el fantasma de una recesión en los Estados Unidos asusta cada vez más.
A nivel interno, las tasas de interés podrán seguir aumentando mientras la inflación no baje su presión.
Sobre estos temas habló el presidente de la Asobancaria, Hernando José Gómez.
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¿Seguirán subiendo las tasas de interés?
Lo primero que debo decir es que el aumento de la semana pasada era algo que estábamos esperando todos en el mercado. Si bien no es una buena noticia, sí era una decisión necesaria que tenía que tomar el Emisor.
Es importante analizar qué pasará con la inflación en junio. Si sigue bajando es posible que el Banco de la República pueda decretar un alto en el camino para ver cómo sigue la situación.
Si baja la tasa de inflación por debajo del 9%, creo que le dará un margen al Banco, pero si la tasa vuelve a repuntar, probablemente tendrá que considerar irse a los niveles del 8%.
¿Si el panorama externo no mejora la inflación seguramente va a seguir hacia arriba. Cómo ve usted el segundo semestre?
Lo veo igual de movido que el primero, complejo, porque, por un lado, la Reserva Federal va a tener que seguir incrementando su tasa de manera agresiva porque realmente la inflación a la que se ha llegado en Estados Unidos es realmente muy elevada.
Una inflación alta produce una fuga de capitales a nivel mundial hacia el dólar y eso evidentemente lo que hace es que refuerza esos ciclos en contra de las monedas de los países emergentes.
Si eso ocurre podemos seguir viendo presiones hacia la devaluación en todas las monedas de los países emergentes y obviamente eso presiona los costos de las importaciones, que en nuestros países son mayoritariamente materias primas y bienes intermedios, lo que alimenta por esa vía también la inflación.
Por otro lado, el conflicto en Ucrania es infortunado y muy triste, y no parece que vaya a tener solución de corto plazo, lo que va a continuar generando cambios, sobre todo en fertilizantes y en la oferta de cereales.
Pero si Colombia empieza a reaccionar y mejora la oferta de algunos alimentos, como la leche y la papa, que son producidos internamente, probablemente el rubro alimentos afloje un poco en precios, y en ese sentido, ayuda a bajarle presión a la inflación.
¿Hay riesgo de que la inversión foránea y nacional se frene?
Yo pienso que la inversión productiva va a seguir llegando si le damos unas buenas condiciones y confianza. Si se mantiene una política macroeconómica cuidadosa y mesurada, la parte de inversión extranjera directa se mantendrá.
Por otro lado, el tema de las remesas no se afecta porque representan una ayuda que hacen los emigrantes colombianos en el exterior a sus familias aquí en Colombia.
Lo que más puede afectarse son los flujos de portafolio, ahí es donde puede haber algún problema, no solo para nosotros sino también para el resto de los países emergentes, en la medida que la gente busque como refugio el dólar.
Por fortuna el diferencial que hay entre las tasas en Colombia y las tasas en Estados Unidos todavía son muy favorables a Colombia y de todas maneras, el vecindario tiene tantos lugares malos que Colombia sigue siendo una posibilidad interesante para los inversionistas.
¿Lo más complejo seguirá siendo la inflación?
Sí, el tema inflacionario va a ser difícil, aunque no se queda atrás el tema de tasas de interés porque implicaría que pueden subir un poco más.
¿Pero a Colombia le va mejor que a los vecinos?
Pues dentro del marco general de lo que estamos viendo en los países de América Latina, nos está yendo relativamente bien, sobre todo porque la demanda y las expectativas de los consumidores siguen siendo muy favorables y en la medida en que esto se mantenga favorable, el pronóstico es que podemos crecer del orden del 7% este año y eso es un crecimiento casi el doble de lo que es la tendencia del crecimiento del PIB potencial.
¿El único camino para tratar de frenar inflación es subir las tasas o existe alguna otra opción?
Yo creo que en el corto plazo el tema de tasas de interés tendría que usarse de manera excesiva si queremos que sea el único instrumento que ayude a reducir la tasa de inflación.
Hay otras fórmulas, como algunas que ha tratado de aplicar este Gobierno, como por ejemplo la reducción de aranceles de los insumos, de los productos agropecuarios. Eso es bienvenido y está bien que se haga.
También hay que reducir los aranceles de los productos terminados que han tenido incrementos tan importantes en el mercado internacional para que de alguna manera se moderen sus incrementos.
Claramente han aumentado los precios de algunos productos agropecuarios o algunos productos de insumos industriales y allí yo creo que habría algún margen de reducción temporal de aranceles para ayudar a quitarle presión por el lado de la oferta.
Por otro lado, estoy convencido que si pudiéramos tener una política agropecuaria moderna que empuje, que ayude por la vía de tener semillas mejoradas, tener paquetes tecnológicos que modernicen las técnicas agropecuarias que se utilizan en muchos productos actualmente, podríamos también tener un repunte importante en algunos productos como, por ejemplo, en maíz.
Creo que allí hay posibilidades de moderar esto con políticas que aumenten la productividad y la competitividad de ciertos sectores. Si bien estas políticas no van a funcionar de un mes para otro en un plazo de un año podrían tener resultados interesantes y a largo plazo.
¿Qué percepción tiene del nuevo Ministro de Hacienda?
Nuestra percepción es que el nombramiento del doctor Ocampo nos parece muy acertado porque es una persona que es reconocida internacionalmente, que conoce muy bien la macroeconomía colombiana, que es mesurada, que no es una persona de decisiones precipitadas, entonces eso nos da mucha tranquilidad en términos de que él sabe la importancia de lo que es la regla fiscal, de lo que es impedir un sobre-endeudamiento de la economía y en ese sentido, pues hará toda la labor para mantener un equilibrio macroeconómico para que se siga un proceso de ajuste de las finanzas públicas.
¿Cómo observa usted el tema de las reformas en cabeza del señor Ocampo Gaviria?
Pues los asesores del Presidente Petro han sido enfáticos en que lo que van a buscar no es una reforma como llaman ‘alcabalera’, es decir, aumentar los ingresos de cualquier manera. Han sido muy claros en decir que, por el contrario, si ven un margen para reducir la tasa de renta de las empresas lo harían, entonces eso es bienvenido porque realmente este es un país donde el 80% de los impuestos lo pagan las empresas y solo el 20% las personas.
Entonces habrá que hacer algunos esfuerzos en el tema de evasión, pues todavía hay muchas dificultades, aunque creo que fórmulas como la de la factura electrónica pueden ayudar mucho.
Nosotros hemos insistido en la implementación de políticas que reduzcan el uso del efectivo, que se dificulte hacer grandes pagos en efectivo como por ejemplo en el tema inmuebles, no tiene sentido que cientos de millones de pesos se trancen en efectivo, eso claramente muestra que es un dinero que viene de evasión tributaria.
Medidas que se tomen para obligar a que se utilicen instrumentos financieros para reducir ese tipo de transacciones inmobiliarias ayudaría mucho a reducir la evasión.
¿A través de la informalidad también se evade?
Sí. El de la informalidad es otro tema que ayuda mucho a esa evasión tributaria y no estoy hablando del informal de subsistencia, porque como todos sabemos hay una informalidad que mueve miles de millones de pesos y no paga impuestos, en ese sentido también habrá que ser mucho más severos en esa materia.
Y como le digo, el tema de las facturas electrónicas ayuda a frenar la evasión. Hay que hacer mucha más trazabilidad a todas las ventas, por ejemplo, de materiales de construcción, ferretería y de autopartes para obligar a que realmente haya un tránsito formal de todas estas transacciones.
A nivel de las personas naturales, hay que mirar que todos paguemos lo que debemos pagar. Normalmente en un país de nivel de desarrollo como el actual, todos sabemos que a nivel de personas hay mucha evasión como el de los profesionales independientes para dar un ejemplo, entonces allí también hay que apretar clavijas para que todos paguemos lo que debemos pagar.
La verdad es que aquí en Colombia los que siempre estamos pagando impuestos somos los que tenemos un empleo formal, pero somos la minoría.
Volviendo al tema de tasas para la banca y viendo el alza desde otra óptica ¿pueden aumentar las tasas de captación y por ende la gente puede llevar sus recursos a los bancos o no?
Indudablemente, aunque ya han venido aumentando las tasas. Cuando los bancos esperan un incremento de tasas la idea es tratar de captar a largo plazo, a través de los CDT.
Para tratar de capturar las tasas actuales que se prevén, van a ser mucho más bajas que las que vamos a ver dentro de seis meses, entonces allí hay un incremento de tasas que favorece a todos los que quieran depositar en los bancos.
Estas tasas obviamente se transmiten plenamente en los créditos de corto plazo y se transmiten solo parcialmente a los créditos de largo plazo.
Todos esperamos que en unos dos o tres años empiecen a reducirse de nuevo las tasas de interés.
Ahora, el gran reto que tenemos por delante es que ya hay una previsión de todos los analistas internacionales y es que la probabilidad de tener una recesión internacional en el año 2023 es elevada. Allí es donde los bancos tenemos que ser muy cuidadosos en mirar esa recesión que tan profunda se puede esperar, que sectores serían los más afectados para tratar, pues obviamente de ir ajustando nuestra cartera de acuerdo con estas previsiones.