El Congreso de Andesco, en Cartagena, fue el lugar escogido por el gerente general de Empresas Públicas de Medellín (EPM), Jorge Carrillo, para anunciar que la compra de la compañía Triple A, encargada del acueducto, alcantarillado y el aseo de Barranquilla, está muy cerca.

El acuerdo debería quedar definido la otra semana y, tras lograrlo, EPM se quedaría con el 51 % de la empresa barranquillera, acciones que son propiedad de K-yena, quien suministraba el alumbrado público en la ciudad de la costa atlántica.

“(Tengo) la esperanza y la convicción de que en los próximos días podemos formalizar la intención de esa compra. Hemos venido hablando con todos los actores que tienen acciones tanto en K-yena como en la Triple A de Barranquilla. Sin embargo, hemos definido interlocutores para la negociación que los representan a ellos. Hoy en día nuestra conversación es sobre todo con el Distrito de Barranquilla”, reveló Carrillo en su discurso en el Congreso de Andesco.

La empresa Triple A es la encargada de los servicios de acueducto, alcantarillado y el aseo en Barranquilla y otros municipios del Atlántico. | Foto: Twitter de @SomosTripleA

“Creemos que el desarrollo de la ciudad está superando las capacidades que tiene hoy la Triple A. Con nosotros detrás viene el desarrollo”, agregó.

De hecho, la sociedad de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Barranquilla tiene presencia en 15 municipios del departamento del Atlántico, lo que le representa una cantidad cercana a los 600.000 usuarios.

Sin embargo, la negociación no ha sido fácil y desde afuera también se han difundido dudas al respecto. Esto último concerniente a que no se conoce en realidad de dónde sacaría la empresa de Medellín el dinero suficiente para comprar la mitad de las acciones de la compañía. El valor de dichas acciones se estableció en $ 565.000 millones en la más reciente operación de venta (a K-yena por parte de una firma española en 2021).

De igual manera, EPM tendría que impulsar algunas de las inversiones urgentes que ha establecido Triple A, como lo es el reducir los niveles de pérdidas de aguas no contabilizadas, que superan el 50 %. Todo esto sin dejar de lado sus operaciones financieras propias, pues cabe recordar que hay inversiones pendientes en el marco del proyecto de Hidroituango, así como el prepago de la deuda con el Banco Interamericano de Desarrollo por casi $ 1,7 billones y las inversiones que se harían en Afinia, que estarían por los $ 10 billones para los próximos diez años.

Hidroituango es un proyecto que continúa en desarrollo. Vista de compuertas del vertedero de la hidroeléctrica, en Antioquia.

El Gerente General de EPM no ha dado claridad sobre esto. Pero, además, también están presentes viejos temores de que la transacción se haga de forma incorrecta, como se presume que ya sucedió en la última venta y lo cual ya está siendo investigado por la Procuraduría General.

Después de todo, estas acciones han tenido un camino sinuoso en los últimos años. Desde pertenecer al Grupo Inassa, quien tenía el 82 % del total de las acciones de Triple A y a quien se le acusa de corrupción por un presunto desfalco por $ 300.000 millones en la compañía barranquillera.

Después pasando por la Sociedad de Activos Especiales (SAE) para definir a quién se le venderían las acciones, concretándose la operación, presuntamente, por debajo de los valores reales, y ahora con la intención de una nueva venta con las ya mencionadas dudas.

Por todo esto, Jorge Carrillo, de EPM, pidió el acompañamiento de los entes de control en todo momento para garantizar que habrá total transparencia. “Si esta negociación termina con éxito será porque se superaron todas las preocupaciones de los entes de control, como la SAE”, indicó.

Jorge Carrillo pidió el acompañamiento de los entes de control a nivel nacional. | Foto: EPM